Se convirtió en un Málaga de culto. Encabezado por Joaquín Peiró y con una nómina inolvidable para la memoria del malaguismo que vivió el resurgir de su equipo al final del siglo XX, en los últimos años de la década de los noventa. Fue el que devolvió al equipo de la Costa del Sol a Primera División siete años después de la desaparición del CD Málaga. Ahora, el de Sergio Pellicer casi ha calcado los números de las cinco primeras jornadas de aquella inolvidable temporada 1998-1999. Los dos equipos sumaron nueve puntos y era séptimos en la tabla. Ambos eran dos escuadras recién ascendidas desde Segunda División B, la de Peiró, desde Primera RFEF, el de Pellicer. Un milagro medió en las dos ocasiones.
Salvando las distancias, aquel equipo se construyó con quince incorporaciones -tres más en el mercado de invierno- pensadas para el ascenso, tal y como se encargó de dejar claro el malogrado Fernando Puche, presidente de una plantilla a la que le metió en la cabeza el ascenso desde el primer día. Esta temporada, con seis refuerzos, el mensaje del club también es claro. Primero, los 50 puntos. Después, hasta donde se pueda llegar, si es que se puede llegar. Las situaciones institucionales son bien distintas y ahora toca ir con pies de plomo.
Tanto el Málaga de la temporada 1998-1999 como el de esta 2024-2025 firmaron de inicio dos victorias y tres empates, con una secuencia diferente.
Rememorando el inicio de liga del Málaga de Joaquín Peiró, lo primero que hizo ganarle al Eibar 2-1 en La Rosaleda que desde aquel mismo día encumbró a Ariel Zárate, que metió un golazo para firmar los primeros tres puntos. Después vino la victoria en O Couto contra el Ourense con un tanto de Ruano. Después de ese inicio fulgurante llegaron tres empates que enfriaron algo los ánimos. Guede fue el autor del 1-1 contra el Sporting de Gijón en La Rosaleda; De los Santos y Catanha fueron los autores de los dos goles para un empate a dos contra el Recreativo de Huelva de Joaquín Caparrós en el estadio Colombino; y después vino un 0-0 contra Las Palmas en Martiricos.
Está más fresca la arrancada de este Málaga en la 2024-2025 con el empate a dos en Ferrol, la igualada a uno contra el Mirandés en La Rosaleda y el épico 2-1 contra el Albacete también en Martiricos. Después vino el 0-0 contra el Córdoba, antes del triunfo en el mejor partido del curso contra el Huesca el pasado sábado en la ribera del Guadalmedina.
El Málaga de Peiró continuó la secuencia nada menos que con un 1-4 en Mérida, contra un equipo recién caído desde Primera División. Lo mismo se encontrará en Los Cármenes este viernes. Un Granada que viene de Primera con aspiraciones de regreso inmediato, pero que no ha empezado con buen pie la temporada. 25 años después, aquel Málaga es un buen espejo en el que mirarse.