Nueve herederos guiados por un notario, y el notario es Fernando Tejero. Como punto de partida ya promete la propuesta de ‘La fortaleza’, la nueva película del malagueño Chiqui Carabantes, todo un homenaje al cine coral, en el que los actores no dan un respiro al espectador, pasando de la comedia a lo trágico en cuestión de segundos.
Con esa premisa unió el director a Fernando Cayo, Goya Toledo, José Manuel Poga, Vito Sanz, Carla Nieto, Lola Casamayor, Manuel Zarzo, Manolo Solo y Nacho Fresneda, y nació “algo que era un corte de película que tenía muchas ganas de hacer”, y la define como “una película local con un elenco salvaje”, que ha salido bien por “un equipo que nos ha acompañado en la locura”, dice el director a EFE nada más estrenar en el Festival de Málaga.
El realizador malagueño sitúa al espectador en una gran mansión tras la muerte de Arturo Viaplana, momento en que sus hijos asisten a la lectura del testamento con la esperanza de heredar su gran fortuna.
Lo que no saben es que su difunto padre no ha elegido heredero, sino que ha ideado como última voluntad una especie de broma póstuma, y para heredar el patrimonio los hermanos tendrán que superar una serie de pruebas de un macabro juego que los enfrentará al secreto mejor guardado de la familia.
El notario, además, pone una condición muy clara, que no todos aceptan de la misma guisa: quien abandone se queda sin nada. Y así va transcurriendo el metraje de una divertida historia, “porque siempre que hay un muerto, o alguien va a morir o hay una pistola, la verdad es que nos gusta”, dice el director.
Pero, como siempre pasa en las cosas de la vida, y en la vida del cine más todavía, el proceso para sacar adelante la película pasó por muchas etapas, y el primer guión lo realiza el propio director, “pero cuando lo terminé era consciente de que le faltaba un punto de locura, ya que mi versión era muy intimista”, de modo que recurrió a David Orea y Salvador Molina, “que ahora son unos amigos con los que nos divertimos mucho escribiendo”.
Y así nació una película coral, en la que ningún actor destaca sobre otro más de la cuenta, aunque es cierto que ver a Fernando Tejero en el papel del notario ya provoca las primeras sonrisas en la sala: “Amo a los actores y a los grupos de actores”, espeta Chiqui Carabante, y echa atrás la memoria para citar que una película anterior, ’12 + 1, una comedia metafísica’ “también eran muchos actores en pantalla, porque la verdad es que me lo paso bien con la multitud”.
Y todo ello, en el contexto de que en España, en estos momentos, “hay muy buen cine, y ya era de que se empezara a desarrollar la creatividad de este país”, donde él aporta ahora “una comedia, que también es tragicomedia, y vuelve a ser algo con todo muy loco, y enganchar eso ha sido un trabajo con los actores, el director de arte y la montadora, que ha sido la que, al final, ha definido lo que queríamos”.
La guinda la pone la música compuesta por Darío Valderrama, al que Chiqui Carabantes conoció cuando trabajó en la cuarta temporada de ‘El ministerio del tiempo’ -Darío era el autor de la música de la serie de TVE-, “y pensamos que era lo que la película necesitaba”, y, desde luego, no se equivocaba.
Con todo, la película ya se ha estrenado oficialmente, y ahora falta que el público de las salas comerciales sea el que dictamine su veredicto sobre el trabajo del director malagueño, que ha conseguido que en todo el metraje no haya un segundo para parpadear siguiendo las aventuras y desventuras de los codiciosos herederos.
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