"No vinimos a Málaga por la sangría", ve necesario justificar en un momento dado de su conversación con EL ESPAÑOL de Málaga el CEO de Plytix, Morten Poulsen, "ni por las ventajas, sino porque el cofundador de la compañía es de Málaga", continúa, en referencia a su compañero Alex López: "Pero por supuesto las ventajas han sido extremadamente beneficiosas para nosotros. Creo que eso ha catapultado a Málaga a la escena tecnológica que vemos hoy".
Su compañía es un servicio de gestión de información del producto para negocios de comercio electrónico que ha pasado en 18 meses de 12 empleados a 62 y que nació al mismo tiempo en Copenhague -donde está la sede principal- y en Málaga, pero ha sido en la capital de la Costa del Sol donde han logrado el reconocimiento como mejor lugar para trabajar de la ciudad o Best Workplace según la consultora Great Place To Work -fueron los propios empleados quienes la propusieron, matiza Poulsen-.
"Invertimos mucho en almuerzo gratuito, billar, gran localización... pero honestamente muchas compañías tienen eso", plantea. Según el análisis del primer ejecutivo, lo realmente especial de su compañía es su "habilidad para cultivar talento": tomarlo crudo y darle un propósito, cocinarlo. "Damos grandes responsabilidades a profesionales jóvenes, lo que significa que su carrera puede crecer realmente rápido", defiende.
En el escenario que plantea, incluso si un empleado termina saliendo de Plytix, "tendría que ser capaz de conseguir un trabajo al día siguiente extremadamente bien pagado" porque "Plytix tiene que ser un buen sitio del que provenir": "aparte del billar, el almuerzo y el helado gratis, que creo que son secundarios".
Tras "cuatro o cinco años" con sede en una vivienda, recientemente esta compañía hispanodanesa se instaló en la Alameda Principal y, tras exprimir el mercado laboral local, comenzó a buscar talento fuera de sus fronteras para traerlo a la ciudad: actualmente, en torno al 90% del equipo comercial son expatriados, algo menos en el conjunto de los desarrolladores.
"Una de las cosas que nos gustaba de Málaga era el acceso al talento. Era muy accesible y de mucha calidad en desarrollo", relata Poulsen: "El problema es que muchas otras compañías vieron eso y vinieron aquí. Ahora es muy muy difícil conseguir talento de desarrolladores en Málaga. Hasta hace poco no teníamos que mirar fuera, pero ahora sí".
Con todo, no les resulta difícil atraer a ese talento extranjero a la ciudad, ya que es "básicamente la California de Europa" y "un lugar extraordinario donde estar". Su propio llegada se materializó por la proveniencia de su compañero de viajes, pero fue impulsada también por las facilidades que pone el gobierno local a la llegada de compañías extranjeras, explica el CEO de Plytix.
"Hemos sido muy afortunados. En torno a 2015 el Ayuntamiento hacía esfuerzos activos para atraer tecnológicas, como los programas de aterrizaje suave. Hemos sido extremadamente privilegiados de llegar a la ciudad en el momento justo", argumenta.
Su pronóstico es que "en menos de 15 años" el ecosistema tecnológico malagueño será equivalente al de Barcelona. Desde su llegada hace poco más de un lustro, ha notado diferencias notables en Málaga: "Si miras los salarios del sector, han triplicado. En ningún otro lugar del mundo ves los salarios triplicarse en el margen de 5 años. Eso ha pasado en Málaga".
"Más y más compañías tecnológicas está surgiendo y viniendo a Málaga, lo que significa que la búsqueda de talento se está incrementando. Cuando la demanda se vuelve más y más cara, es cuando sabes que esa industria en particular está creciendo como locos", sentencia Morten Poulsen.