La búsqueda de los valores identitarios que componen el procesionismo andaluz fue objetivo de debate en la primera entrega de esta serie. Pero el análisis de la religiosidad popular de la ciudad transciende lo meramente estético. De la cultura a la economía, pero sin perder de vista la base espiritual sobre la que se edifica esta celebración. Durante los encuentros cofrades de EL ESPAÑOL de Málaga en Taró Restaurante, tres conocedores de las corporaciones de la ciudad reflexionaron sobre los cambios que se están produciendo en las hermandades malagueñas y el destino hacia el que se dirigen: "¿Estamos siendo capaces de acercar a la gente a Dios?".
Ante el cambio de paradigma que se palpa en la Semana Santa malagueña, la búsqueda de un contexto sólido se convierte en una tarea clave. Sin llegar a detallar si el camino conduce hacia un abismo o hacia el paraiso, Jorge Bueno, colaborador de este medio, subraya que "está llegando la hora de la transformación": "Igual que siempre la ha habido". Pero en este caso, esta metamorfosis se está produciendo después de mucho tiempo pensando que teníamos la gallina de los huevos de oro: "Nos daba enseres y casas de hermandad nuevas continuamente", añade.
En su opinión, esta mutación quizá da como resultado que algunas cofradías tengan que desaparecer, fusionarse o desplazarse al extrarradio, que es donde se concentran los núcleos de población: "Todos queremos un itinerario que salga del Centro, por calles estrechas, y a una buena hora. Pero a lo mejor tienes que irte a Teatinos y salir el Sábado de Pasión y que la Agrupación te dé una subvención por ello".
Para eso, destaca, es importante que la ayuda procedente de San Julián no esté condicionada al paso por el recorrido oficial: "Ahora se ha producido un avance, y a las hermandades de vísperas se les invita a actos como parte del protocolo", afirma.
Unai Pardo Elordi, historiador del arte y cofrade de Estudiantes, asegura que esas corporaciones tienen claro que su objetivo no es llegar al Centro, y que por tanto no existe esa ambición: "Saben su papel". Sin embargo, abre el debate sobre el modelo de institución que debería ser la Agrupación de Cofradías: "¿Hasta qué punto puede cambiar? En Sevilla, el Consejo aglutina a las de pasión, gloria y sacramentales. Las cosas han cambiado durante toda la vida; prueba de ello es que a día de hoy se siguen cambiando tronos, sedes e incluso imágenes titulares".
Soy de los que piensan que la belleza es una forma de llegar a Dios
La pregunta obligada que sigue a esta cuestión es cómo poder implementar esa transformación y adaptación a los tiempos actuales. Continuando con su turno, Pardo Elordi manifiesta que "ojalá tuviera la receta": "Soy de los que piensan que la belleza es una forma de llegar a Dios. La Semana Santa es eminentemente barroca, pero posee un sentimiento romántico muy fuerte. Se busca algo que nunca fue, no será y que hoy tampoco es. Por ello, hay que apostar la modernidad y lo contemporáneo".
"Ser coetáneo de nuestro tiempo 364 días, para ser una farsa una vez al año", comentan en la mesa. Unai responde que una hermandad con tres siglos de historia no puede coger y, de la noche a la mañana, sacar un patrimonio inspirado en Matisse: "Eso sí se lo puedo pedir a una hermandad nueva, para que apueste por imágenes contemporáneas que beban de las ideas presentes. Así, estarán probando un nuevo lenguaje, innovando caminos y creando una idea, que ha de estar sustentada por algo más".
Los traslados en Málaga son el calentamiento a lo que está por venir. Algo equivalente a la preferia
Cayetano Villodres, columnista en este mismo periódico, relata que durante esta Cuaresma se ha hablado de la desacralización de la sociedad como uno de los problemas vigentes: "La cuestión está en que una parte de las juntas de gobierno están alejadas de la iglesia, y no pisan un templo más allá de la misa principal".
Bueno añade que a la propia Semana Santa se le ha quitado ese carácter religioso predominante, convirtiéndolo una coletilla a la hora de hablar de sus valores: "Siempre se habla de que es turismo, cultura, economía... Y religión. Pero se queda en último lugar; en un segundo plano. Ante esta paradoja, tenemos qué preguntarnos qué relación con Dios nos ofrecen las cofradías. Porque cuando hablamos de los cultos, nos fijamos en cómo están puestas las velas. Cuando hablamos de la procesión, en qué saya va a llevar la Virgen o qué cruceta va a sonar".
Unai Pardo Elordi defiende que esa reflexión hay que extrapolarla a la persona que se acercan a ver una procesión: "¿Le estamos acercando a Dios? A mí sí me vincula, pero quizá haya gente a la que le ayude más ver Silencio de Scorsese. Por ello, la formación es fundamental. Hay que explicar el objetivo que tiene montar un altar de cultos y por qué hacer eso es una manera de estar más cerca del Señor. Si eso no funciona, va a dar lo mismo montar un escaparate de Zara que los cultos de tu cofradía. Tenemos que comunicar el sentido que tiene cada cosa, empezando por la advocación de los titulares".
Durante tiempo hemos pensado que teníamos la gallina de los huevos de oro, que nos daba enseres y casas de hermandad continuamente
A colación del significado de estos simulacros, Jorge Bueno incide en que los traslados de las procesiones son un claro ejemplo de error en la representación de pasajes pasionistas: "¿Qué pintan esos Cristos junto a la Virgen en un mismo trono? ¿Así estamos haciendo catequesis? ¿No sería más fácil hacer dos anditas y que vaya cada uno por separado? Luego te dicen argumentos como que para los portadores es muy bonito llevar a las dos imágenes juntas, pero nos estamos cargando el trabajo catequético que hay detrás de las procesiones".
¿Cuál es el aporte entonces que ofrecen los traslados? En valoración de Unai, se trata del único momento en el que la Cuaresma se vive con algo más de intensidad en Málaga. Por su parte, Villodres expone que son "el calentamiento" a lo que está por venir: "¿Podemos decir que es el equivalente a la preferia?".