Más temario, más razonamiento y menos faltas de ortografía. Son algunas de las claves de la nueva Selectividad, que entrará en vigor en junio del año 2025 y pasará a denominarse Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). Este modelo, aprobado el pasado martes por el Consejo de Ministros a propuesta del Ministerio de Educación, establece unas características básicas y criterios de corrección comunes para todo el país. ¿Cómo se enfrentan los profesores malagueños a este cambio educativo?
La nueva Selectividad será diferente tanto en el formato de las pruebas como a la hora de evaluarlas: solo habrá un modelo, por lo que no se podrá elegir entre dos opciones de exámenes (lo que implicará estudiar todo el temario), y las faltas de ortografía bajarán un 10 por ciento la nota.
Los alumnos sí que podrán elegir entre distintas preguntas, aunque se requerirá que hayan estudiado todo el temario. También se mantienen las cuestiones tipo test. En esta nueva prueba, se tendrá muy presente la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, así como su presentación.
Los profesores malagueños valoran positivamente el modelo que se introduce, sin embargo, hay diversas opiniones sobre cómo preparar a los alumnos de Bachillerato para este nuevo formato: el cambio se vive con incertidumbre en las aulas.
"El modelo en su diseño está bien, pero el problema es que no va a tener una correlación con las prácticas que existen en los institutos, normalmente, normalmente muy ancladas en lo tradicional", asegura a EL ESPAÑOL de Málaga el docente José David Triguero, director del IES Rosaleda de Málaga.
En este sentido, Triguero apunta que este nuevo planteamiento a la hora de evaluar deberá "ir de la mano" con lo que suceda en los institutos. "Habrá centros con cierta celeridad y otros con poca, lo que supondrá desajustes entre unos y otros. Los alumnos que hagan Selectividad este próximo año estarán en desventaja", añade.
Este cambio para los estudiantes que cursen segundo de Bachillerato en el curso 2024/2025 se vislumbra como el principal problema: comenzaron esta etapa educativa en el anterior modelo y ahora tendrán que adaptarse al nuevo a tan solo nueve meses del examen. "Los alumnos son los principales perjudicados. Bachillerato debe ser una etapa en la que ya se tenga claro el objetivo final desde primer curso", señala Juan José Mercado, profesor y secretario del IES Salduba, en Marbella.
Mercado asegura que aún existe "incertidumbre" respecto a la nueva legislación y su aplicación en el sistema educativo andaluz. "Hay muchos condicionantes y muchas especificaciones dentro de cada una de las materias", indica.
Otros docentes sí destacan la mejora que supone una prueba más competencial y menos memorística, tal y como indica María Macías, del IES Ciudad de Coín. "Ya era hora que todo el alumnado de nuestro país compitiera con las mismas reglas de juego. Me parece un acierto que se penalice la ortografía, la expresión y la presentación en todas las pruebas por igual, no nos podemos olvidar de estas cuestiones básicas", señala.
La "importancia del pensamiento crítico" es un punto clave del nuevo modelo, según la profesora Pilar Mármol, del IES Guadaiza de Marbella. "Es un modelo con más trabajo para los docentes pero mejor en su diseño. La idea es que la prueba final sea una demostración de todo lo que han recabado y reflexionado durante la etapa de Bachillerato, dejando atrás las respuestas mecánicas", añade.
Distintas visiones en la esfera política
La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, ha asegurado que se trata del modelo "más debatido de la historia" ya que han mantenido "más de 200 reuniones con las comunidades autónomas, las familias, los estudiantes y las universidades".
Sin embargo, esta idea no es compartida por la Junta de Andalucía: el consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamandos, ha mostrado su "malestar" con la nueva prueba y ha denunciado que la decisión "se ha tomado sin consultar a las comunidades autónomas".
En este sentido, ha asegurado que Andalucía, junto con otras comunidades, "no está de acuerdo con la medida", y ha apuntado que las comunidades gobernadas por el PP están trabajando desde hace cinco meses "en un documento que permita alcanzar homogeneidad en criterios formales y académicos".
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