El 2023 el año de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, de elecciones municipales, regionales y nacionales... Pero, ante todo, es el año de los fondos Next Generation. Puede ser un punto de inflexión clave para la transformación de la economía nacional hacia la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i); al menos, ese es el sueño que ha sobrevolado la 12ª edición del Foro Transfiere desde este miércoles hasta este viernes en Málaga.

En su clausura, la concejala de Innovación y Digitalización Urbana del Ayuntamiento de Málaga, Susana Carillo, ha asegurado que este congreso —centrado en la ciencia, la innovación y la tecnología a nivel europeo— es el que más "nos deja ver en lo que la ciudad se ha transformado en los últimos años". Y la edición de este año ha sido, a su parecer, "el mejor de todos los Transfiere que recordamos".

Los países protagonistas de este foro, además de la anfitriona España, han sido Finlandia y Suecia: espejos de cumbres de innovación en Europa a los que este país mediterráneo sueña con poder compararse. Solo han sido tres de los 39 países que han estado presentes en el foro, con más de 500 empresas, 420 expertos y 30 inversores. Además, si en 2022 acudieron unos 3.000 asistentes, este año han hecho lo propio unas 4.300 personas.

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Parte de la expectación y el entusiasmo presente en el ambiente durante las tres jornadas se ha debido a por fin poder celebrar el evento sin restricción ninguna por la pandemia de la Covid-19, sí; pero también por la consciencia compartida de estar en un momento clave a nivel país, y que las distintas innovaciones, propuestas y proyectos planteados esta semana en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga pueden jugar un papel en ello.

"Los fondos Next Generation nos provocan a aprovechar la oportunidad: ¡2023 es el año para hacer esto!", planteó el vicepresidente del Foro de Empresas Innovadoras, Paco Marín, en la mesa de debate 'Políticas específicas de innovación'. ¿Qué es "esto"? Corregir la equivocación histórica de pensar que los buenos resultados de investigación se trasladan automáticamente a las empresas, según Marín.

Desde su perspectiva, España es "un país que tiene reconocimiento científico pero está en el vagón de cola en la innovación" y en el que las inversiones públicas resultan "absolutamente poco rentables". Para él, se trata de un Estado "referente" en centros de investigación y tecnología, pero el reto está en conectarlo con el resto de actores del ecosistema: empresas, Gobierno, sociedad y academia. "No planteamos cambiar de país, sino cambiar el país", dijo.

Una de las puntas de lanza de ese nuevo planteamiento es el Instituto de Innovación Ricardo Valle, conocido como Innova IRV, la gran alianza privado-pública de la Málaga tecnológica. Su presidente, Ezequiel Navarro, defendió que ese cambio que defendía Marín "ya está sucediendo" y  "se está entendiendo que el conocimiento es una condición necesaria, pero no suficiente, para la innovación". Es fundamental esa transferencia del conocimiento que centra el debate y da nombre al foro Transfiere.

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"Lo importante es tener retos por resolver, sean del mercado o del planeta", argumentó Navarro, también director general de la empresa malagueña de microelectrónica Grupo Premo. Suyo fue un alegato a favor de los estímulos fiscales frente a las subvenciones públicas: "Nos pierden los reglamentos y la vigilancia celosa, porque nadie quiere riesgos. En la innovación, la administración tiene que arriesgarse conmigo (...) La innovación no se puede hacer con leyes".

Por su parte, la especialista en tecnología e innovación Àurea Rodríguez, parte de la Red de Industria e Innovación IND+I, ha incidido en la importancia de la "innovación colaborativa": "Los retos que hay que resolver son tan grandes que, si no los afrontas en equipo, no funcionan", argumentó.

Ese llamamiento a la cooperación entre distintos actores también ha formado parte del discurso de la directora general del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA), Eva Pando: "Hay una serie de actores con un espacio muy fragmentado y muy territorializado, con tejidos muy sesudos. Hay que mejorar esos ecosistemas y que trabajen más en red".

El llamamiento general ha sido, por tanto, a colaborar y no hacer cada uno la guerra por su cuenta. "Si algo se respira en Transfiere es lo que ayuda a avanzar a Málaga, el trabajo hecho en equipo y entre amigos", aseguró la concejala de Innovación del Ayuntamiento de la ciudad, Susana Carillo, en la clausura.

Y es con ese espíritu colectivo con el que los asistentes a Transfiere se han conjurado en hacer de este 2023 el punto de inflexión para 'escandinivizar' el modelo de innovación español: "Y si este año no conseguimos ese empujón de cambio... pues habrá que seguir insistiendo", sentenció Paco Marín.