La guerra más larga y más pacífica de la historia contemporánea fue declarada por el Cabildo de Huéscar al Reino de Dinamarca el 11 de noviembre de 1809. El municipio granadino lo hizo tras ver cómo la Junta Suprema, organismo que gobernó nuestro país durante la invasión napoleónica, cortaba relaciones con el país nórdico a causa de su alianza con los franceses en plena Guerra de Independencia.
Todos olvidaron aquello tras la derrota de Napoleón y el regreso de Fernando VII a España. El historiador y político Vicente González Barberán encontró 152 años después la declaración de guerra un día de mayo de 1981 mientras buceaba en los archivos municipales de Huéscar. El entonces consejero provincial de Bellas Artes de Granada había dado con un descubrimiento que cambiaría la historia del pueblo.
El periodista Rafael Guerrero dio con la anécdota en una revista llamada La Sagra donde el diplomático había contado el hallazgo del documento. No dudó un segundo en sacar a la luz el ignorado conflicto entre Huéscar y el país nórdico. Ese mismo año, el Consistorio oscense firmó la paz con las autoridades danesas en una gran fiesta en el municipio donde corrió el vino entre una multitud de 'vikingos' rubios y morenos.
Otra feliz casualidad
El productor malagueño Jorge Rivera conoció la historia por casualidad cuando era director de un centro cultural en Dinamarca, país donde vivió afincado 15 años. El autor Jaime Noguera fue a presentar su libro Hitler en el cine y le preguntó dónde había un museo allí sobre la guerra hispano-danesa. Rivera nunca había escuchado hablar de aquello, pero le fascinó tanto que se prometieron rodar una película.
El cine Albéniz proyectará este jueves La guerra más larga, el documental dirigido por Rivera con guion de Noguera donde cuentan de una forma divertida y didáctica el conflicto nada cruento entre Huéscar y Dinamarca. "Habla de la paz y de la hermandad. Aunque seamos muy diferentes a veces nos podemos sentar a tomar un vino y arreglar ciertos conflictos de forma más amigable", afirma el director mientras deja claro que no quiere frivolizar sobre un tema así en plena invasión de Ucrania.
El equipo del documental lanzó en 2019 una campaña de micromecenazgo para financiar el proyecto. "En mitad del rodaje llegó la pandemia. Seguimos adelante porque es una historia bonita de hermandad y de paz digna de contar. Ahora es más necesaria que nunca. Contamos como un posible conflicto se puede convertir en una estrecha alianza", destaca Rivera, que sostiene que es posible aprender historia y divertirse a la vez.
La cinta histórica, rodada a caballo entre Dinamarca y Huéscar, pero que incluye metraje grabado en Madrid, Zaragoza o la costa malagueña, trata sobre el curioso conflicto del pueblo granadino y el país nórdico, coincidiendo con el 40 aniversario de una ceremonia en la que, con mucho vino, se "firmó la paz" entre daneses ataviados de vikingos y los sorprendidos habitantes de Huéscar.
El periodista esposado
Es probablemente el conflicto bélico más largo de la historia de España, pero también el más absurdo y paradójicamente bonito pues en casi dos siglos no se registraron enfrentamientos ni hubo que lamentar víctimas, aunque sí un "prisionero". Un periodista danés visitó Huéscar el día de la firma de la tregua y dos guardias municipales le enseñaron el calabozo. "Él pidió que le pusieran las esposas y le hicieran una foto. Cuando se las intentaron quitar, no pudieron. Lo pasearon por el pueblo y lo llevaron a un taller donde las cortaron con una sierra", relata Rivera.
Esta será una de las tantas anécdotas recogidas en el ambicioso documental donde aparecen entrevistados el propio Gonzalez Barberán; el periodista y 'enviado especial de guerra' Rafael Guerrero; un ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca; o la familia del entonces alcalde José Pablo Serrano, el mismo que firmó la paz junto al embajador danés Mogens Wandel-Petersen y que lamentablemente falleció hace años.
Después de 172 años de una guerra muy pacífica, sin una sola gota de sangre derramada, Dinamarca y Huéscar firmaron la paz durante una ceremonia muy curiosa. Incluso llegaron a poner un cartel a la entrada del pueblo ese mismo día que rezaba en finlandés: "¡Cuidado! Entráis en territorio enemigo. Si deciden pasar, aténganse a las consecuencias".
El vino de la paz
"Todo se exageró con la idea de llamar la atención y aprovechar para montar una fiesta de hermandad, primero con los daneses de la Costa del Sol y luego unos años más tarde con residentes de Kolding", cuenta el productor. Incluso desde Huéscar se envió vino andaluz al entonces presidente Ronald Reagan y al dirigente ruso Leónidas Breznev como símbolo de la paz en medio de aquella Guerra Fría que libraban las dos grandes potencias mundiales. "El vino de la paz, que lo llamaban ellos", relata.
Berlanga
Lo ocurrido es digno de una película de Berlanga. Incluso podría ser un apéndice de Bienvenido, Mister Marshall. "Si hubiésemos tenido dinero lo hubiésemos hecho como película además de como documental. Si alguien nos financia el proyecto, lo haríamos encantados. La hora y cinco minutos que dura se nos ha quedado corta para la cantidad de anécdotas. Hay decenas de anécdotas divertidas tanto en el 1800 como en el 1981", dice Rivera, que saca una conclusión clara de todo esto: "No somos tan diferentes a como éramos hace cientos de años".
Una parte de la guerra estuvo motivada porque los españoles estaban en Kolding. Unos 15.000 soldados españoles, integrados en un ejército de tropas francesas y danesas en número muy superior, decidieron escaparse de Dinamarca y volver a España para luchar contra los franceses en la Guerra de Independencia. Muchos se quedaron allí presos. "Cuenta que la leyenda que hacía mucho frío, y que los españoles echaron mucha leña al fuego y por desatenderlo se quemó el castillo de Kolding", detalla el director del documental. Finalmente, fue un descuido de los guardias daneses el que produjo el incendio.
Los españoles cuando llegaron a tierras danesas fueron retratados con mucho temor en algunos libros. "Como si fuéramos caníbales porque teníamos costumbres muy diferentes a las de ellos: utilizamos aceite, comían caracoles, cazábamos pajaritos para comerlos. También le llevamos la guitarra española y los cigarros", recuerda.
Hermanamiento con Kolding
Dos años más tarde de la declaración de la paz, Huéscar se hermanó con el pueblo danés. Como resultado de ese hermanamiento se han hecho durante décadas intercambios de estudiantes entre alumnos del Instituto La Sagra y los de Kolding; representaciones en las calles del municipio de vikingos y con desembarcos de daneses en el pueblo de las santas Alodia y Nunilón; además de colocar dos calles que recuerdan toda la historia (la calle Kolding y la Dinamarca).
En unas semanas, el equipo de La guerra más larga visitará Dinamarca para proyectar la película. La embajada de España en el país nórdico apoya su gira de protecciónn. El jueves, el cine Albéniz será testigo del preestreno de un proyecto muy necesario en tiempos convulsos como estos. No se lo pierdan.