El Málaga CF está generando de todo entre su afición, menos ilusión. Lo que más falta hace en unos momentos de zozobra después de que el equipo, con un estadio lleno domingo tras domingo, se ha ido a Primera RFEF, fuera del fútbol profesional, tras de pasar toda la temporada en puestos de descenso. Solo salen noticias negativas del interior de La Rosaleda, forzados por las circunstancias en las que vive la entidad. Lo último, el anuncio del inicio de la campaña de abonados, pospuesta para el mes de julio.
El director general del Málaga CF, Kike Pérez, ha dado un baño de realidad en entrevista concedida este lunes en Onda Cero. El ejecutivo malaguista ha reconocido que el ERE que afronta la entidad va a ser muy duro, y ha anunciado la fecha de inicio de la campaña de abonados y la presentación de la nueva camiseta del Málaga.
El descenso fue el rejonazo definitivo a una afición que lleva sufriendo decepciones desde el año que el Málaga bajó a Segunda División en el curso 2017-2018, con una temporada nefasta. Y tras este varapalo, que acabó como el rosario de la aurora a las afueras de La Rosaleda tras el último partido de liga contra el Ibiza, nada de lo que sucede en el club está sirviendo para reenganchar al malaguismo.
Ni siquiera se ha tirado del orgullo herido para que los malaguistas muestren el amor a sus colores sacándose el abono para la próxima temporada. Aunque incluso se pueda rozar el populismo, la posibilidad de darle a la afición la opción de mostrar su fidelidad al Málaga CF inmediatamente después del desastre, se ha esfumado.
Hasta el 11 de julio, según ha anunciado Kike Pérez, no se pondrá en marcha esa campaña. En esa fecha, el Málaga habrá avanzado la configuración de su plantilla. Pero no se espera ningún fichaje que despierte el interés del malaguismo, ya que el perfil por el que se está apostando es el de jugadores expertos en una categoría prácticamente nueva y cuyo mercado gran parte de la afición desconoce.
Tampoco se ha conseguido retener a ninguno de los tres pesos pesados con los que se quería contar para la próxima temporada.
Otro chispazo que despierta el ánimo de la afición es la nueva camiseta. Esta tampoco llegará hasta la misma semana que arranque la campaña de abonos. El curso pasado, con nueva marca, fue Rubén Castro el encargado de presentarla en sociedad en un acto en la Plaza de la Constitución.
Junto a esa falta de incentivos en forma de campaña de abonos y de fichajes ilusionantes, el Málaga CF va a vivir el cisma de un ERE. Otra vez. Y ese Expediente de Regulación de Empleo será "muy duro", reconoce Kike Pérez.
Aunque desde la grada se señala a algunos empleados del club como responsables del desastre y ha pedido dimisiones, que no han llegado desde ningún lugar, la mayoría de afectados serán los trabajadores que sacan adelante el día a día del club. El socavo emocional que supone una situación de esas características no ayudará al optimismo con respecto al equipo. Se habla de un despido de entre 50 y 60 personas. Las negociaciones con el comité de empresa pueden reducir ese número.
Por tanto, aunque esta semana se prevé el desembarco de al menos dos fichajes más en La Rosaleda, y haya alguna operación más avanzada y cerca de cerrarse, no hay quien levante el ánimo y la ilusión del malaguismo. Habrá que esperar a que ruede el balón.