No corren buenos tiempos en el Unicaja. Ni en la salud ni en la práctica deportiva. El club notificó este martes un brote de Covid-19 que imposibilita jugar los dos partidos de esta semana. Y los resultados en la cancha tampoco permiten rebosar de felicidad con el equipo. La suscripción de esta temporada corresponde a una película en la que se navega, hay un hundimiento y se trata remontar para finalmente no llegar a tierra. Podría ser perfectamente una historia de Hollywood. Ojalá. Pero es el día a día si el equipo cajista atraviesa un tramo en el que pierde por más de 11 puntos o más. 1 victoria en 8 partidos.

El domingo parecía que iba a ser diferente. El primer cuarto en defensa sorprendió a propios y a extraños. Y hasta ahí. Un equipo cegado en ataque sucumbió ante un rival que fue mejor. Tal fue la debacle que el Unicaja anotó en 20 minutos 28 puntos, 12 en el segundo cuarto y 16 en el tercero, frente a los 49 que recibió. La máxima ventaja del Valencia fue de 23 puntos y no fue hasta que Alberto Díaz quiso cuando sus compañeros empezaron a creer en la remontada. A falta de 1:37 se colocaron a -5 y varias decisiones perjudiciales volvieron a disparar a los de Peñarroya para acabar con cualquier aspiración.

Sin embargo, no es una película que sea desconocida. El partido frente al Joventut tuvo el mismo arranque, el mismo desarrollo y el mismo desenlace. A excepción del final del primer cuarto que fue a la basura. La máxima ventaja la consiguieron a mediados del tercer período (20) y desde ahí se fue reduciendo paulatinamente. Es más, a diferencia de lo que pueda ocurrir en otros casos, el Unicaja llegó a estar por delante a dos minutos del final con un triple de Axel Bouteille (71-70). Sin embargo, faltas en defensa y pérdidas volvieron a hacer que el Unicaja perdiera un partido (72-76).

Otro caso similar fue ante el Real Madrid. Tan buena fue la primera parte cajista que se fueron por delante en el marcador dejando a los de Pablo Laso en 31 puntos. Pero duró lo que duró. Los jugadores de blanco se entonaron con el triple, fueron más agresivos y detuvieron el ataque de los visitantes en el WiZink Center (16 puntos en el tercer cuarto). Los líderes de la Liga Endesa no pisaron el freno y la máxima diferencia (16) en el resultado llegó a cinco minutos de que terminara el encuentro. El Unicaja de aquel día continuaba pendiente al average para la Copa del Rey y se intensificó en ataque para acabar a una distancia de cinco puntos. 

Esta ha sido la tónica cuando general cuando la mayor ventaja ha sido de 11 puntos o más. El equipo se ha vuelto un experto en remontadas que terminan en nada. Han sido muchas las veces en los que el Carpena ha vibrado viendo a sus jugadores reducir la diferencia para acabar a pocos puntos a excepción de en dos ocasiones. La primera fue en la visita a Manresa. El conjunto de Pedro Martínez fue un martillo con una evidente superioridad en la zona y alcanzó una ventaja de 21 puntos. Pero en este caso no hubo pie a que el equipo soñara con una posible remontada.

Victorias

Y la otra ocasión fue en el Carpena contra el Breogán, la única vez en la que el Unicaja ha conseguido remontar una diferencia superior a los 11 puntos. Los de Lugo se marcharon al descanso ganando (la diferencia má alta a lo largo del encuentro fue de 15) y los de Fotis Katsikaris consiguieron darle la vuelta y bien al marcador.

Es más, en algunas de las victorias ha ido a remolque. Ocurrió en la pista del Murcia (ventaja para los locles de 9), donde un triple de Bouteille a falta de 26 segundos para el final desempató el partido y dos tiros libres de Alberto Díaz lo sentenciaron. Sucedió también ante el Fuenlabrada, hace unas pocas semanas, cuando el equipo malagueño fue por detrás en el marcador hasta la mitad del tercer cuarto.

Un máster si se trata de que el resultado más igualado de lo que ha pasado en grandes tramos de muchos partidos. La Copa del Rey ya está fuera del alcancel del Unicaja. Por lo que el próximo objetivo en Liga es en mayo. Parece lejos, pero cada resultado cuenta. El equipo parece un experto en reducir esas ventajas, aunque no en culminar la labor. Ojalá el final de la película fuera otro muy distinto.

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