'No le marca un gol ni al arcoíris'. Ese dicho popular se puede aplicar al Málaga CF sin paliativos. Aunque en honor a la verdad, para marcar goles hay que tirar a puerta, y los blanquiazules no lo hicieron en ninguna ocasión contra el Real Oviedo. El equipo ahora entrenado por Pellicer, es uno de los peores en la faceta ofensiva de Segunda División, lo que unido a que le cuesta un mundo dejar la portería a cero, lo tiene al borde del abismo.
Lo más desolador del partido del viernes es que grada no tembló ni con un simple '¡uy!'. El Málaga fue incapaz de encontrar el camino de Quentin Braat, que podría haberse dejado los guantes en el vestuario. Muchos fuegos artificiales en las inmediaciones del área, pero ningún peligro. Eso en un equipo que ahora el viernes salió con dos delanteros, Fran Sol y Rubén Castro, al que se le resiste convertirse en el máximo goleador español de la historia de la Liga. Solo tiene a Quini por delante. Y a un mundo, Messi y Cristiano Ronaldo. En el arranque del campeonato parecía que iba a ser pan comido para el canario, pero la situación del Málaga lo absorbe todo.
Los ahora entrenados por Pellicer, que todavía no ha celebrado un gol en los dos partidos que lleva al frente del equipo, solo llevan 19 goles a favor en todo el curso, una media de 0,7 tantos por partido. Solo llevan menos el Real Oviedo y el Ibiza, con 17, y el Racing de Santander con 18. Los mismos que el Málaga lleva el Lugo, penúltimo.
De esos 19 goles, ocho los han marcado los delanteros de la plantilla. Cinco Rubén Castro, dos Pablo Chavarría y uno Fran Sol. Loren Zúñiga no se ha estrenado.
Hasta en once partidos de los veintiséis disputados hasta el momento se ha quedado el Málaga sin marcar. Y solo en dos ocasiones ha marcado más de un gol. De las seis temporadas anteriores que ha jugado en Segunda División bajo la nueva denominación, nunca había tenido unas cifras tan bajas de cara a portería. Y por, entre otras cosas, está al borde del precipicio.