De los hombres de trono pagados... a los nazarenos pagados: ¿Cuánto pagan las cofradías por llevar los enseres?
Los penitentes que llevan la cruz guía o el guion pueden llegar a cobrar hasta 100 euros por procesión.
21 marzo, 2024 05:00Noticias relacionadas
Hubo un tiempo en el que los participantes de las procesiones de la Semana Santa de Málaga podían conseguir "un dinero" extra saliendo en las cofradías. Estamos hablando de la época de los pagaos, en la que los hombres de tronos cobraban 2.000, 3.000 e incluso 5.000 pesetas por meterse debajo de los varales de los Cristos y Vírgenes.
Sin embargo, aquella tradición acabó. Al menos parcialmente, ya que actualmente son numerosas las corporaciones que siguen teniendo algunos puestos reservados para personas que, a cambio de llevar un enser, reciben una cuantía económica.
Esta solución viene a resolver un problema fácilmente comprensible para cualquiera que conozca el funcionamiento interno de una hermandad: es fácil localizar acólitos, pero no siempre es sencillo encontrar a alguien que lleve la cruz guía, los guiones o los estandartes.
Todas estas piezas tienen una cosa en común: el gran peso (algunas de ellas pueden superar los 20 kilos) y lo incómodas que resultan de portar durante las siete u ocho horas que dura el recorrido.
EL ESPAÑOL de Málaga ha trasladado esta cuestión a algunas cofradías de la ciudad, que han detallado las tarifas por las que actualmente se rige este negocio interno (mucho más lícito que otros que se pueden ver fácilmente como es el caso de la reventa de abonos).
Así, según fuentes consultadas, la cuantía a recibir varía en función del peso del enser que se vaya a llevar, oscilando entre los 50 y los 100 euros. Por ejemplo, un SPQR (una insignia que representa al Senatus Populus Que Romanus -Senado del Pueblo Romano-) o un cirial (este último no requiere de capirote ya que va a cara descubierta) rondan la parte baja de la horquilla.
Sin embargo, los guiones y las cruces de guía se corresponden con la parte alta de la gráfica. También es habitual encontrar a los "nuevos pagaos" llevando las mazas, bocinas y cualquier otra pieza que no sea una vela.
Las ofertas crecen considerablemente cuando se habla de los pabileros o cerilleros. El trabajo que estas personas tienen que realizar se caracteriza por la atención y el cuidado que hay que depositar para mantener los cirios de los tronos siempre encendidos (algo que no es fácil teniendo en cuenta el viento que en ocasiones acompaña a la Semana Santa de Málaga).
De esta manera, una cofradía que realice su salida penitencial durante ocho horas está pagando, en la actualidad, 200 euros por personas. Es importante matizar este último extremo, ya que suele haber dos por trono, de tal manera que el gasto total, únicamente para los encendedores, es de 800 euros.
A día de hoy, esta figura de los nazarenos "retribuido" suele estar vinculada a la labor social de las hermandades.
Los presupuestos para hombres de tronos
El cambio es importante, especialmente si se echa la vista atrás y se compara con las partidas presupuestarias reservadas para los hombres de trono. En 1986, el presupuesto para incorporar a 150 portadores rondaba las 300.000 pesetas.
Estas cuadrillas llevaban a su vez aguadores, alzacables y canasteros que sumaban 15.500 pesetas extra. Además, había que añadir la gratificación al capataz, algo que podía llegar a 100.000 pesetas.
Las actas de otra hermandad subrayan que el mínimo para salir a la calle era de 120 personas, a 1.700 cada, suponiendo un desembolso de 204.000 pesetas. Los escritos también incluían algunas cláusulas, como que en caso de lluvia u otro impedimento se pagaría el 50% al personal y el 100% al capataz y encargado.
Estas tarifas no eran así en todas las cofradías. Carlos Ismael Álvarez, hermano mayor de la Esperanza entre 1992 y 2002, cuenta que la Archicofradía tenía fama de pagar 100 pesetas más que el resto de corporaciones, algo que “no sentaba bien” al resto: “Algunos nos miraban mal, atribuyéndonos una fama de pudientes que no era tal. En otros tronos, una sola persona pagaba todo; en nuestro caso, el dinero se administraba con cabeza”.