La startup sevillano-malagueña Scuud Technologies nació en Poniente, el continente ficticio en el que se ambienta la célebre serie de televisión Juego de tronos. La superproducción estadounidense ya había tenido problemas en flimaciones previas con la incursión de drones en la zona de rodaje; así que la empresa de seguridad llamó a Kisco Jiménez pidiéndole un sistema antidron. La idea cayó de pie.
"Hice un pequeño estudio de mercado y me di cuenta de que la mayoría de sistemas antidron que hay son costosos, caros, grandes y casi todos militares. Era casi imposible de ajustar en un rodaje", recuerda el propio Jiménez, CEO de Scuud, en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga: "Me pareció una locura crear en 20 días un sistema antidron, pero le dije que sí".
Con una baliza, localizaban a drones intrusos que se acercasen al rodaje; mediante prismáticos, lograban la ubicación exacta del aparato y, con otro dron, lanzaban una red para cazar al intruso. Capturaron más de veinte y vieron que era una necesidad latente en el mercado: "Empresas de todo tipo tenían esa necesidad, pero no integraban sistemas así porque no los había", explica.
"Cuando vi que había mercado y posibilidades, hablé con Paco [Francisco Espinosa, empresario e inversor residente en Málaga] y en 24 horas estábamos de acuerdo en montar la compañía y empezar a trabajarla", narra Jiménez. Desde entonces, han desarrollado un prototipo "funcional" que les ha dado "unos datos buenísimos". Según detalla, la mayoría de los sistemas antidron ya existentes "no son funcionales" porque no están adaptados a los últimos avances, con aparatos cada vez más pequeños. Ellos vienen a cubrir ese hueco.
Otro ámbito de aplicación que han hallado es el de la protección de viviendas. Han identificado una tendencia de ladrones que, mediante drones, identifican el flujo de entrada y salida de los inquilinos, además de qué sistemas de alarma hay y cómo saltarlos. "Con un sistema antidron, eso no pasaría. Las empresas de seguridad estaban deseando que saliera uno económico", afirma el CEO de Scuud: "Es bastante fácil que cualquier persona con un dron pueda liarla con un coste muy limitado".
¿Cómo funciona su prototipo de defensa actual? "Cuando un dron o un enjambre se acercan a nuestro dispositivo, uno de sus cinco sensores lanza una alarma al sistema de capas, al —digámoslo así— cerebro. Una vez se lanza, el sistema detecta con inteligencia artificial si es un dron o no. Si lo es, certifica qué tipo de dron y de amenaza es", desarrolla Kisco Jiménez: "El siguiente paso es la inhibición. Si es un dron con una bomba, lanza un kamikaze. Si es para captar imágenes, un inhibidor de frecuencia. Y todo esto en menos de cinco segundos..."
Todo ese desarrollo tecnológico, para el que los socios fundadores han invertido de sus propios bolsillos casi medio millón de euros, se ha realizado desde la propia Andalucía y es hasta diez veces más barato que la competencia, en torno a unos 100.000 € frente al millón que se ofrece en el mercado. "Me he quedado bastante sorprendido cuando he visto el I+D en drones de multinacionales, porque he visto que ellos no llegan tan profundo como nosotros", añade Jiménez. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son las primeras interesadas en el avance.
El peligro para Málaga
Kisco Jiménez ha desarrollado gran parte de su vida profesional en Málaga, en cuyo ecosistema tecnológico cuenta con "muchos clientes y muchas amistades". "Está en alza y eso es genial. La única pega que le veo es que el crecimiento sin control no tiene sentido. Creo que debería haber un control más exhaustivo sobre en qué se quiere convertir Málaga y qué tiene que hacer para convertirse en", reflexiona: "Hay muchas empresas que se suman; pero, ¿por qué? ¿Porque está de moda Málaga? ¿Porque se vive muy bien? Seguramente haya una transformación que se deba ejecutar y no se está dando. La película no siempre sale bien si no se enfoca de una forma correcta".
"Hay cosas que se están haciendo que no tiene mucho sentido y que pueden hacer daño al ecosistema tecnológico malagueño, que tanto trabajo nos está dando poner en el candelero", prosigue Jiménez: "Es muy difícil subir la montaña y muy fácil bajarla", advierte. Para él, "es peligroso que cada uno haga su cosa sin unirse con los demás"; y pone como ejemplo de enfoque "muy, muy bueno" al Polo Nacional de Contenidos Digitales.
Desde su perspectiva, es "un poco lastimoso" que las empresas de investigación y desarrollo "real" no cuenten con tanta inversión como otras de software: "Todo el mundo tenemos ideas. La diferencia entre una idea productiva y una que no está en su desarrollo. La mayoría de las personas invierten en software y en que el pitch [la presentación del producto a inversores] esté muy bien... Pero el hardware es importantísimo y en España los inversores le tienen mucho miedo, está muy denostado".
"Es muy fácil vender humo y que nadie se esté dando cuenta", concluye.