El auge de la Málaga tecnológica no solo es una cuestión para las élites de ciudad. Al contrario, de ese boom se pueden beneficiar hasta el más humilde barrio de la capital o el más retirado municipio de la provincia. Ese es, al menos, el espíritu del centro de innovación social y tecnológica de Benarrabá, un pedacito del ecosistema más vanguardista de la Costa del Sol en pleno valle del Genal. Allí, en un pueblo blanco rodeado de verde a casi dos horas en coche desde Málaga, conviven los habitantes del municipio con teletrabajadores y estudiantes del sector tecnológico.
La idea surgió en 2018, cuando instaló la fibra óptica para tener una mejor conexión en el municipio. El alcalde de Benarrabá, Silvestre Barroso, explica en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga que esa transformación les dio el impulso para querer dar un paso más allá: crear un centro de tecnologías de la información y la comunicación, lo que lograron también con el apoyo y la ayuda económica de la Diputación provincial. "La idea es romper por lo digital y transformar el municipio", expresa Barroso.
"Yo creo que el beneficio puede ser lo mismo para Málaga que para el municipio. Málaga tiene un problema ya de alojamiento y no cabe la gente", argumenta: "Cada vez hay más empresas y los alquileres son un disparate; pero además hay gente que viene a formarse, por ejemplo, al [campus de programación] 42 que no pueden pagarse un alquiler alto".
"En los pueblos, los alquileres son bajitos. Estamos hablando de unos 300 euros una vivienda y, si es compartida, ya ves cuánto le cuesta. Es una buena opción para estar tres o cuatro meses en un taller, o para que las empresas manden grupos a los pueblos y hagan pequeñas sedes en los municipios. Se benefician ellos y el pueblo también: tiene más actividades, más habitantes...", prosigue el alcalde: "Es bueno para todos. Es para estudiarlo bien, que esa Málaga tan grande desembarque un poco en los pequeños municipios".
Para facilitar ese aterrizaje, Benarrabá ha contado con una casa rehabilitada del siglo XVIII que fue donada al pueblo: una superficie de en torno a 520 metros cuadrados repartidos en tres plantas. Su nueva vida como centro de innovación social y tecnológica, con alta conectividad y zonas de coworking, se inauguró en diciembre de 2021. Entre los primeros pasos de la idea y su ejecución final, había pasado toda una pandemia.
"El Covid paró la obra, pero luego se terminó e hizo que todo el mundo entrase en el teletrabajo. Esto cambió mucho el sistema y la forma de trabajar, mucha gente se pudo desplazar a los pueblos", plantea Silvestre Barroso: "Para ese cambio, nosotros ya estábamos preparados con un coworking con todo el equipamiento y todas las prestaciones necesarias (...) El edificio es muy grande y cabe un poco de todo".
Desde entonces, ha evolucionado y acoge también talleres de formación para el pueblo o un archivo histórico-digital, entre otros: "Todo funciona ya con certificado digital y demás, así que pensamos que un centro servía para que la gente se forme. Hay muchos talleres de formación para todas las edades. No cualquiera está preparado para el cambio que trae la era digital en todos los sentidos, incluso para manejar los móviles. Es una manera de educar a todo el mundo en la era digital".
El proyecto cuenta, además, con convenios con centros públicos de innovación de Málaga capital como el Polo Digital o La Noria; que se traduce en que estudiantes y emprendedores de estos complejos hagan ciertas estancias en Benarrabá. Y su alcalde cree que, quien más quien menos, esta transformación cada vez estará más presente en todos los municipios.
"Es verdad que no es fácil tener unos espacios como los que tenemos nosotros, por la inversión y la clase de vivienda que era; pero casi todos los pueblos tienen ya su punto Vuela Guadalinfo [de formación tecnológica en entornos rurales] y se está formando mucho a la población", sentencia Barroso: "La innovación y la digitalización van llegando a todos los pueblos".