De Promálaga a BIC Euronova, y de BIC Euronova a la UMA, y de la UMA a la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE Málaga), y de AJE Málaga a la incubadora Andalucía Open Future, y de Andalucía Open Future a Campus 42, y de Campus 42 a Demium, y de ahí a EL ESPAÑOL, y a la comunidad Biznaga Valley; y así en una red de redes que reúne a 161 actores de la Málaga tecnológica y que la convierten en un ecosistema más colaborativo que el de Madrid o Barcelona.
Esa es una de las principales conclusiones del informe de la plataforma internacional Global Ecosystem Dynamics (GED), recientemente presentado, que se ha podido llevar a cabo gracias al concilio de la Málaga tecnológica llevado a cabo en octubre del pasado año en el edificio LinkbyUMA con más de 40 instituciones analizando pros y retos del ecosistema.
Las conclusiones dan al hub de la Costa del Sol un índice de colaboración de 7.0 sobre 10, lo que lo sitúa bastante por encima del 5.3 de Madrid y el 5.8 de Barcelona... pero por debajo del 7,3 de Valencia. Y se concretan en un complejo sociograma que pretende reflejar las colaboraciones más relevantes entre actores de la Málaga tecnológica entre el 2019 y el 2022.
El 30% de todas esas colaboraciones mapeadas responden al desarrollo de un proyecto conjunto; el 23,5% al intercambio de conocimiento y buenas prácticas; el 16%, a la obtención de recursos aconómicos; y el 14,2%, al acceso a una red de contactos. Según los datos recogidos por GED, la colaboraciones cuentan con una intensidad de 3,7 sobre 5 y precisan de unas 3,5 interacciones de media para empezar a llevarse a cabo. Además, el 88,4% de esas uniones terminaron siendo exitosas.
¿Cómo se ha construido esta visión global del ecosistema? Los participantes en aquella convocatoria de octubre la construyeron mencionando hasta 25 de sus más relevantes colaboraciones con otros actores del ecosistema en los últimos tres años, al igual que a los agentes clave tanto para su establecimiento como para su crecimiento actual. Durante dos días de taller, trabajaron "una serie de actividades y dinámicas con el propósito de entender las estructuras de colaboración", explicó entonces el promotor de la iniciativa Víctor Sánchez a este periódico.
Para él, frente a los ecosistema que giran "como un ecosistema solar, alrededor de uno o dos" agentes, en Málaga hay "una diversidad de actores con posicionamientos de liderazgo": "Cuando repartes la carga y la responsabilidad en varios actores, el ecosistema tiene mucha más estructura", argumentó.
"Un factor muy importante del éxito de mi generación de emprendedores fue la idea de compartir información entre iguales", asegura en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga el CEO de Uptodown, Luis Hernández, defensor del intercambio de conocimientos como formato de colaboración: "Potenciar eso puede ser una idea clave para dinamizar el emprendimiento".
[Vuelven las Barcamp, el exclusivo encuentro de la generación de oro de la Málaga tecnológica]
Desde su perspectiva, "eventos tienen todas las ciudades, pero no es un tema solo cuantitativo sino cualitativo". El paradigma de su planteamiento son las legendarias Barcamp que han reunido durante años a algunas de las más relevantes compañías tecnológicas de la ciudad para intercambiar soluciones sobre servidores y ficheros, "hackers compartiendo su experiencia".
Y, pese a los temores de que ese mayor índice de colaboración también sea fruto de la concentración propia de un ecosistema con aún mucho camino por recorrer —y que en parte se difumine conforme siga creciendo—, por ahora la hermandad del ecosistema disfruta de una notable buena salud.
"A mí siempre me beneficia que una compañía de aquí lo pete", resume Hernández.
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