La Copa del Rey existe, en parte, para contar las hazañas de los modestos. Y eso es lo que ocurrió este domingo en El Pozuelo, el estadio del Juventud Torremolinos, con el equipo costasoleño dejando en la cuneta al Huesca, dos categorías superior, en la tanda de penaltis tras tenerle contra las cuerdas durante un buen rato del encuentro, llegándole a ganar por 2-0. Los locales resistieron de pie el empate del Huesca para llevar el choque a los penaltis. Allí, el Torremolinos, consumó la gesta.
El Juventud Torremolinos, en la zona baja de la Segunda RFEF, una categoría a la que ascendió la temporada pasada, tenía una cita de campanillas en la Copa del Rey recibiendo al Huesca. No era el rival más atractivo del bombo, pero El Pozuelo se llenó hasta la bandera en la matinal del domingo para empujar a los suyos, encabezados por Javi López, recuperado para la práctica del fútbol tras las graves lesiones de rodilla que lo apartaron de la élite. El extremo está siendo profeta en su tierra, más después de esta eliminatoria.
El cuadro de Ibon Arrieta saltó al césped sin miedo al rival. Tanto es así, que a la media hora ganaba 2-0 y el sueño empezaba a hacerse realidad. Javi López anotó el primero en un mano a mano contra Miguel San Román. No le temblaron las piernas al capitán del Torremolinos. Era el minuto 243. En el 30', López se metió hasta la cocina por la banda derecha, levantó la cabeza y se la puso a Alexis para que la empujara. El sueño empezaba a hacerse realidad. Se convertía en tangible. Pero quebada un mundo, aunque lo más complicado estaba hecho, ya que el Huesca es uno de los equipos más solidos de Segunda.
Movió ficha Ziganda en el descanso, entre ellas en la portería, en busca de la reacción del equipo oscense. No tardó en llegar. En el minuto 52, Escriche recortaba distancias poniendo la punta de la bota a un centro de Soko, desviando la trayectoria del balón, que se coló en la portería de Amador.
En el 72' era Juan Villar el que remataba un córner en el segundo palo, empujando la pelota, y ponía el empate.
Faltaba saber si el Torremolinos, con el aliento de El Pozuelo, conseguía resistir en pie. No solo lo hizo, sino que llevó el partido a tanda de penaltis tras una prórroga sin goles. Ahí, el Huesca fallaba dos lanzamientos, uno de ellos el malagueño Joaquín Muñoz, y no necesitó el conjunto local llegar al quinto. Amador detuvo a Vilarrasa el cuatro del Huesca y Raúl Pesca mandó el decisivo a la escuadra haciendo inútil la estirada de Andrés Fernández, que casi llega. Pero era imparable, como todo el Torremolinos, que escribió en la matinal de este domingo una página importante de su historia.
El miércoles, a esperar el gordo en el sorteo.