La Semana Santa de Málaga de 2023 ya es historia. La procesión del Resucitado y la Reina de los Cielos ha sido el colofón a siete días de procesionismo por las calles de la ciudad que quedan grabados en la memoria para la posteridad. Ahora llegarán los balances, pero antes de que eso suceda, es el momento de hablar de la salida de este Domingo.
Aunque previsiblemente la jornada presente cambios importantes para el año que viene (no hay que olvidar la propuesta para que la comitiva salga de la Catedral -además del debate sobre si han de participar nazarenos o no-), lo cierto es que el gran foco de atención sigue estando en las imágenes.
La talla de Capuz es el enorme atractivo de este día para los cofrades; una obra de inmensa calidad que ha sido puesta en valor gracias al trono de Fernando Prini estrenado en 2019. Y todo ello sin contar con el grupo escultórico, que terminaría de darle sentido narrativo al discurso iconográfico planteado por el escultor valenciano.
Más allá de eso, quizá es momento de preguntarse si una banda de cornetas y tambores (y más con esa cruceta y un tambor excesivamente rápido en algunos puntos) es el acompañamiento musical que necesita este tipo de titulares. Mucho más cuidada la selección de marchas en el caso de la Reina de los Cielos (perfectamente exornada con la cera rizada). A descatar, el paso por calle Nosquera con Malacitana.
La procesión multicolor, con representación de todas las cofradías de la Semana Santa, marchó a buen ritmo en la primera parte. Todo se complicó una vez que la sección del Cristo pasó la plaza del Obispo. Más de dos horas para recorrer Echegaray, Uncibay y Comedias, haciéndose especialmente tedioso para los participantes. Tampoco se entiende esa búsqueda de otros entornos cuando gran parte de las calles se hicieron a paso de tambor.
El público, más numeroso que en otras ediciones, llenó el itinerario de la procesión. Por supuesto, no faltaron los turistas que accedieron a las localidades del recorrido oficial con absoluta libertad (¡cuántas sillas vacías si no fuera por ellos!). Mención de honor merece la comisión externa, que en todo momento se preocupó de que a los penitentes no les faltara de nada.
El Domingo de Resurrección de 2024 es un misterio, pero hasta que llegue, quedémonos con las vísperas. O en este caso, con la Pascua.