Cuando el equipo de Connectattoo empezó a patearse estudios de tatuajes para ver qué necesitaban los profesionales de la tinta, uno de ellos fue muy claro: "A mí me parece perfecto que traigan más tatuajes, pero mira". Tenía decenas de peticiones de clientes en Whatsapp sin responder.
El problema a solucionar, razonaron desde esta empresa emergente malagueña, no se encuentra en la conexión entre el tatuador y los tatuados, sino en la propia organizaciones de los profesionales, que no han contado con herramientas específicas que se lo faciliten.
"Actualmente los estudios de tatuajes ni siquiera tienen una trazabilidad de sus clientes actuales, es una puñetara locura", resume en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga el CEO de Connectattoo, Carlos Núñez, de 25 años, que lo define como un "caos organizativo". Su propuesta es un SaaS (software como servicio) verticalizado en el sector del tatuaje; es decir, una misma herrramienta que se ocuparía de toda la gestión digital para el artista.
Son actualmente seis personas las que trabajan en este proyecto bajo el abrigo de la sede malagueña de la incubadora de talento Demium y la aceleradora regional Andalucía Open Future. En un principio, la startup nació enfocado en el marketplace, es decir, para que las personas que quisieran tatuarse pudiesen encontrar en él al profesional de la tinta más adaptado a sus necesidades. No obstante, fue ese trabajo de campo en los propios establecimientos el que les llevó a pivotar.
"Tenía la problemática también de que necesitas mucha más inversión y hay competidores mucho más posicionados, así que seguimos investigando la problemática", narra Núñez, tras lo que llegaron a la conclusión de que resultaba más útil ayudar en la digitalización del proceso y en el seguimiento de los clientes.
En vez de tener que apuntar en un clásico papel mientras se reciben llamadas o no tener más remedio que gestionar a través de interacciones por Whatsapp o Instagram a los clientes, procesos en los que han calculado que los artistas pueden perder hasta una hora diaria, Connectatoo propone hasta tres planes de precio variable para automatizar digitalmente esos procesos.
Así, por ejemplo, la solicitud de presupuesto se realizaría a través de un formulario en el que el tatuador ya recibiría toda la información que precisa para poder dar un precio o, en modalidades más premium, el proceso sería totalmente automático y la propia máquina ya respondería a los interesados cuál es el rango de precio habitual para su solicitud concreta.
Entre las funcionalidades en las que trabajan, se encuentran previsualizaciones en 3D de cómo quedarían los tatuajes finalmente en el cliente "para engancharle más" o el cruce de datos para lanzar automáticamente ofertas a clientes que han buscado obras concretas o ya se han tatuado algún diseño. El objetivo es servir de plataforma definitiva para la fidelización de clientes, además de automatizar gestiones que pueden resultar más tediosas para los tatuadores, como la adjudicación de citas o las redes sociales.
Por lo pronto, ya cuentan con un producto mínimo viable que se está probando en los estudios: "Hemos corroborado que les mola bastante, les soluciona la vida", afirma el CEO. Calculan lanzar a finales de febrero o marzo una nueva versión del producto y ya sueñan con una internacionalización a Italia, donde según sus cálculos la proporción de personas tatuadas y estudios es del doble que España. Tattoo a tattoo.