"Rezo a don Manolo Doña, no se va de mi memoria. Rezo al Dúo Sacapuntas, yo le rezo a Juan El Pulga. (Perdón, perdón, perdón...) Rezo a Javi Zumaquero, voz eterna de la murga...", cantaba la murga Los verdaderos patronos hace tan solo unos días, en su pase de preliminares. Esta letra no es más que una de las muestras de cariño que el carnaval ha tenido con el murguista y 'muarisco' Javi Zumaquero, quien falleciera el pasado mes de junio tras sufrir una larga y difícil enfermedad. Ahora la Asociación de Autores del Carnaval de Málaga ha decidido otorgarle la mayor distinción de la fiesta a título póstumo: el pito de oro.
La carrera carnavalesca de Zumaquero comenzó en el año 1999 en la comparsa Rayos de Sol, junto a su inseparable Alberto. Un año más tarde, empezaría a escribir su camino como murguista junto a los muariscos. No falló a su grupo en ninguna ocasión desde el año 2000, a excepción del pase de la final de 2023, que sus compañeros le dedicaron entre lágrimas con un primer premio en su modalidad. Aquella noche fue sin duda una de las más duras en la historia del grupo. Pese a que Javi intentó estar encima de las tablas, los estragos de la enfermedad no se lo permitieron. El grupo ha vivido a su lado cómo el tratamiento iba haciéndole mella, cómo su sonrisa se iba apagando por culpa del maldito cáncer.
Pese a ello, son positivos y quieren quedarse con los maravillosos momentos que han vivido a su lado. Durante estos años, fue padrino, príncipe gitano, San José y hasta entrenador de un equipo de fútbol de niños. Cada tipo lo defendió como el que más.
Los muariscos, que este año no han participado en el concurso --tendrán la murga callejera Puerco Jurásico--, han recibido la noticia con una emoción brutal. "Aunque fue un mal trago, siempre puede más el saber el cariño que le tiene todo el mundo. Y no solo en el carnaval, en todo lo que estaba metido. Desde su cofradía hasta el teatro que hacía con Eduardo Nieto", cuenta Alberto Zumaquero.
Todos coinciden en que si algo bueno tenía Javi Zumaquero era que no perdía la sonrisa y que siempre ha tratado de llevarse bien con todo el mundo en la fiesta. "Pero también tenía su carácter, eh. Era Zumaquero: protestoncillo y cabezón", bromea Alberto en tono jocoso.
Por su parte, a Manu Robles le ha tocado vivir este año amargo desde una posición curiosa, la de la presidencia del jurado. Reconoce que el momento de escuchar el anuncio del pito de oro a Javi en el teatro, pese a que ya lo sabía, fue un "trago muy complicado". "El concurso en general está siendo un cúmulo de emociones", expresa Robles, en referencia a que grupos como los Malagüitas, la chirimurga de Estepona y San Pedro, la Murga del Susi o cuartetos como el de Alberto Salas han querido dejar en sus escenografías algunas referencias a Javi.
En cuanto a su familia, más concretamente sus hijos, desde la agrupación aseguran que viven con la misma emoción que ellos el reconocimiento. "Están emocionadísimos porque su padre sea recordado como una persona que aportó al carnaval gracias a este reconocimiento", explica Manu. Alberto Zumaquero añade, además, que Graciela ha salido carnavalera. "Lo que pasa es que le gusta más el Carli que yo... Tengo que ir trabajando con ella", zanja entre risas.