Hacía muchos días, muchos meses, que en el Málaga CF no se vivían días de tranquilidad, de alegría y de calma. Pero la pelota entra, el equipo gana, La Rosaleda vibra, y ahora mismo en el club se han instalado el estado de gracia. Y parte de la culpa la tienen las necesidades que han llevado a los dirigentes y al entrenador a apostar por savia nueva, por jóvenes descarados que en el arranque de temporada se lo están dejando todo en el campo. Este es el Málaga del ‘flow’.
Así fue como definió Sergio Pellicer a los jugadores más imberbes de su equipo en la rueda de prensa posterior a la victoria contra el Recreativo Granada en La Rosaleda. Reconocía el técnico que no había disfrutado de la victoria pero se le notaba relajado, con la serenidad y la tranquilidad que dan estas tres victorias consecutivas que llevan la tregua a La Rosaleda después de mucho tiempo.
Destacando las bonanzas de su equipo sobre el verde, se refirió a los más jóvenes de la plantilla, a los que por planificación y también por méritos les ha dado protagonismo y minutos. “La gente joven tienen flow”, fue lo que dijo el de Nules para definir la actuación del Málaga, cuyo frente de ataque está poblado por jóvenes descarados, con la excepción de Dioni, que es el que le aporta el poso de la experiencia.
Con la gente joven Pellicer se refería a nombres como Kevin, Larrubia o Dani Lorenzo que salió en la segunda parte. También está Roberto, que ofrece menos arabescos y descaro sobre el verde, pero cuyo empuje puede ser demoledor para los rivales.
Por ejemplo, la primera parte de Kevin la construyó el del Llano de la Trinidad regate tras regate, desbordando, asistiendo e incluso tirándose al suelo para robar una pelota que supuso el 1-0. Le salió todo al canterano, que se ha ganado ya el favor de una Rosaleda que lo esperaba con dudas después de su aparición hace dos temporadas y su cesión del curso pasado. Desde la pretemporada, el malagueño no ha parado de crecer.
Otro descarado en esta ocasión fue Larrubia. Menos protagonista contra el Recreativo Granada pero intentándolo siempre, encarando y buscando pases definitivos siempre que empezaba a pisar los terrenos donde se deciden los partidos. Incluso estrelló un balón en la madera. La cesión la temporada pasada en el Mérida le sirvió para hacerse un hombre.
Más gris fue la actuación de Lorenzo en los minutos que estuvo sobre el campo. Para sorpresa de muchos, se quedó en el banquillo para dejarle su puesto a Sangalli, que fue uno de los más destacados. El ’22’ salió para situarse detrás de Roberto, a donde costó más que llegase la pelota que en el interior, donde se ha desempañado hasta ahora. Pero en un simple control de Lorenzo se intuye mucho fútbol en sus botas.
Ese “flow” se enfrenta ahora a uno de los escenarios más complicados de la categoría, Linarejos. Y un rival, el Linares, que esta jornada se impuso al Córdoba en El Arcángel. Hará falta mucho más que flow. Pero ese descaro de los jóvenes blanquiazules está llevando tiene al Málaga tercero después de cuatro jornadas. Hacía mucho tiempo de eso.