Málaga

Antonio Mediato no es una persona muy conocida en Málaga, pero es uno de los empresarios de más éxito de la provincia. Fundó Airzone, una compañía especializada en climatización por zonas, hace 25 años y, sin hacer ruido ni ser mediático, trabaja con las principales multinacionales del sector y hay tecnología malagueña en más de 30 países. 

La sede está en Málaga Tech Park y allí recibe a EL ESPAÑOL de Málaga en su oficina, una amplia estancia con bonitas vistas al lago del parque tecnológico y en la que se escucha a los loritos que también están muy presentes en esta parte de la ciudad. "Lo están invadiendo todo", dice Mediato con la curiosidad que le caracteriza y que le ha llevado a estar en un proceso constante de innovación. 

Airzone ha cumplido 25 años vendiendo en 30 países, factura 90 millones de euros y tiene cerca de 400 empleados. ¿Se lo podía imaginar cuando empezó?

No, seguro que no. Muchas veces pasan cosas que ni siquiera has soñado. En 25 años hemos pasado por diferentes etapas y estamos en el mejor momento de nuestra historia provocado también por muchos condicionantes externos.

¿Cómo cuáles?

Por muy bien que lo hagas, el crecimiento no se hace nunca solo. Uno de esos condicionantes es que hace mucho tiempo se hablaba de eficiencia energética como un reclamo de marketing y ahora es una necesidad, una obligación. Se decía que había que ahorrar energía pero al final la gente quería confort. La energía no tenía valor. Nosotros hacemos una fina capa de regulación y control en sistemas de climatización que ayuda a planificar el consumo con algoritmos de eficiencia y con nuevas tecnologías, a adaptarse al precio de la energía. Hoy en día es estratégico para cumplir objetivos de usuarios, de las empresas, de los gobiernos, etcétera. Esa mezcla de necesidad y de obligación por normativas nos ha dado un potencial importantísimo.

Por otra parte, estamos muy bien posicionados a nivel de conocimiento de cómo funcionan las máquinas, tenemos acuerdos con los principales fabricantes mundiales -principalmente japoneses y coreanos-, conocemos sus protocolos, sabemos hablar con sus máquinas y eso es primordial. Otro tema importante es la descarbonización de las ciudades, no solo en los vehículos sino también en las calderas, es decir, se va hacia la aerotermia y la electricidad. Bombas de calor en lugar de calderas. Nosotros estamos más posicionados en climatización y el tema de la calefacción nos ha catapultado a nivel centroeuropeo.

La fuerte subida del precio de la luz también les ha ayudado.

Dependiendo del sistema y de la zona climática se puede ahorrar entre un 30 y un 55% usando un sistema de regulación. Ahora que el precio de la energía es muy alto, los periodos de amortización son muy bajos. Nosotros en 2020 teníamos un plan estratégico que se marcaba el objetivo de recuperar la facturación que teníamos antes de la crisis económica, que era de 20 millones de euros. En 2020 hicimos 36 millones de euros y en 2022 estamos en 90 millones de euros. Hemos hecho los deberes bien. Somos una empresa muy vertical, porque hacemos desde el diseño hasta la fabricación. Todo se hace aquí en colaboración con proveedores estratégicos como Denso o Mades que están también en Málaga.

Han triplicado sus ventas. Se ve que la pandemia no les ha afectado.

La pandemia supuso un gran parón y un momento de crisis. Pero la gente con el confinamiento empezó a mirar cómo estaba su casa, qué tenía y qué no por el temor a tener que pasar mucho tiempo allí y la consecuencia es que los hogares se han modernizado mucho. Ha sido un potencial grande para nuestro crecimiento. En Europa tenemos las mismas directivas y al final vender en Francia es lo mismo que vender en Barcelona o Milán, aunque cada país tenga luego sus reglamentos.

La pandemia nos ha traído cosas buenas, pero también hemos pasado las de Caín, por ejemplo, con los componentes electrónicos. Falta, subastas… Han sido tres años muy malos de tener un envío y perderlo porque alguien ha pagado más, el mercado secundario pirata que se sitúa en medio abasteciéndose para luego revenderlo más caro… Ha sido tremendo, aunque ya se empieza a ver la luz al final del túnel.

Antonio Mediato en su despacho.

Con todo esto se le ha quedado pequeña la fábrica de Málaga y ha anunciado que harán otra con una inversión de 8,5 millones de euros.

Sí, adquirimos un terreno en el parque tecnológico con 8.500 metros cuadrados de superficie. Vamos a hacer una fábrica de 5.500 metros porque la que tenemos en este mismo parque se nos ha quedado pequeñísima. Estamos, espero, en la última fase de permisos administrativos, que son lentos, complicados y garantistas. Queremos empezar en abril o mayo, con vistas a poder abrirla en 2024.

¿Cuánto más cree que pueden crecer con esta nueva fábrica?

Bueno, vamos a ver. Estamos creciendo en Europa y en Estados Unidos. Estados Unidos es un mercado grandísimo en el que este pasado año hemos vendido casi siete millones de euros y para 2023 hemos presupuestado 11 millones. Podemos tener allí un crecimiento exponencial. Los años de Trump fueron de parón en eficiencia energética, pero ahora están los demócratas y ellos mismos se han dado cuenta de que la escasez de energía es un problema. Muchas empresas japonesas y coreanas de nuestro sector están comprando empresas norteamericanas para entrar en el canal dándoles ese plus de eficiencia y nosotros vamos un poco detrás. Norteamérica es nuestro gran proyecto a 2030. En nuestro plan estratégico general, que acaba en 2024, nos planteábamos facturar 100 millones de euros y probablemente lo conseguiremos un año antes, en 2023. Una empresa como la nuestra, que considero moderna sin querer ser pedante, puede tener grandes palancas de crecimiento a pesar de la crisis. Hacemos cosas distintas, cuesta entrar y vender pero cuando entras te defiendes mejor que otros productos que están en plena competencia.

¿Qué perspectivas tienen para este 2023 desde el punto de vista del empleo?

Es uno de los grandes hándicaps. Es difícil encontrar ingenieros y que, además, sean buenos. Uno de los grandes problemas que hay ahora para crecer es la falta de personas formadas, bien preparadas. En Málaga tenemos una buena universidad, pero escasean los recursos.

¿Hay que traer mucha gente de fuera?

Bueno, no todo el mundo es válido. Con la crisis financiera los ingenieros pasaron a ser mileuristas y a muchos se les contrató como operarios. Eso se ha vivido en el parque tecnológico de Málaga y en muchos sitios. Gente muy preparada que estaba picando código. Se sembró una duda. Es una carrera muy difícil, muy mal valorada económicamente y eso provocó una huida de las ingenierías. Ahora pasa todo lo contrario. Mucha gente está acudiendo a las ingenierías porque casi sin acabar la carrera tienes trabajo, pero no todo el mundo es ingeniero. Una cosa es la vocación y hay que valer. Hay gente que enseguida cree que está preparada y no lo está. Luego hay gente que se está formando fuera de la universidad, con una formación muy rápida y concreta que vale para algo muy puntual pero no tiene esa formación global que te da la universidad. Encontrar gente buena y preparada va a ser uno de los grandes retos. Nosotros, por ejemplo, tenemos vacantes en I+D desde hace tres años porque no encontramos a la gente que nos gustaría. En la parte de montaje es más sencillo de resolver. Luego está ya la actitud, las ganas de trabajar, etcétera. No es fácil encontrar a gente con entrega. Viene una generación, quizás, a la que los padres les hemos dado todo muy fácilmente y cuando se enfrentan a la realidad cuesta. El tema de recursos humanos es un aspecto clave.

¿Qué opinión tiene de este empuje de la Málaga tecnológica?

Málaga está de moda por lo tecnológico y por lo no tecnológico. Hemos tenido la suerte de tener la Universidad de Málaga, donde se ha formado prácticamente el 95% de nuestra plantilla. Poder trabajar en Málaga es una suerte por la calidad de vida, es una provincia bien comunicada. La política no me interesa para nada pero creo que la ciudad de Málaga ha sido bien gestionada desde el Ayuntamiento durante estos años. Creo que lo que Francisco de la Torre ha hecho habrá que agradecérselo una vez que pase. No es un tema de partidos políticos, sino de personas y de equipo. Esto mismo pasó en Bilbao con un alcalde del PNV o en La Coruña con un alcalde del PSOE. Son ciudades que, cuando se dan una serie de circunstancias personales que se salen un poco de la política, se dinamizan. Ese punto cultural, tecnológico o de calidad de vida que tiene Málaga ayuda mucho. Hay gente que dice que nos podemos estar pasando, pero yo creo que el hecho de que la gente quiera venir aquí a vivir y trabajar ayuda. A nosotros nos resulta fácil contratar a gente internacional, tenemos personal de Italia, Alemania, Francia, Estados Unidos… Personas que por amistades, estudios, cursos de verano, novios/as acaban aquí porque Málaga es muy atractiva.

Antonio Mediato es el fundador y director general de Airzone.

¿Qué cree que falta aún por mejorar en la provincia?

El agua. Es un tema preocupante. Hay que planificarlo bien de cara al futuro pensando en lo que pueda venir. Hay además poca industria y se debería apoyarla más. Por otra parte, creo que habría que controlar un poco el crecimiento. En accesos, ver dónde va a vivir la gente, dónde va a aparcar, por dónde se va a mover. No cargarnos el centro histórico, buscar un turismo de más calidad… Málaga tiene muchas posibilidades y esperemos que, una vez que pase De la Torre, haya alguien que pueda seguir lo que se ha hecho, sea del partido que sea. En general, no en Málaga sino en todo el mundo, creo que falta buena política. Los políticos están en su mundo y no piensan en el ciudadano para nada. Provocando además tensiones innecesarias que luego se llevan a la calle. Hay escasez de buenos políticos en general. Francisco de la Torre es un islote.

Se habla del miedo a morir de éxito en Málaga.

Ese es el tema, hay que controlar un poco el crecimiento y los recursos de los que disponemos.

El precio de la vivienda en compra y alquiler está en récord en Málaga y cada vez es más difícil que la clase media pueda acceder a ella. ¿Cómo se podría resolver?

Es uno de los riesgos del éxito. Cuántas más personas con poder adquisitivo alto vengan más lejos se tendrá que ir el local, salvo que el local tenga el mismo poder adquisitivo que el que viene. Eso debería ser un objetivo. Uno de nuestros objetivos en nuestro plan estratégico es que en nuestra empresa haya salarios europeos, que no los hay en Málaga. El caso más flagrante en Europa es el de Venecia, donde ya no vive gente local porque el de fuera con más dinero los ha echado. En Málaga puede pasar lo mismo. Lo que debemos aspirar es a que haya ciudadanos malagueños que tengan el mismo poder adquisitivo de los que vienen de fuera y para eso hace falta intención, empresas, calidad laboral, política… Ese es el gran riesgo, que al final la gente joven de Málaga tenga que irse al extrarradio como sucede en muchas ciudades que se ponen de moda.

El salario bruto medio en Málaga es de 18.000 euros según Hacienda. Poco se puede comprar con eso.

En nuestra empresa no hay ningún salario que no esté por lo menos un 30% por encima de esa media. Hay que intentar tener empresas de valor añadido.

Hablemos de proyectos controvertidos en la ciudad. ¿Qué opina del proyecto del hotel del puerto?

Depende. Un elemento que se sale de lo que es normal puede ser extraño al principio y bueno al final. Pasó, por ejemplo, con la Torre Eiffel, que la gente protestó cuando se puso, estuvo a punto de desmontarse y mira lo que es ahora. Debe haber edificios singulares. Las ciudades tienen que modernizarse y evolucionar. Lo importante es que se haga bien y que se haga en el sitio correcto. El Guggenheim tuvo controversia en Bilbao y ha transformado la ciudad. Hay que mirar a largo plazo y hacer las cosas con cabeza.

¿Y de las torres de Repsol?

Pues lo mismo. Me parece una zona donde se pueden hacer unas torres, un punto singular de skyline. ¿Por qué no? Hay personas que quieren que eso sea solo un parque pero hay que poder pagar lo que se quiere. Muchas veces pensamos que lo público lo aguanta todo y aguanta lo que aguanta.

¿Qué cree que puede aportar la Expo 2027 si se consigue, sobre todo cuando se habla de ciudades sostenibles?

Sería una palanca. Ojalá que salga. Creo que, más allá del politiqueo, Málaga está en condiciones de competir a la altura de Barcelona en eventos, por posición. Málaga puede llegar a posicionarse a nivel económico y social como la segunda capital de España. Estoy seguro.

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