Cuando uno se imagina el Circo del Sol en su cabeza, normalmente, piensa en equilibristas, acróbatas y payasos consiguiendo aplausos en una gran carpa, así como caras de sorpresa, pero no en un músico. Sin embargo, un espectáculo de tales características no llegaría a emocionar al espectador sin una brillantísima y cuidada banda sonora original.
En el espectáculo Alegría, cuatro músicos y dos cantantes se encargan de completar el show con sus instrumentos y voces. Entre ellos, la joven acordeonista gallega Sara Formoso. El acordeón llegó a sus manos cuando apenas tenía ocho años. Aunque de inicio estuvo más cerca del piano, tras hacer las pruebas de acceso al conservatorio, su familia y más concretamente su abuela le convencieron para tocar el acordeón.
"Tuvimos una relación de amor-odio al principio, pero, al final, ganó el amor, yo era una niña de 8 años y no tenía mucho criterio", cuenta Formoso en una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga. Atiende a este periódico en lo que en el Circo del Sol llaman "la carpa de los artistas". Desde los sofás donde sus diferentes miembros atienden a la prensa, se podía apreciar cómo decenas de profesionales entrenaban de cara a la función de la noche, en la explanada del Real Cortijo de Torres.
Si bien una chica levantaba mancuernas en reiteradas ocasiones, otro joven muy fibrado ensayaba con una rueda cyr en el centro de la pista. Alrededor, otros calentaban para ponerse en marcha o pasaban por el fisioterapeuta para estar a punto antes del show.
"Sin música, este show sería gente muy buenorra haciendo cosas difíciles en el escenario", bromea Sara entre risas, al ver los cuerpos fornidos de sus compañeros. "No, es broma, ellos le ponen muchísima emoción, pero un espectáculo sin música, a mi parecer, no te transporta, te completa la emoción, nosotros hacemos que suena tenso, triste o alegre. Hacemos que todo tenga más sentido", explica Sara.
El hecho de que a sus 29 años forme parte de una compañía tan importante y un show como Alegría, que estará durante todo el mes de junio en Málaga, es para ella "un sueño". Cuando cumplió los 18 años, empezó la carrera del grado superior de música en acordeón clásico y, relata, "justo en ese momento me di cuenta de que quería estar en el Circo Sol, me di cuenta de que era teatro, danza, pintura y música, artes escénicas, a fin de cuentas; justo lo que quería y creo que en el Circo del Sol se hace muy bien".
En 2018, cuando se graduó, grabó una cinta de audición y la envió al castin del Circo del Sol. Once meses después, le contactaron para participar en las últimas semanas del proceso de creación de la nueva versión de Alegría. El sueño de Sara se hacía realidad y con apenas 24 años cogió un avión para recorrer el mundo con sus nuevos compañeros.
Para ella, la partitura es muy completa y mágica. "Además, en este espectáculo se canta en español, inglés, francés, italiano y el idioma inventado al que nosotros llamamos Circus. La banda sonora que tenemos se creó en 1994, año que fue origen del antiguo Alegría. Ahora esas partituras se han reimaginado y hace que todo suene más moderno y adecuado a la época que vivimos", relata.
Sara vive con la maleta hecha y a miles de kilómetros de casa. En momentos de la entrevista, tiene que pensar cómo decir determinadas palabras en español porque no las recuerda. Habla con sus compañeros en inglés y francés. "El ambiente aquí es curioso, como un micromundo, nosotros somos conscientes que el ambiente que tenemos aquí no tiene nada que ver con el que hay en el exterior", cuenta.
Aunque echa de menos a su familia, reconoce que es una "afortunada" por poder descubrir el mundo trabajando con el Circo del Sol. A sus 29 años, ya ha actuado en Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, Japón, Reino Unido y España. "Sé que esto es lo que mucha gente sueña y no puede hacer, tú te pierdes cumpleaños de la gente o nacimientos de bebés de tu entorno, pero igual te sientes agradecida".
Así, Sara confiesa que es muy curioso observar cómo reacciona el público en función del país en el que actúa. "Entre compañeros, todo el mundo es muy tolerante, tenemos paciencia, mucho respeto por el trabajo del otro, entonces es un ambiente muy propicio para mejorar y ayudar a mejorar a otras personas", dice Sara, que reconoce que aunque se llevan todos genial, con la comunidad hispanohablante hace "mucha piña". Hay varios latinoamericanos y algunos brasileños que entienden bien el español.
Tras preguntarle por su rutina, Sara dice que "hay tiempo para todo". Cuando solo tiene una función por la noche, normalmente, puede permitirse tener la mañana de descanso y llega a la carpa sobre las cinco, se hace el maquillaje y se peina ella misma, al igual que el resto de sus compañeros, hace su prueba de sonido y ya está lista para el espectáculo. Una hora y media antes del show suelen tener media hora de ensayo los músicos, aunque reconoce que en ocasiones esta queda reducida a cinco minutos, depende del día. "Las jornadas que tenemos dos o tres funciones, es una locura, da tiempo a poco", dice con honestidad.
De la misma forma, reconoce que lo más sacrificado de formar parte del Circo del Sol es cuando pasa en una ciudad dos o tres meses. "Llegar con la misma energía cada día es difícil, lo tienes que hacer y lo haces, pero es difícil. Mis compañeros son unos superhéroes, yo lo digo siempre, esta rutina alargada es muy intensa. Cuando estás en un escenario, tienes a gente viéndote, tienes que dar una sonrisa y poner todo por ellos, pero para mí estar aquí es un verdadero sueño", zanja.
El Circo del Sol estará en Málaga entre el 31 de mayo y el 30 de junio. El precio de las entradas oscila entre los 43 y los 150 euros.