Santiago Mera muestra su última medalla.

Santiago Mera muestra su última medalla. Cedida

Deporte

Santiago Mera, del quirófano del Hospital Regional de Málaga a recorrer el mundo en maratones

El subdirector médico del centro hospitalario se retira de estas competiciones que tantas vivencias le han regalado porque no quería que fueran estas las que le retiraran a él.

26 abril, 2023 05:00

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Santiago Mera pasa los días uniformado con un pijama verde. Los que le rodean en el ámbito laboral solo pueden apreciar sus ojos, que asoman tras la mascarilla, y su pericia utilizando cada uno de los utensilios de los que dispone en su quirófano del Hospital Regional de Málaga capital, donde trabaja como cirujano digestivo, jefe de sección de la Unidad de Cirugía Colorrectal y donde ocupa el cargo de subdirector médico. Sin embargo, cuando Mera baja la escalera del centro cada vez que finaliza su trabajo, todo esto queda atrás y lo habitual es verle acomodándose su par de zapatillas por las calles de la ciudad, que se bebe a base de zancadas.

Los fines de semana entrena con su grupo de amigos temprano, sobre las siete, para disfrutar del resto del día con la familia, y entre semana busca tiempo de donde no lo hay, bien sea cuando sale del hospital, por la mañana muy temprano o por la tarde noche, según le cuadre y en función del entrenamiento que le espere en el día, desde ciclismo hasta natación, carrera o pesas. Desde que tiene uso de razón ha practicado deporte y hace siete años se prometió que haría la maratón de Nueva York y, tras ella, que iba a conseguir recorrer otras cinco maratones. Lo ha conseguido, incluso con una pandemia de por medio. El pasado 23 de abril corrió la que fue su última prueba, en Londres.

La última, sí, lo tiene claro. Según cuenta Mera, es una decisión tomada desde hace mucho tiempo pues no quería que fuera la maratón quien le retirara a él. "Quería ser yo quien me retirara de las maratones y no al revés. Es una prueba muy dura que requiere un entrenamiento de 16 o 18 semanas previas. Castiga mucho las articulaciones y conozco a personas que tienen problemas de rodilla o cadera por ellas. No quería que ese fuera mi caso, porque quiero seguir haciendo deporte, así que decidí hacerlo así", explica a este periódico el cirujano.

El cirujano con su última medalla en la puerta del hospital.

El cirujano con su última medalla en la puerta del hospital. Cedida

Ahora tiene la mirada puesta en otras disciplinas deportivas, algo menos exigentes. Medias maratones, triatlones... Pero Mera reconoce que las maratones le han dado vivencias que va a recordar por siempre y que contará a sus nietos. En los últimos siete años hizo seis maratones. Nada le frenaba, a excepción de la pandemia de la Covid-19. "La pandemia me interrumpió, y casi evita la consecución de mi reto. Estar casi 3 años parado a mis 54 años es muy jodido", lamenta. 

Empezó por uno de los mayores retos a los que un atleta puede enfrentarse, la clásica maratón de Nueva York, el 6 de noviembre de 2016, con todo el glamour que rodea a esta. "Es el recorrido más duro que he hecho. Tiene la salida más bonita, desde el puente de Verrazano con el skyline de Manhattan. Creo que como todas las americanas, fue sin duda la más animada que he hecho", recuerda.

Maratón de Londres.

Maratón de Londres.

Tras ella, Mera cumplió un sueño y el sueño provocó que se marcara otro reto: conseguir otros cinco. Pese a que la pandemia lo frenó, Santiago consiguió lo que se propuso: Berlín, en 2017; Boston, en 2018; Tokio y Chicago, en 2019 y Londres, hace apenas unos días. Todas ellas, asegura, le han dado un sinfín de anécdotas y experiencias que contará a sus nietos. "Me ha ayudado a conocer otros países y culturas, además de para hacer grandes amigos", explica.

Berlín fue para él la carrera más plana en lo emocional, pero reconoce que fue la meta más bonita, en la mismísima Puerta de Brandemburgo. "Esta fue la que me ayudó a luchar por mi reto", cuenta. La de Boston fue adrenalina pura y dura para él. Corrió bajo un huracán: "Salimos a 0 grados, con lluvias torrenciales todo el recorrido y vientos medios de 45 kilómetros por hora llegando a sufrir rachas de 80. Es la que mayor satisfacción personal e impacto emocional me produjo, tanto por el logro como por el ambiente que la rodeaba por el atentado que se produjo en 2013".

Mera en la Maratón de Boston.

Mera en la Maratón de Boston.

Tokio fue para él la más sobria y limpia, quizá por la cultura tan diferente que tienen los asiáticos. "Allí registré mi mejor marca", dice el cirujano, al que el tiempo en un maratón tampoco le importa demasiado ni le parece relevante. "En un maratón el mérito es acabarlo", sostiene. 

Chicago fue la que más le sorprendió y la que jamás creyó que iba a poder correr, puesto que se lesionó siete semanas antes, cabe recordar que la preparación para este tipo de pruebas puede alargarse hasta las dieciocho semanas, y fue totalmente "a pelo".

Y la última, como decíamos, fue Londres. Para él es la ciudad que le ha dado el recorrido más bonito, pero a la vez engañoso, matiza, con muchos "toboganes". "Ha sido muy especial porque ya sabía que iba a ser la última. La he vivido con mucha expectativa. El cruce por el Tower Bridge en el kilómetro 21 es una imagen que nunca se me va a borrar. Ha sido la preparación más dura tras la pandemia y después de completarla la verdad es que tengo mucha satisfacción por ver este reto culminado", expresa, algo emocionado.

Maratón de Tokio.

Maratón de Tokio.

Para él este reto ha supuesto "una gran experiencia personal" que le ha ayudado a sacar lo mejor de él ante cualquier adversidad, a ser más solidario, a trabajar mejor en equipo. También le ha aportado salud, física y mental, útil en su espacio de trabajo, donde tanto tiempo pasa de pie y donde sufre, en ocasiones, situaciones difíciles y estresantes. "La cirugía es un trabajo de equipo, un trabajo solidario en el que tienes que sacar lo mejor de ti mismo en situaciones difíciles. Es un trabajo que requiere disciplina, conocimiento, actualización... En el fondo, un entrenamiento. Para que sea efectivo, tiene que ser periódico. Igual que hay que entrenar todos los días para rendir en una competición deportiva, también hay que entrenar para rendir en nuestra profesión, estudiando, actualizándote, sabiendo qué hay qué hacer en función del paciente, y sobre todo, siendo solidario con el resto y sabiendo trabajar en equipo", zanja.