En el Paseo Marítimo Antonio Machado, el de la Málaga oeste, un par de señores mayores hacían cuentas durante su paseo matutino. "Si ahora le ganamos al Racing de Santander y a la Ponferradina, le quitamos tres puntos a cada uno y encima le ganamos el gol average (dicho tal como se escribe)". En un bar de la genuina barriada malagueña de Huelin, a la hora de los más rezagados en el desayuno, un parroquiano se dirige a alguien que pasa por la puerta. "Ufffff, no vea anoche el Málaga... Menos mal!". En Twitter, con ironía pero con un fondo, muy profundo de esperanza, se contaban los 21 puntos que separan al equipo del playoff. Una quimera.
La tarde-anterior a esas conversaciones, el Unicaja paseaba por las calles de la ciudad la Copa del Rey, un título seis años después del último, conseguido a lo grande, eliminando a dos gigantes, certificado por alguien como Alberto Díaz, llamado ser uno de los nombres más importantes en la historia del club. Se volvía a hablar del Málaga, que cuando el cuadro cajista puso la copa en las vitrinas de Los Guindos se deshizo del Zaragoza por 3-0.
Por lo novedoso, una victoria, contundente, casi dos meses después. Y por el deseo de que este sea el aldabonazo definitivo para el despegue, y de una vez salir del pozo de la Segunda División, donde vive el Málaga desde el mes de septiembre.
La realidad dice que el Málaga está ahora a cinco puntos de la permanencia, y se tiene que medir a sus dos rivales más directos, como recordaban los caminantes del Antonio Machado. El Racing de Santander será el próximo equipo que visite La Rosaleda, el domingo 5 de marzo a las 18:30 horas. Y la Ponferradina espera al Málaga en El Toralín en el mes de mayo. La situación puede ser muy diferente entonces.
El Málaga tiene ahora un calendario de aúpa, porque antes de que llegue el Racing, viajará a Granada para jugar el derbi andaluz en Los Cármenes el próximo lunes 27. Tras los cántabros, Las Palmas espera en el Gran Canaria y el Levante visitará La Rosaleda. Tres claros candidatos al ascenso y el rival directo por la permanencia. Los pies hay que tenerlos en el suelo.
Pero las formas que se vieron en la noche del lunes en La Rosaleda invitan a pensar que este puede ser un punto de inflexión. Apareció el Rubén Castro esperado, Lago Junior certificó que es capitán general ya de este equipo, la portería se mantuvo a cero, se metieron tres goles después de que en Albacete se metieran dos, y la afición acabó haciendo la ola y entonando el 'Sí se puede' para desatar el malestar acumulado durante tantos partidos. La búsqueda de entradas para el derbi andaluz de Los Cármenes, según lo que se percibe en las redes sociales, se dispara. Y, sobre todo, el Málaga CF solo puede mejorar lo ofrecido hasta el momento.
Queda mucho camino por recorrer. La gasolina cargada contra el Zaragoza puede ayudar.