Cuentan los organizadores de J on the Beach que hay programadores internacionales enamorados del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Desde la primera edición de este evento de desarrollo informático, hace 6 años, hasta la actualidad, los asistentes de todo el mundo a J on the Beach han visto a De la Torre pasar de no poder decir "ni una palabra" en inglés a dar hoy día discursos enteros en la lengua de Shakespeare.
"Los participantes le piden fotos, son fanboys del alcalde", afirma el cofundador de la startup PowerBargain y organizador del encuentro, Luis Sánchez de Ybargüen. En conversación con EL ESPAÑOL de Málaga, explica que J on the Beach es —en pocas palabras simples— "un evento para informáticos con charlas puramente técnicas de informáticos", fundamentalmente, relacionadas con los macrodatos o big data. Su próxima edición se celebra la próxima semana en el Polo Digital (el 27 de abril) y el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (el 28 y 29 de abril).
El origen de esta iniciativa está en la comunidad de programadores creada hace ya seis años en torno a la sede en Málaga de la multinacional tecnológica IRTS. Sánchez de Ybargüen, que se encontraba entre ellos, cuenta que se crearon distintos colectivos hoy todavía vigentes, como Yes We Tech o Data Beers. Como una forma de agrupar todas esas iniciativas, decidieron crear un evento con potenciales ponentes de todo el mundo.
"Primero, queríamos poner un foco potente en Málaga que formase al personal y nos ponga en el mapa. Segundo, queríamos mostrar que aquí también se hacen cosas interesantes", explica el organizador de J on the Beach sobre ese impulso inicial.
El primer encuentro no consiguieron que trascendiera en exceso de lo local; pero, a partir del segundo año, ya empezó a venir "gente de todo el mundo". Actualmente, en torno a la mitad de los participantes en este evento malagueño son extranjeros y uno de sus motivos de orgullo es que, cuando contactan a líderes mundiales en lo suyo a lo mejor de California para que participen en el encuentro, muchos ya tienen buenas referencias previas de J on the Beach.
"Este año está siendo bastante diferente por varios motivos. No sé hasta qué punto lo puedo achacar a que la Málaga tecnológica ha explotado o al deseo de salir a la calle tras la pandemia, pero hay mucha más demanda que otros años en cuanto a patrocinadores, participantes o ponentes", relata Luis Sánchez de Ybargüen.
El evento ya no está relacionado con IRTS, actualmente actuan como anfitriones Plytix, Accenture, Oracle y Epam, y el ecosistema informático de la Costa del Sol ha cambiado mucho en los últimos 6 años; pero J on the Beach mantiene su personalidad de código puro, deep tech, tecnología profunda, una apuesta "más para el ingeniero y el core de la tecnología".
En esta edición, que se celebra después que la del año anterior no se pudiera por la pandemia de la Covid-19, por primera vez han preparado un camino específico para científico de datos, desviándose así un poco del perfil habitual del desarrollador puro y duro; y también se han conformado involuntariamente "tres o cuatro charlas enfocadas a cómo manejar errores en el mundo de la ingeniería".
Lo que no se pierde es la personalidad del evento de conocimiento global con alma local. Lo explicaba humorísticamente el propio Sánchez de Ybargüen en un vídeo promocional de hace un par de años: J on the Beach es —como el pescado del mercado de Atarazanas— barato, bueno y cercano al mar.
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