Quien tiene un amigo, tiene un tesoro… pero si encima el amigo tiene piscina, ya es un diamante en bruto. El calor aprieta y todo apunta que Málaga vivirá la próxima semana los días más cálidos de este verano con temperaturas máximas que el miércoles podrán superar los cuarenta grados. Para afrontar ese sufrimiento, todos aquellos que no tienen piscina privada están de suerte, porque para todos ellos nació Swimmy, al que han apodado como el Airbnb de las piscinas.

Raphaelle de Monteynard es la creadora de esta plataforma que nació en 2017 en Francia. Raphaelle vio que había muchísimas piscinas sin uso en la zona donde residía, al sur del país galo, y pensó que sería muy útil crear un sistema que sirviera de unión entre propietarios e interesados en darse un chapuzón. De esta forma, esta idea francesa propone el alquiler de piscinas entre particulares, sobre todo durante el verano.

Swimmy llegó a España en 2019 y no para de crecer con el paso de los años. Especialmente durante la pandemia, muchos usuarios alquilaban piscinas para poder hacer reuniones familiares en un espacio amplio y en solitario. En España hay un total de un mil piscinas en su web, pero solo dos están en Málaga. El precio medio, por persona y hora oscila entre los 4 y 5 euros.

"La mayoría de los alquileres se firman ahora para bodas, bautizos, comuniones, e incluso para reuniones de trabajo. Se trata de un espacio exterior con la piscina y los servicios que incluya el propietario para que el usuario disfrute de ellos", explicaba hace unos días a EL ESPAÑOL de Castilla y León Estefanía Leyva, directora de comunicación de Swimmy España.

Vélez-Málaga

En la provincia de Málaga, la plataforma ofrece una piscina privada en Vélez-Málaga, a 50 metros del mar y a 20 minutos de Málaga capital. En la descripción, su propietario explica que es de sal y que está acondicionada con hamacas y sombrillas, con ducha y un baño exclusivo para los clientes.

"Es mi propia piscina que pongo totalmente a tu disposición para disfrutar cuando quieras durante estos días de calor", expone. Así, indica que al ser tan amplia es ideal para celebraciones o escapadas en grupo. También para aquellos que quieran un rato tranquilo a pie de playa durante sus vacaciones en Málaga. "Para mí mucho mejor que muchos hoteles que cuestan un sueldo. Qué te voy a contar yo que vivo aquí", apunta.

"Tengo una barbacoa que puedes usar. La uso bastante y algunas veces la presto, puedes preguntarme en caso de que queráis usarla. No todo es maravilloso, claro. De momento no servimos comida ni bebidas", escribe con gracia.

En este caso, el horario es de 12.00 a 18.00 horas normalmente. El precio de ese horario completo para una pareja es de 58 euros. Los bebés no pagan y los niños pueden entrar al 50% de descuento.

Benalmádena

La segunda y última piscina que ofrecen en la provincia de Málaga está situada en Benalmádena. Su precio, según apunta el propietario, es de 15 euros por persona (un tramo de mañana o tarde) o 25 en el caso de que sean dos tramos horarios (mañana y tarde). Para el tramo de noche esta piscina también está disponible, pero señala que es preferible consultar precios, pues estos son mayores que los turnos diurnos.

Esta piscina está situada en una zona residencial con vistas al mar y a la montaña y, como la anterior, dispone de cuatro tumbonas y una mesa con sillas en la que puedes tomar algo. También da WiFi gratis y la posibilidad de tener música de ambiente. Sobre las barbacoas, apunta que se pueden hacer aunque el cliente tendrá que traer la suya propia.

Este propietario sí impone normas en cuanto horario. Para los grupos de más de cinco personas, señala que la reserva ha de ser mínimo de cuatro horas por persona. Para la noche, mínimo cinco, aunque el horario de disfrute sea de 19 h a 22 h. De la misma forma, subraya que el funcionamiento en precios y horarios cambia si se trata de una celebración.

Registrarse en la web es totalmente gratis y funciona en varias provincias españolas. A falta de amigo con piscina, parece que Swimmy puede ser nuestro diamante más preciado. ¡A remojarse!