El Málaga CF por fin protagonizó una actuación convincente en lo que va de temporada. Con un marcador desahogado, un final tranquilo y la portería a cero, permitiendo la fiesta de su afición y despejando de algunos nubarrones el horizonte que todavía no tiene aclarado, pero que ahora se ve de otra manera después del 3-0 al Real Zaragoza el pasado lunes en La Rosaleda. Un resultado que dejó varias buenas noticias en cuanto nombres propios se refiere.
Sobre el césped de Martiricos se pudo ver el paso adelante de algunos jugadores, la consolidación de otros y algunos destellos que si tienen continuidad, ayudarán al Málaga a salir del atolladero en el que lleva más tiempo del esperado. Además de Rubén Castro, el hombre de la noche, la dirección de campo de Sergio Pellicer, y las actuaciones de Delmás, Ramalho, Cristian, Lago Junior y Fran Villalba invitan, con los pies en el suelo por la realidad no es otra que la del descenso, a algo de optimismo.
Rubén Castro: El gran nombre propio. Se convirtió en el hombre récord del fútbol español salvando las distancias con Messi y Cristiano Ronaldo. El malaguismo espera que el doblete del canario, que ahora suma siete dianas, sirva para quitarle el tapón al ataque del Málaga y meter goles deje de ser jeroglífico.
Sergio Pellicer: El resultado respalda la apuesta del entrenador del Málaga por intervenir en el once sin importarle los nombres, como se encarga de recalcar en sala de prensa. La dirección de campo, con la entrada de 'RC24' por N'Diaye y la aparición de Gallar fueron aciertos que directamente supusieron goles.
Ramalho: Se consolida como el central más en forma del Málaga. Las circunstancias lo han llevado a ser el único fijo en el centro de la zaga y cada partido se muestra más fiable. Salvó el 0-1 que hace no mucho hubiera sido gol. Lo ha jugado todo con Pellicer.
Cristian: Segundo partido consecutivo en el lateral izquierdo en detrimento de Javi Jiménez. Hasta el momento, no se le ven las carencias en defensa que ha ido mostrando el jiennense durante todo el campeonato. Además, es un arma letal para el balón parado como demostró en Albacete. Parece que se asienta en el puesto.
Delmás: Aunque se mostró débil en defensa y estuvo en manos de Bebé, mostró su valía a balón parado y se descolgó en ataque con criterio en la jugada del 1-0. Todo suma.
Genaro: Ahora mismo es el pivote indiscutible del equipo. La baja de forma de N'Diaye y la lesión de Escassi, que jugó sus primeros minutos con Pellicer y lo hizo junto a Genaro, han permitido al sevillano convertirse en pieza clave en el esquema malaguista. Aunque dos excesos de confianza cediendo el balón atrás pudieron salirles muy caros al Málaga.
Lago Junior: Ha llegado para tirar del carro del equipo y lo está haciendo en forma de goles. Ya suma tres y es el segundo máximo goleador del Málaga. Como quien dice, acaba de llegar. El del lunes fue un golazo de otra categoría. Le falta más continuidad en el juego, pero eso puede llegar con los minutos.
Fran Villalba: El mediapunta volvió al once contra el Zaragoza y dejó la asistencia clave del partido, la del 1-0, en un balón con veneno que le envió a Rubén Castro. Son acciones que deben darle confianza a un jugador desequilibrante como él para seguir creciendo.
Álex Gallar: El de Tarrasa ha pasado por una de las experiencias más amargas que se tienen en la vida, y eso unido a las lesiones lo han tenido mucho tiempo fuera de juego. Pero la asistencia que le dio a Rubén Castro en el tercer gol fue de muchos quilates. Su precisión en las zonas de peligro puede ser clave en el tramo final de la temporada y el Málaga la necesita.
Si a estos nombres propios se le suma que el Málaga redujo a cinco puntos su distancia con la permanencia aprovechando la derrota del Racing de Santander, y que la afición volvió a dar una lección más, demostrando que no dejará solo al equipo, el cuadro blanquiazul viaja a Granada con una perspectiva más halagüeña. Pero esa será otra batalla.