La UMA participa en la investigación del ancestro fósil del lobo de las sabanas africanas en Dmanisi
El yacimiento de Dmanisi en Georgia, situado entre el mar Negro y el Caspio, datado en 1,8 millones de años, es conocido porque allí se encontraron las primeras evidencias de presencia humana fuera de África.
30 julio, 2021 11:17Noticias relacionadas
El yacimiento de Dmanisi en Georgia, situado entre el mar Negro y el Caspio, datado en 1,8 millones de años, es conocido porque allí se encontraron las primeras evidencias de presencia humana fuera de África. Se basan en el hallazgo de cinco cráneos humanos muy completos junto a abundantes restos fósiles de esqueleto postcraneal y una importante cantidad de piedras talladas y utilizadas por antepasados.
Dmanisi también muestra uno de los mejores registros de fauna fósil para el Pleistoceno inferior en todo el continente euroasiático. En este escenario, la investigación sobre los carnívoros fósiles desarrollada por un equipo internacional del que forma parte el catedrático de Paleontología de la Universidad de Málaga (UMA) Paul Palmqvist ha descrito, por primera vez, varios ejemplares de dientes.
Estos corresponden a un lobo fósil hipercarnívoro de gran tamaño, adscrito a la especie Canis (Xenocyon) lycaonoides, que es el antepasado del lobo pintado que actualmente puebla las sabanas africanas, Lycaon pictus. Este hallazgo ha sido publicado en la revista 'Scientific Reports', del grupo 'Nature', según informa la UMA.
Los análisis anatómicos y morfométricos de los especímenes fósiles de Dmanisi, junto con datos provenientes de todo el mundo, muestran que esta especie era un perro superdepredador hipercarnívoro de gran tamaño, lo que sugiere que se trataba de una especie similar a la actual, presente en África, Lycaon pictus, que presenta el comportamiento social altruista más desarrollado entre todos los carnívoros.
El investigador de la UMA, precisamente, mediante el uso de datos métricos de la dentición y un análisis discriminante en cánidos modernos, ha sido uno de los autores de este trabajo que ha estudiado la dieta que seguía esta especie.
A diferencia de otros cánidos de gran tamaño, como los lobos comunes, esta especie era capaz de brindar atención social a otros miembros de su grupo, como se demuestra en un cráneo patológico, muy completo, de Canis (Xenocyon) lycaonoides exhumado en el yacimiento español de Venta Micena, encontrado en 1995 y datado en 1,6 millones de años, el espécimen VM7000, expuesto en el Museo de Orce.
Dicho cráneo es asimétrico y muestra la carencia de varios dientes, lo que imposibilitaría al individuo participar en la caza. Pese a ello, tal y como aseguran los expertos, sobrevivió varios años gracias a la ayuda del resto de la jauría.
Curiosamente, el cuidado social altruista también se describió en los humanos fósiles registrados en Dmanisi a partir de un cráneo y una mandíbula desdentados, especímenes D3444/D3900, correspondientes a un individuo humano anciano, cuyo alimento debió ser suministrado por sus congéneres. En este sentido, los investigadores sugieren un comportamiento paralelo en los humanos y este gran carnívoro.
Desde la UMA se han relacionado las evidencias de altruismo social identificadas en esta especie de cánido hipercarnívoro en Venta Micena, donde un perro con graves dificultades, por ejemplo, la ausencia de ciertos dientes, sobrevivió gracias a su jauría; con las evidencias en este mismo sentido encontradas en el yacimiento georgiano de Dmanisi.
Los homininos y los lobos pintados fósiles, Canis (Xenocyon) lycaonoides, ambos registrados en Dmanisi al comienzo de su dispersión por el viejo mundo, son las únicas dos especies de mamíferos del Pleistoceno inferior con un comportamiento altruista demostrado hacia los miembros de su grupo, un tema discutido durante más de un siglo en biología evolutiva.
El estudio ha sido liderado por el paleontólogo florentino Saverio Bartolini Lucenti, junto a Lorenzo Rook, de la misma universidad. Asimismo, también han participado David Lordkipanidze del Museo Nacional de Georgia y los paleontólogos Joan Madurell-Malapeira, del Institut Català de Paleontología.
Asimismo, han participado, además de Paul Palmqvist, de la UMA, Miquel Crusafont (ICP-CERCA) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB); y Bienvenido Martínez-Navarro, investigador ICREA adscrito al Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y a la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona (URV).