Está todo dispuesto para la primera de las cuatro "finales" que tiene que afrontar el Málaga C.F. de aquí al final de temporada. Será frente al Real Oviedo, este sábado, a partir de las 18.15 en un estadio de La Rosaleda que se espera se vista de gala para la ocasión, cuando el equipo más lo necesita.
Después de asimilar todos los malos resultados de la jornada anterior que hicieron replantearse la realidad en la que se encuentra el Málaga, que llegó a distorsionarse con la ilusión que insufló la llegada de Pablo Guede al banquillo, la trascendencia de este partido ha calado tanto en el club, los jugadores y en la afición, que entre todos se han conjurado para afrontar el duelo contra los asturianos con la mejor predisposición posible.
En lo estrictamente deportivo, el Málaga llega tras una mejora clara en el juego de la mano de Guede. Aunque en Las Palmas, sobre todo en la primera mitad, al equipo le costó encontrarse cómodo en el campo y obligó al entrenador a cambiar el dibujo en el descanso.
El Málaga pierde para este partido a Víctor Gómez, que fue expulsado en el estadio Gran Canaria, y recupera a Alberto Escassi.
La sensación es que Guede apostará por una línea de cuatro en defensa, que es con la que mejor ha rendido el equipo, y falta saber si de esa línea se caerá Peybernes, señalado en el descanso del partido contra Las Palmas. Guede ha dicho en la previa del partido que tiene decidido quién será sustituto de Víctor en el lateral derecho. Ismael Casas, que tuvo buenos minutos en Las Palmas, puede ser el elegido, ya que además es el otro lateral que hay en la plantilla. Javi Jiménez, lesionado, es la otra baja que tiene Pablo Guede en la defensa.
Tampoco podrá contar el preparador argentino con Jairo, baja en el entrenamiento del jueves, Adrián ni Hicham, además de Luis Muñoz, que cumple su segundo partido de sanción.
Otra de las dudas que hay para este encuentro es si Guede tirará de los jugadores del Atlético Malagueño en vista de que el filial juega este domingo el primer partido del playoff de ascenso a Segunda RFEF.
Enfrente estará un Real Oviedo que es uno de los equipos más en forma del campeonato en este momento. Los de José Ángel Ziganda suman seis victorias consecutivas que le han valido para meterse en zona del playoff de ascenso a Primera División. Son sextos con 63 puntos, tres sobre la Ponferradina.
Al frente del cuadro carbayón llega Borja Bastón. El delantero madrileño es el pichichi de la categoría con 19 goles, quién lo diría después de su etapa como malaguista el año del descenso a Segunda, donde solo anotó dos goles y no dejó un buen recuerdo en la parroquia blanquiazul.
Una parroquia que, impulsada por la necesidad del equipo y por la iniciativa del club de regalar una entrada a cada poseedor del carné de Fiel Malaguista, va a vestir con sus mejores galas a La Rosaleda para intentar llevar en volandas al equipo.
Se espera un recibimiento a los jugadores de Guede y que el 'templo' blanquiazul sea una caldera durante los noventa minutos para darle aliento a un Málaga que se encuentra en el peor momento de la temporada en cuanto a clasificación.
Una clasificación en la que el Málaga está cuatro puntos por encima del descenso, con 41, los mismos que el Sporting de Gijón. Por detrás viene el Amorebieta y la Real Sociedad B. Malos compañeros de viaje para el Málaga, que en el caso de triples y cuádruples empates siempre llevaría las de perder, por lo que sería preferible no tener que tirar de calculadora a final de temporada.
Para ello, se necesita la mejor versión del Málaga y la mejor versión de La Rosaleda para que el horizonte más cercano se vea de otro color.