Hasta la tercera ronda llegó la historia del Málaga CF en la Copa del Rey 2023-2024. Pero no de cualquier manera. Fue después de plantarle cara a toda una Real Sociedad que se llevó la eliminatoria con gracias a un tanto de Galilea en propia puerta nada más empezar la segunda mitad.
Fue un Málaga bravo que aguantó como pudo en la primera mitad a un octavo finalista de Champions que salió casi con su once de gala y fue capaz de hacerlo temblar en la segunda mitad tras el mazazo del tempranero gol en propia puerta. Un señor partido del Málaga en una noche como las que el malaguismo espera que no tarden en volver a vivirse en su templo de La Rosaleda.
Sergio Pellicer le metió mano al equipo para brindarlo defensivamente y mucha energía arriba para presionar a la Real Sociedad. Lo que parecía que iba a ser un sistema de tres centrales lo resolvió el técnico blanquiazul con un 1-4-4-2 con Carlos López, que se mantuvo como portero de la Copa, escoltado por tres centrales: Murillo de lateral derecho, Moussa y Einar en el centro de la defensa y Víctor García en la izquierda. Gabilondo adelantó su posición al interior derecho con Sangalli y Juanpe estuvieron en la medular. Cordero jugó por la izquierda y por delante el joven Ochoa más Roberto como '9'.
Enfrente, todo el arsenal disponible al campo. Con las bajas de Kubo, Sadiq y Traoré, Alguacil tiró con lo mejor que tenía con nombres como Le Normand, Mikel Merino, Zubimendi, Oyarzábal o Barrenetxea. Marrero; Odriozola, Zubeldía, Le Normand, Aihen; Zubimendi, Mikel Merino, Zakarian, Brais Méndez, Oyarzábal y Barrenetxea era el once del octavo finalista de Champions.
El Málaga salió sin complejos y presionando arriba a la Real cuando tocaba e intentaba llegar rápido al área visitante cuando agarraba la pelota. Los vascos salieron como mucha intensidad en la presión pero no estaban cómodos con la pelota. Eso sí, se plantaban cerca de Carlos López con facilidad y Oyarzábal pudo meter el primero en el trece de no ser porque su compañero Brais Méndez se interpuso en el camino. Le faltó poco de nuevo al '10' 'txuri urdin' en una falta lateral que remató cerca del palo izquierdo de Carlos López.
A los 20 minutos el partido era completamente de la Real Sociedad, con Zubimendi hundido entre los centrales y marcando el ritmo. Y de nuevo los mismos protagonistas, Oyarzábal rematando a bocajarro un balón desde la izquierda y Carlos López parando con la cara. Pero los locales mantenían muy juntas las líneas para dejar los menos espacios posibles.
El Málaga esta noche sólo podía pensar en momentos. Y uno de ellos llegó en el 24 con una buena salida del balón desde atrás que le llegó a Ochoa, que salió algo trastabillado. Por la izquierda llegó Víctor García que con una bicicleta se hizo un hueco para sacar un zapatazo repelido por la misma escuadra que hizo temblar la portería. El rechace le llegó a Gabilondo que remató cruzado y Roberto en el segundo palo sacó la bota y se le fue fuera por milímetros.
El choque bajó revoluciones desde entonces pero la Real Sociedad era una amenaza constante con un Barrenetxea muy activo por la izquierda. A los de Pellicer les costó tener la pelota, algo esperado por otra parte, no volvieron a pisar el área de Marrero hasta el descanso. No les faltó actitud y disciplina y el final de los primeros 45 minutos se celebró en las gradas, donde había 22.111 espectadores, con una ovación a los suyos.
La segunda parte empezó con dos novedades en los visitantes. Zubimendi y Zakarian se quedaron en la caseta para dejarle sitio a Carlos López y Turrientes. Y con un jarro de agua fría. Una falta frontal colgada al segundo palo la recogió Mikel Merino para mandarla a la ratonera del área pequeña y Galilea en un forcejeo con Zubeldía se la metió a Carlos López.
La respuesta fue un triple cambio con Dani Lorenzo, Kevin y Dioni ocupando el sitio de Juanpe, Murillo y Cordero. Gabilondo volvió al lateral y Ochoa se puso por delante. Los de Pellicer dieron un paso adelante y manejaron más la pelota después de los cambios. La Rosaleda los incitó a tirar hacia adelante.
En el 66' Kevin tuvo un balón franco rechazado de un córner al borde del área que no remató bien. Había entrado Larrubia por un gran Aarón Ochoa poco antes y el Málaga estaba con un once muy parecido a cualquiera que podría salir en liga.
El empuje fue decayendo y la Real intentaba dormir un partido que no era capaz de cerrar. Habían perdido fuelle los de Imanol arriba, no llegaban al área con la facilidad de la primera mitad. Tuvo Roberto una en el 85'. El Málaga movió bien la pelota hasta llevarla a la derecha por donde llegó Gabilondo para ponerla de primeras. El cordobés remató molestado por Le Normand, con el que se las tuvo tiesas todo el partido.
Galilea salvó la puntilla en el 88' en una acción en la que demostró de lo que es capaz pinchando una pelota primero y picándosela a Carlos López después. El central vitoriano la sacó bajo palos y en la contra Larrubia, donde más le gusta, perdonó el empate. Fue una ocasión clarísima en la que el de La Luz se llenó de balón. De '10' a '10'. Estaba muriendo de pie el Málaga, dejando una imagen tremenda que debe servir para lo que viene en adelante, con menos oropel que lo visto en La Rosaleda.
Una buena noche de fútbol que dejó al Málaga eliminado de la Copa del Rey pero con honores, siendo capaces de acabar siendo mejor que un equipo de Champions, que se ha colado con toda las de ley en la aristocracia del fútbol europeo. Debe servir para lo que viene a partir de ahora. Un reto mayúsculo.