El tráfico aéreo trae de cabeza al Málaga CF

Las pretemporadas están para coger los conceptos que un entrenador quiera imprimir, para coger ritmo de partidos y sumar minutos en las piernas, normalmente, más cargadas de lo habitual, y también para ir ajustando las fisuras que se vean en la maquinaria. Y los ajustes, el Málaga CF los tiene que hacer por arriba. Tres de los cinco goles encajados en los dos partidos más exigentes que han jugado los blanquiazules han llegado a balón parado. 

De los cinco partidos que lleva el Málaga esta pretemporada, ha perdido tres y ganado dos. A tres de ellos le ha dado carácter de entrenamiento, aunque el de este pasado sábado con la Real Balompédica Linense tuvo un carácter más serio, además de que el rival era solo de una categoría inferior. 

Los otros dos han sido test más serios, con público, televisión y rivales de más entidad, como el Hull City y el Cádiz CF. En ambos choques, el equipo de Pablo Guede ha dejado buenos momentos y maneras para ilusionarse sobre todo cuando el equipo tiene la pelota, que busca la portería contraria sin muchos rodeos, con pases verticales y moviendo el balón con velocidad. 

Pero cuando en esos partidos ha habido tráfico aéreo en el área malaguista, el Málaga CF ha tenido problemas. Los dos primeros goles del Hull City llegaron de esa manera, con remates cómodos cerca de la portería de Manolo Reina. Fallos en los marcajes y jugadores rematando solos dentro del área chica. 

Contra el Cádiz, el primero llegó de la misma manera, Luis Hernández, a pesar de tener a Alberto Escassi pegado como una lapa, remató casi a placer al fondo de la red para adelantar a los amarillos. 

Entre otras cosas, es una de las cosas que tiene que trabajar para corregir Pablo Guede en las tres semanas que faltan para que empiece la Liga. En la plantilla tiene efectivos para solucionarlo. Además del mencionado Escassi, en el Málaga hay jugadores con poderío en el juego aéreo como son Esteban Burgos, Unai Bustinza, Juande, Ramalho, Genaro o Andrés Caro, encargados de ponerle remedio a un lance del juego que hasta el momento está dando algún quebradero de cabeza.