Son fechas complicadas para la afición del Unicaja. Este jueves empezó la Copa del Rey, el torneo más ilusionante por lo que supone jugárselo todo a un partido de 40 minutos. Sin embargo, la realidad que impera en el club malagueño a día de hoy es otra muy distinta y el equipo no ha hecho lo suficiente para estar entre los ocho mejores de la Liga Endesa que dan acceso al torneo. Tan cerca estaba Granada y qué lejos se ha quedado de cualquier aspiración.
Además, esta competición había servido en los últimos años para revitalizar al equipo. Sucedió en la edición anterior cuando los cajistas hicieron frente al Barça en cuartos de final, uno de los primeros partidos de Fotis Katsikaris y donde los jugadores dieron la cara con un final que seguirá en la memoria de muchos. O también ocurrió en la Copa de 2020 que se celebró en el Martín Carpena. Los malagueños ganaron sus cruces ante el Casademont Zaragoza y el MoraBanc Andorra para caer en la final contra el Real Madrid.
Ahora todo eso queda atrás. Aunque lo cierto es que el club de Los Guindos tiene una estadística histórica a la que agarrarse: desde la fundación del Club Baloncesto Málaga en 1992, la temporada 12/13 ha sido la única en la que no ha jugado ni la Copa del Rey ni el play-off. Aquel año con Jasmin Repesa fue prácticamente siniestro para los intereses de la entidad. Un empate a victorias contra el Obradoiro y una desventaja en el average dejaron fuera de la lucha por el título a un equipo que también había quedado fuera en el torneo de febrero.
No obstante, ha sido el único año. Esta temporada 21/22 ha sido la décima en la que el Unicaja no ha participado en la Copa del Rey y justo, durante esos años, estos "fracasos" han garantizado buenas posiciones en la Liga Endesa. Ha quedado octavo (campañas 10/11 y 97/98), séptimo (96/97), sexto (15/16, 03/04 y 92/93), quinto (09/10) y segundo (94/95).
El reto que afronta ahora Ibon Navarro es mayúsculo. Los malos resultados han provocado que cumplir objetivos futuros se haya ido complicando con el paso de los días, pero el primer paso está dado. En nada se parece este Unicaja al de la derrota frente al Casademont Zaragoza. Ahora esperan dos semanas de trabajo intenso para los jugadores que no acudan con sus selecciones, dos semanas para integrar nuevos conceptos y afrontar la última parte de la temporada con nuevos ánimos.
'Play-off' 21/22
En clave nacional, el Unicaja tiene un objetivo clave por delante: la clasificación para el play-off. La llegada de Ibon Navarro, el gran partido ante los de la capital y la victoria frente al Fuenlabrada han supuesto una inyección de moral para el equipo y la afición. La clasificación sigue siendo la que es y ahora mismo, a falta de que se recuperen varios partidos, es el UCAM Murcia con diez triunfos el que está en la octava posición. Es difícil, porque el Unicaja tiene ocho partidos ganados y ha disputado uno más que los de Sito Alonso, pero aún queda toda la segunda vuelta.
Entrar al play-off no será una cuestión nada sencilla. Desde el inicio de la Liga Endesa, ya se pronosticaba un aumento del nivel de la competición y así se ha producido. Equipos "no tan habituales" como Manresa, Murcia (no disputaba la Copa del Rey desde 1996) o Breogán (recién ascendido) les han quitado la plaza del torneo, con todo el merecimiento, a clubes más tradicionales como el propio Unicaja o el Baskonia.
El equipo sabe que la historia le acompaña, aunque también la irregularidad durante toda la temporada. Solo en 1 de las última 30 temporadas no se ha clasificado ni para la Copa del Rey ni para el play-off. Al Unicaja le quedan 14 partidos para remontar y no caer en un despropósito de temporada que se vislumbraba hace dos días y que ahora se ve con más ilusión. Las cosas del baloncesto. A ver si la esperanza ha llegado para quedarse.