Jesús Gil Marín: “Hay gente que entiende que solamente por el hecho de nacer le tienen que dar una vivienda”
- Jesús Gil Marín subraya el afán de GILMAR, que cuenta con cerca de 8.000 inmuebles en cartera, por seguir creciendo.
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Jesús Gil Marín lleva 42 años ligado al sector inmobiliario. Lo hace liderando el proyecto de GILMAR, una de las más importantes de España, que tiene en cartera cerca de 8.000 inmuebles. Cuenta que buena parte de lo que sabe de este negocio lo aprendió de su padre, Jesús Gil.
¿Cuándo llegó usted al sector inmobiliario?
Con mi padre me salieron los dientes. Él ya se dedicaba a esto. Comenzó con Los Ángeles de San Rafael. Creo que en esto de la construcción, de la venta, llevo toda la vida. Y luego GILMAR. Cuando la constituimos yo tenía 21 años para 22. Hemos hecho ahora 42.
Aunque es su profesión, usted no estudió para ser promotor o inmobiliario…
No, yo aprobé los primeros parciales de Económicas y dejé de estudiar.
"Mi padre era una escuela andante. Es una persona a la que merecería la pena pagar para escuchar. Yo me iba a llevarle la maleta solo por aprender"
Y ahí se quedó y empezó a trabajar.
Me encantaba. Me daba vergüenza pedir dinero y me tenía que buscar la vida. Con esto conseguía invitar a mi novia, darme mis homenajes. Me proporcionaba lo que quería. Lo más importante para mí son las relaciones. Es un negocio en el que ayudas a gente en un momento puntual, muy crítico, y si das un buen servicio son personas que tienes para toda la vida.
¿Lo que aprendió de su padre es lo que lleva hoy a la práctica?
Mi padre era una escuela andante. Es una persona a la que merecería la pena pagar para escuchar. Yo me iba a llevarle la maleta solo por aprender. Hoy me sigo encontrando a mucha gente que me dice: 'Tu padre me ayudó en esto, me ayudó en aquello'. No soy objetivo. Yo le he querido muchísimo. Seguramente es la persona con la que más he discutido. Pero tenemos la suerte de que nos arreglamos todas las noches.
Como ha comentado, GILMAR cumple 42 años. ¿Cuándo se puso la semilla de la empresa actual imaginaba que iba a llegar a este momento?
Cuando empezamos yo tenía casi 22 años. Y con esa edad pones toda la carne en el asador. Y ahora, fíjate. Cuando empezamos no había móviles, no había ordenadores. Había que llamar a los clientes desde una cabina, tenía que comprar fichas y luego ya meter monedas. Ha cambiado tantísimo la manera de trabajar… GILMAR ha ido evolucionando con el sector, con la tecnología, con la vida.
¿Le gusta cómo se ha producido esa evolución?
Hombre, creo que ahora el servicio es mucho más excelente que antes. El comprador tiene mucha más información y más conocimiento y eso obliga a los profesionales a ponerse las pilas. No queda otra.
Cuénteme cosas de GILMAR. ¿Cuántas viviendas tienen en cartera?
Pues habrá de 7.000 a 8.000. Tenemos más de 500 profesionales. Atendemos a unos 150.000 clientes al año. GILMAR pasó de ser una ilusión a ser un pedazo de empresa.
Dentro del mapa nacional, ¿qué peso tiene Málaga y la Costa del Sol?
Málaga capital es un referente. En general, para un extranjero, lo que encuentra en la provincia de Málaga no es fácil encontrarlo en otros sitios. Málaga, a nivel de comunicaciones... Puerto, aeropuerto, carreteras sensacionales. Tienes una oferta cultural brutal, una oferta gastronómica de primer nivel. Y a nivel de tiendas, las mejores marcas. Es un lugar que antes era solo para retirarse y ahora es un lugar donde trabajar. Es una maravilla.
"Málaga es un referente; es un lugar que antes era solo para retirarse y ahora es un lugar donde trabajar. Es una maravilla"
¿Qué planes tiene GILMAR para los próximos años?
Parte de la esencia de GILMAR es el continuo crecimiento. Prácticamente todos los años de nuestra vida hemos abierto oficinas. Ahora, concretamente, estamos con una en Benalmádena. Un edificio exento, muy bonito. Y tenemos en plena obra otra en Tenerife, en Costa Adeje. Estamos analizando opciones para el Levante y Benidorm. La esencia de GILMAR es crecer.
¿Qué tipo de cliente tienen en la provincia de Málaga?
Depende del sitio. Le comentaba al alcalde (Francisco de la Torre) que en la oficina que tenemos en Málaga alrededor del 20% son clientes extranjeros. Pero si te vas a Marbella, ese porcentaje sube. Depende de la zona.
Antes hablaba de la evolución del sector. ¿Qué impresión le deja el momento actual?
Creo que hay bastante desinformación en este tema. De repente, hay políticos que están empeñados en criminalizar a las inmobiliarias. Luego, la gente no sabe si una inmobiliaria es la que construye, es la que promueve, es la que vende. Por otro lado, hay gente que entiende que solamente por el hecho de nacer le tienen que dar una vivienda. Yo lo que creo, o por lo menos así me he educado, que lo que hay que hacer es dar trabajo, que la gente tenga ingresos y esa es la labor de la cosa pública.
Nunca se puede obligar a un promotor, pero tampoco a un agricultor o alguien que confecciona moda, a que pierda dinero a la hora de vender sus productos. Eso solamente lo puede perder el Estado y si realmente tiene interés en poner los precios muy bajos, pues que genere suelo para construir él, si lo quiere regalar, o permite al promotor de turno que, por lo menos, no pierda.
En estos 42 años de trayectoria seguro que ha pasado por muchos momentos de tensión. ¿Recuerda alguno en el que el debate sobre los precios de la vivienda estuviera tan encendido?
Es algo cíclico. Y en cuanto al debate, creo que está mal enfocado. Nosotros intermediamos en una compraventa. Por tanto, cuanto más gente pueda acceder a la vivienda, mejor. Los que se encargan de establecer las reglas han creado una base con gente joven, prácticamente, salvo excepciones, sin capacidad de comprar, sin capacidad de endeudarse. Y la solución no es 'venga, pues vamos a regalarles vivienda…' El papá Estado no tiene que estar para dar todo, tiene que estar para dar las posibilidades y luego tú decides qué haces.