Hay licencia para soñar, jugando como esta noche para todo. Porque sí, el Unicaja de Málaga ha confirmado que está vivo en la Liga Endesa. Tres victorias consecutivas le han vuelto a colocar más cerca del play-off que del descenso. Cómo cambia la vida en dos semanas. Y qué forma de jugar al baloncesto. Ibon Navarro se lo ha devuelto todo y el equipo lo demostró en pista con un 91-75 frente a un Bilbao Basket correoso y superior durante 25 minutos. Sin embargo, el coraje y el corazón decidieron en el Martín Carpena y a eso, después de lo visto, pocos le ganan a los cajistas.

No obstante, la novedad más importante de este partido fue que Ibon Navarro contara otra vez con Carlos Suárez. El capitán no había pisado mucho la cancha con Ibon Navarro y demostró que sigue siendo útil. Ángel Delgado jugó como quiso con los pívots cajistas, pero no con su nuevo emparejamiento, Suárez. El americano se las vio de todos los colores para generar nuevamente superioridad. Es más, al principio no lo hizo. Los dos primeros balones que recibió acabaron en recuperación del Unicaja. Su vuelta clave en esa franja del partido en la que el equipo quería reengancharse.

Este era un partido más importante de lo que aparentemente podía parecer: mirar hacia arriba o tener un ojo hacia abajo. Es más, si se ganaba, el Unicaja estaba más cerca de los puestos de play-off que del descenso. Y lo está. Quién lo iba a decir hace varios días. Y ocurrió. Todo el mundo sabía lo que había en juego porque no era solo un triunfo. Este Unicaja de Ibon Navarro se ha ganado la licencia para soñar con lo que él quiera. Puede venir quien quiera que con esta actitud no sale nadie con la victoria.

Aunque el inicio fue un poco desalentador y más en la zona. Ángel Delgado llegó, pensó e hizo bailar a cualquier pívot cajista. Un desfile. Los primeros nueve puntos del Bilbao fueron suyos. No obstante, Brizuela apareció para acercar a los cajistas en el marcador en el minuto 4 (9-11). Aunque el dominicano no iba a cejar en su intento. Ya se sabía a lo que se venía. Frenarlo iba a tan difícil como necesario para ganar el partido. Y, de nuevo, los cambios no tuvieron un impacto positivo. El equipo empezó a tomar decisiones aceleradas en ataque, erróneas en defensa y todo supuso que se marcharan al final del primer cuarto con un 16-22.

Volver a la cancha fue un suplicio. En solo 40 segundos, los visitantes se llevaron la diferencia a +11 y el Unicaja parecía no reaccionar. Una canasta de Bouteille y poco más. Pero como suele pasar, a golpe de triple se apretó el marcador (24-31). Sin embargo, el tiro de 3 no fue el único factor. El regreso de Alberto y la entrada de Carlos Suárez fueron prácticamente decisivos. El equipo y la afición volvieron a rugir. El partido fue otra cosa, pero no muy distinta. Detener la ofensiva vasca no estaba siendo la especialidad de este miércoles. De los 2 contra 1 generados contra Delgado, siempre encontraban a ese jugador liberado. Muy complicado así y no del todo optimista era el resultado al descanso (32-40).

Lo que regresó no se parecía en nada a lo que se había ido. En nada. Mordían, presionaban... en nada, pero lo que había enfrente tenía mucho talento. Aunque más talento tenía Brizuela para anotar 10 puntos y poner el encuentro en un 46-50. Y esta vez no fue a peor. La diferencia osciló en esa distancia. Inglis, Withey, Goudelock... todos estaban siendo protagonistas en un tercer cuarto que hizo vibrar al Martín Carpena. Era una de esas grandes noches y los jugadores no estaban decepcionando. Desde la defensa con unos grandes Alberto y Francis Alonso, además de un descomunal Jonathan Barreiro, el barco cajista remó y llegó a la orilla antes del último cuarto venciendo en el marcador (60-59). Lo que es el baloncesto.

Es más, no iban a parar. Un parcial de 8-0 hizo enloquecer hasta al propio Ibon Navarro que pidió una toalla para secarse. Y no era para menos. Un equipo que no había estado por encima del marcador hasta estos momentos, se puso a algo con un +12 a algo menos de seis minutos para el final. Esta vez no iba a ser efímera la alegría. El Unicaja puso todo el carácter esta noche para sacarse el corazón en cada jugada. Fue una noche que en ningún momento apuntaba a ser así y no solo fue importante por el resultado, sino también por el average. El Bilbao podría ser perfectamente un rival para esas últimas plazas del play-off. A ver quién se atrevía a hablar así hace solo dos semanas. 

FICHA TÉCNICA

UNICAJA CB 91: Alberto Díaz (13), Darío Brizuela (16), Jonathan Barreiro (11), Tim Abromaitis (5), Rubén Guerrero (0) - Matt Mooney (9), Francis Alonso (14), Axel Bouteille (6), Carlos Suárez (3), Cameron Oliver (2), Yannick Nzosa (-) y Dejan Kravic (12).

BILBAO BASKET 75: Stefan Peno (1), Jonathan Rousselle (0), Andrew Goudelock (12), Gytis Masiulis (12), Ángel Delgado (21) -quinteto titular- Ludde Hakanson (7), Rafa Luz (0), Tomeu Rigo (-), Basterrechea (-), Álex Reyes (15), Damien Inglis (5) y Jeff Withey (2).

ÁRBITROS: Carlos Cortés, Alberto Sánchez Sixto y Esperanza Mendoza.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 20 de la Liga Endesa en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 4.356 espectadores.

Noticias relacionadas