Pepe León Losada es uno de los mayores iconos del carnaval de Málaga. Su actitud sobre las tablas del Cervantes es idolatrada por muchos seguidores de la fiesta. Sin pararse de mover sobre el escenario, aprovecha cualquier silencio para interactuar con el público a través de la improvisación.
En 2004, con los regulares, tras 25 años consecutivos en el carnaval de Málaga, se retiraba. Desde entonces no se le veía disfrutar encima de las tablas y, por sorpresa, en 2022, se le ha podido ver bailar, cantar e incluso emocionarse de la mano de toda su familia, los Leones. No faltó nadie. Su hermano, sus hijos, sus sobrinos... hasta una "leona" (su sobrina) apareció en la gran final para que la estampa de los primos estuviese completa.
Los Leones obtuvieron este año el tercer premio con 'Loco por salir', donde se convierten en unos presos de lo más divertidos. Sin embargo, también tuvieron momentos de emoción al verse juntos de nuevo en la fiesta de sus amores, el carnaval.
La idea inicial fue de Pepe, que convenció a sus hijos de la idea del tipo. Como en su paso por prisión, "llevé el carnaval a Alhaurín creando dos murgas, les dije a mis niños que estaría bien sacar este tipo con el nombre de 'Loco por salir', a modo de contrasentido, porque la gente podía creerse que era porque yo llevaba un taco de años sin salir en un grupo, o por los cofrades".
Antes de entrar al pase de preliminares, Pepe reconocía a este periódico que jamás había estado tan nervioso al empezar un concurso. "Estoy peor que cuando empecé", reconocía. Sin embargo, apuntaba que se sentía un afortunado por poder vivirlo con los suyos en un escenario.
"Yo prometí que no volvería a salir el día que me retiré hace dieciocho años. Sin embargo, mis hijos me pidieron que saliésemos un año juntos, que iba a ser algo muy bonito, y se me salía el corazón de pensarlo y no pude decir que no", explica Pepe.
Algo le removió el cuerpo y recordó aquel veneno que Miguel González le inoculó en su día. "No soy mejor que nadie, pero soy muy malagueño y todas las costumbres y tradiciones me encantan, y por eso vuelvo", confiesa.
Además, ha vuelto en un año atípico, en plena pandemia, con las dificultades que esta acarrea. En el caso de Los Leones, como la mayoría de los grupos, tuvieron bastantes complicaciones para ensayar.
"A primeros de diciembre creíamos que no iba a haber carnaval. Nos pusimos en serio después de Reyes. Me tiraba hasta las tantas aprendiéndome las letras. Uno pierde el truco a esto, yo antes leía las letras y se me quedaban en nada. Ahora, entre mi hermano y yo, liábamos una..." recuerda entre risas.
Respecto al estado de la fiesta en sí, la nota cambiada. Pepe León cree que "hace unos años se vivía el carnaval de una forma totalmente distinta a la actual". "Antes no importaba quien cantara que hasta en semifinales estaba el teatro lleno y con ambientazo. Ahora van a ver a un grupo y el resto importa menos. Supongo que también tendrá que ver que es una racha mala y la pandemia aburre a las masas", explica.
Reconoce que hay mucho nivel, cada vez más, pero sigue viendo que faltan grupos de la provincia y, a su vez, agradece a todos los que vienen de fuera su presencia, porque "aportan mucho". "Tenemos que poner más de nuestra parte todos, sobre todo que nos unamos y nos volquemos juntos en la fiesta de nuestra tierra", matiza León.
Hace hincapié en que el camino para que el Carnaval de Málaga tome un buen rumbo es que este apueste por "la unión". Recuerda que se ha creado una Asociación de Autores y una Asociación de Carnavaleros Malagueños, que junto a la Fundación "deberían ir todos a una".
"La unión hace la fuerza aunque tengamos criterios diversos. El premio es lo de menos, lo importante es Málaga. Que nazcan grupos nuevos y los viejos no se aburran", repite.
Lo mejor de este carnaval, sin duda, para Pepe, ha sido compartirlo con su familia. "Si me dijeran que me quitan todos los premios y que jamás volveré a ser nombrado en la fiesta por vivir una experiencia como es salir con mi familia, lo hubiera hecho. Es el mejor premio que podría haber ganado y es un sueño cumplido", declara, emocionado.
Pese a que en años anteriores algunos lo veían como el sargento de hierro por su exigencia en los ensayos, este año ha sido todo lo contrario. Mentalizó a su familia de que era un año para emocionarse y pasarlo bien sobre las tablas. "Solo teníamos que transmitir que somos una familia que se quiere mucho y que curra por Málaga, que lo demás no me importaba", dice.
Respecto al futuro, Pepe no se moja. En un principio les dijo a sus hijos que saldría un año con ellos y que ya no volvería a salir, porque ya está "obsoleto" y prefiere "ver los toros desde la barrera". "Sin embargo, desde que comenzó el concurso ya estaban inventando el tipo del año que viene. No sé qué pasará en el futuro, pero como vuelva... la gente va a decir "mira este mamón, que dijo que se retiraba y no hay quien lo saque del carnaval"", zanja Pepe entre risas.