Cuando el nuevo recorrido oficial vio la luz, allá por un 2019 prepandémico, todas las miradas se dirigían a la rampa que las cofradías tendrían que sortear para acceder a la Catedral de Málaga a realizar su estación de penitencia. Pese a las previsiones catastrofistas que algunos auguraban, la realidad fue que esta estructura fue uno de los elementos que mejor funcionó en la configuración del nuevo trabajo.

Sin embargo, este 2024 va a ser necesario acometer una importancia reforma para que las corporaciones puedan seguir accediendo a la basílica de la Encarnación. ¿El motivo? Las obras para la construcción de un tejado a dos aguas obligan a instalar una grúa de enormes dimensiones (en torno a los 60 metros de alto), por lo que es necesario realizar un ajuste de la plataforma para poder adaptarse a los trabajos constructivos.

Según relata el presidente de la Agrupación de Cofradías, José Carlos Garín, a EL ESPAÑOL de Málaga, el proyecto de rehabilitación incluye colocar un basamento de hormigón donde se apoyará la futura grúa y por tanto se ha modificado el diseño de la rampa para salvar ese obstáculo. 

Esta ha sido la idea con la que han trabajado conjuntamente los arquitectos de la Catedral y lo de la institución de San Julián después de que lo aprobara la junta de gobierno y las autoridades competentes, ya que el entorno en el que se ubicará forma parte de la zona de protección de un inmueble catalogado como Bien de Interés Cultural. 

Cabe recordar que el Ayuntamiento de Málaga concedió la licencia a principios de mes para la instalación de una de las grúas indispensables para la ejecución de los trabajos, aunque este extremo se producirá una vez que pase la Semana Santa. Junto en la misma semana en la que se supo que el Gobierno central vinculó su posible participación en la financiación de las obras del nuevo tejado a las ayudas recogidas en convocatoria del 2% cultural.

En la resolución, en la que se incide en que la colocación de este elemento debe realizarse conforme a la resolución Delegación de Cultura, se dispone, además, el soterramiento de los restos arqueológicos excavados "con elementos de cubrición".

Por todo ello, la rampa va a cambiar las dimensiones con las que fue concebida originalmente, reduciéndose de 6,21 metros de ancho a 4,14. Del mismo modo, el condicionante de tener que pasar por encima del dado de hormigón con el que se cubrirá la base de la grúa también provocará que sea "un poco más larga". 

Otro aspecto a tener en cuenta es el aumento de tamaño de la plancha central (situada en la jurisdicción de la puerta principal de Postigo de los Abades y sobre la que pivotan los tronos para acceder al templo). Esta ampliación va a permitir "maniobrar mejor" a las andas, según apuntan desde la Agrupación.