"Mi única y humilde verdad era un odio insuperable a la estupidez y a la crueldad; es decir, una aversión natural al único pecado que para mí existe, el pecado contra la inteligencia, el pecado contra el Espíritu Santo". La frase, del escritor Manuel Chaves Nogales, bien podría servir para ilustrar la idea principal que sobrevive en las cofradías de la ciudad. Un pensamiento tan fuerte que permite unir en un mismo punto a cualquier persona de la sociedad, venga de donde venga y tenga cuanto tenga. Durante los encuentros cofrades de EL ESPAÑOL de Málaga en Taró Restaurante, tres conocedores de las hermandades malagueñas debatieron sobre el papel que la Semana Santa desempeña como vertebrador social, su alcance fuera de los círculos internos y de qué manera es capaz de adaptarse a los tiempos presentes.
Caye Villodres, columnista en este periódico, relata que en la obra Andalucía roja y blanca paloma, escrita precisamente por Chaves Nogales, se dedican varios capítulos a elementos identitarios de la tierra: los obreros andaluces, la Semana Santa de Sevilla o la Virgen del Rocío a través de la compañía de un periodista francés en plena república: "Lo que Chave Nogales explica es que durante la celebración de las fiestas se produce la supresión de los roles. En los almonteños que saltan para sacar a la Virgen no existe la sociedad, porque las aspiraciones de cada uno quedan inhibidas", cuenta.
En su opinión, esa idea que describe el periodista sevillano sigue existiendo: "Yo quiero de corazón a mucha gente que es totalmente contraria a mi ideología política y mi forma de vivir, y si no fuera por eso, a mí me habrían señalado en una revolución o un conflicto. Pero ese cariño que nos tenemos nace gracias a las hermandades, que actúan como punto de unión", asegura.
Jorge Bueno, colaborador en este mismo medio, sostiene que esta es una de las razones de ser nazareno: "Tienen un papel muy importante, que te iguala durante unas horas y te permite no ser ni más ni menos que el resto de tus hermanos". El moderador de la tertulia comenta que en Málaga se tiene algo de tirria a la idea de participar de una forma penitencial: "Por eso metemos todas esas presidencias".
Unai Pardo Elordi, historiador del arte y cofrade de los Estudiantes, argumenta que esa situación de clasismo existe, y no solo en cuestiones económicas; también ideológicas. Sin embargo, no es la única cara de una moneda que ofrece otras muchas miradas: "Creo que la gente te sorprende (para bien)".
Patrimonializar las cofradías
Una de las ideas más asentadas en el imaginario colectivo es el intento constante que desde derechas e izquierdas han desarrollado para poder patrimonializar la Semana Santa: "Al final, todo el mundo quiere ser cofrade", dice el moderador. "O beneficiarse de las hermandades", añade Jorge Bueno. En la mesa existe casi unanimidad al pensar que estos vínculos ideológicos se han quedado en el pasado, y que a día de hoy disfrutamos de una semana mayor despolitizada.
La excepción la pone Caye Villodres, quien opina que el nacionalcatolicismo ha durado "muchos años": "Ser cofrade se sigue relacionando con un pensamiento concreto. Yo me he encontrado con muchos ejemplos". Siguiendo con los casos en los que lo religioso adquiere un papel secundario en la sociedad, Jorge Bueno explica que en la facultad de Bellas Artes sí que hay alumnos cofrades, pero las modalidades que se fomentan van por otras líneas: "Lo sacro no existe", defiende.
¿Y qué piensan los más jóvenes?
Villodres confiesa que se trata de una pregunta que suele repetir cada vez que tiene oportunidad. ¿Qué imagen tienen las generaciones actuales de las procesiones? ¿Qué caminos tenemos que recorrer para convivir con nuestro tiempo? "Cada uno ofrece una respuesta distinta", afirma. En su caso, se ha encontrado con personas que defienden que algo contemporáneo es "todo aquello que se hace ahora" (y que por tanto se ha de admitir), y otros que apuestan porque se debe conservar el lenguaje neobarroco.
"Pero ese neobarroco puede seguir estando presente, lo único que no ha de ser el único estilo que exista. Se puede conjugar con otros", responde Bueno. Pardo Elordi añade que precisamente el neobarroco no ha sido la única línea presente; basta con echar un vistazo al pasado para ver la gran cantidad de tendencias habidas. Como ejemplo, ambos hablan de la Virgen de la Piedad o del trono de Moreno Carbonero.
Sobre arte y tiempo, Caye manifiesta que basta con ver cómo C. Tangana ha utilizado una marcha de Semana Santa en su canción: "Me gusta pensar que aquellos que se han reído de mí por ser cofrade, ahora flipan con Demasiadas mujeres, que empieza con El Amor. Al principio le di muchas vueltas al tema de la apropiación cultural, pero quizá ha servido para que le llegue a más gente".