Otra victoria en La Rosaleda. Tres puntos conquistados por un Málaga CF muy de más a menos, con una segunda parte muy gris que permitió al Melilla, rival bastante inferior, llegar vivo al final del encuentro y con una dirección de campo un tanto desacertada. Fue un partido en el que a los blanquiazules se le fueron acabando las ideas conforme pasaban los minutos. El gol de Dioni a la media hora le sirve al conjunto blanquiazul para segundo en la tabla con 18 puntos a falta de que se juegue la jornada el fin de semana.
Todo ello, delante de una Rosaleda que acogió a más de 24.000 personas con un aspecto de Primera División más que de Primera RFEF. A todos se les heló la sangre en el minuto noventa cuando empató el Melilla. Pero el tanto fue anulado por fuera de juego que lo parecía. Sufriendo como contra el San Fernando, el Málaga sigue ganando.
Como en Huelva, Pellicer le metió mano al once e introdujo cuatro cambios con respecto al partido del Colombino. De primeras, sorprendió, aunque algo había dejado caer en la previa, con la titularidad de Loren Zúñiga para darle descanso a Roberto. Se esperaba la vuelta de Genaro, pero el de Gerena siguió en el banquillo dejando de nuevo los mandos a Manu Molina. También descansó Sangalli, al igual que Einar. Además de Loren, Juanpe, Juande y Dioni fueron las novedades. Además, en el banquillo estuvo Haitam, que se estrenaba en la convocatoria.
Con esto, Herrero estuvo bajo palos con Gabilondo, Nelson, Juande y Dani Sánchez por delante; Molina y Juanpe en el centro del campo con Kevin y Larrubia en las bandas; Dioni en la media punta y Loren Zúñiga de '9'.
De primeras, el partido parecía venirle muy grande al Melilla, que debajo al Málaga maniobrar con peligro cerca del área y concedió varias ocasiones muy claras en los primeros compases del partido.
A los cuatro minutos llegó la primera clarísima para el Málaga. Un balón al hueco de Juanpe lo recogió Gabilondo ante la relajación de su par, que se durmió. Se metió hasta la cocina pero se le hizo de noche para el pase de la muerte. El córner posterior lo remató Nelson obligando a Montoya a salvar el primero. Estaba muy cómodo el Málaga en los primeros minutos.
El Málaga recuperó pronto y la pelota se la llevó Kevin por la izquierda que la puso al segundo palo donde estaba Dioni. El malagueño la bajo y la puso atrás para Manu Molina, que tenía que acertar en el remate. Las piernas se le hicieron un nudo. El Melilla no sabía por dónde le venían. El Málaga tendría que ser paciente, no dejarse llevar por las prisas, porque el partido le venía grande al Melilla.
El ritmo había bajado, el Málaga empujaba menos que en el arranque pero tenía el control. Hasta que en el 25' Larrubia se cosió el balón a la bota para recorrerse medio campo con ella pegada al pie. Loren no le supo tirar el desmarque y el de La Luz se fue yendo para la izquierda hasta que apareció Kevin, remató de primera con la zurda y se le fue cerca del poste.
Y ya no hubo que esperar más. Mala salida del Melilla de nuevo, Juanpe abrió a la derecha para Gabilondo que llegó hasta la cal para ponerla atrás. Loren se interpuso en el camino, porque estaba solo Dioni detrás. El '9' controló y remató. El rechace de Montoya llegó a las botas de Kevin y entre el portero y el poste evitaron lo que fue inevitable con Dioni, que estaba con la caña para empujarla con la planta del pie. Piña para celebrarlo.
Y mientras se estaba escribiendo en esta crónica la jugada del gol, por la izquierda se la llevó Dani Sánchez y la puso al segundo palo, Dioni se elevó y obligó a Montoya a sacarla de la escuadra.
El Málaga robaba otra vez arriba, el Melilla estaba desbordado, Siddiki se tomaba la justicia por su mano -el marroquí tiene tanto fútbol en sus botas como malas pulgas, en Antequera este verano ya lo demostró- antes de generar la primera para los visitantes, llevándose el balón por la derecha y rematando al lateral de la red. Poco después se rompió.
Y en las gradas, las 24.292 personas que asistieron al encuentro estallaron al borde del descanso. Loren robó el balón dentro del área en una falta de entendimiento de la defensa visitante, la puso atrás y la pelota rechazada le llegó a Juanpe que disparó con el interior y Montoya repelió. La pelota volvió a los pies del jerezano que se metió dentro del área y sufrió un penalti que desde la grada pareció clamoroso. No lo vio así el colegiado que sacó amarilla a Nelson Monte que se vio obligado a parar la contra. Perdonaba el Málaga la sentencia en un partido que tendría que haberse ido sentenciado a los vestuarios.
Larrubia se quedó en el banquillo para dejarle su sitio a Dani Lorenzo. Mala decisión como se vio después. Y el Melilla, con dos movimientos, salió otra vez con la alfombra roja puesta. Kevin tuvo el segundo nada más empezar y lo mandó al lateral de la red. Después, el partido se paró por un percance en la grada que los miembros de la Cruz Roja tuvieron que atender. Un aficionado sufrió una bajada de tensión, informó el club a los pocos minutos.
El Málaga seguía dominando y acercándose, pero con una marcha menos, llegaba con menos mordiente arriba, sin el veneno que pedía Pellicer en la previa. El Melilla se estiraba algo más y no tenía contemplaciones a la hora de cortar el juego. Kevin y Dioni dieron fe.
La salida de Larrubia llevó a Kevin a la derecha, donde aporta menos, y se perdió peligro y profundidad por la banda izquierda, que era entera para Dani Sánchez, sin factor sorpresa.
Roberto por Loren, que se marchó ovacionado. La grada se caía con la entrada del cordobés. Poco después se iban Manu Molina y Juanpe, al que se le escapó un cabezazo por poco, y entraron Genaro y Sangalli. Piernas frescas para el centro del campo.
Pero no era capaz el Málaga de hacerse con el partido, le costaba más dominar e incluso pudo quedarse con uno menos si Martínez Montalbán no le perdona la segunda a Kevin. Le había sacado la primera poco antes de entrada en la que llegó tarde. Al de la Trinidad le había dado de todos los colores. Así es el fútbol.
Y tan así que la grada se quedó medio segundo de piedra. Empató el Melilla pero el juez de línea había levantado la bandera. El fuero de juego lo parecía. El Málaga lleva un rato sin saber muy bien que hacer con la pelota. Ningún cambio mejoró al equipo.
El partido terminó con Miguel Rivera corriendo como un loco por la banda reclamando penalti por manos de Genaro que podría ser de las que se pitan con el VAR pero que nunca lo han sido. El Melilla llegó vivo al final porque el Málaga lo dejó. Pero no lo suficiente para que tres puntos más se queden en La Rosaleda.