El reparto del pastel en el que se ha convertido el Metro de Málaga desde su puesta en servicio a mediados de 2014 queda reducido a dos únicos socios propietarios. El último movimiento que agita definitivamente la composición accionarial del proyecto está protagonizado por el fondo de inversión Vauban Infrastructure Partners, vinculado a la gestora francesa Natixis, que ha alcanzado un acuerdo para comprar el 33,39% que hasta la fecha está en manos de otro fondo galo, InfraVia.
Con esta compraventa, Natixis pasa a ostentar de manera directa un 66% del accionariado, mientras que hay otro 10,56% compartido con Comsa Concesiones. Por su parte, la Junta de Andalucía, a través de la Agencia de Obra Pública, cuenta con un 23,69%.
Fuentes de la Consejería de Fomento han confirmado a EL ESPAÑOL de Málaga los extremos de la operación adelantada por el diario Expansión. De hecho, han indicado que la misma ya ha sido autorizada por la Administración regional. En concreto, se remitió la misma a la sociedad responsable de la explotación del suburbano, Metro de Málaga, el pasado 29 de septiembre.
Las fuentes han indicado que la suma puede ronda los 250 millones de euros. Hay que recordar que antes del pacto ahora alcanzado por los fondos franceses, hubo interés cierto por parte de un fondo británico, Arjun, en hacerse con este mismo paquete accionarial. En ese momento se habló de unos 200 millones.
Una de las particularidades que hace especialmente atractiva la infraestructura malagueña es que el contrato de concesión, vigente hasta 2042, garantiza una Tasa Interna de Retorno (TIR) del 10,4%. Ello, grosso modo, implica una garantía de beneficios anuales a los participantes del proyecto.
Ejemplo de ello es que desde el inicio de la explotación comercial del suburbano, a mediados de 2014, la cifra de beneficios acumulada alcanza los 151,6 millones, siendo la cifra repartida en concepto de dividendo superior a los 102 millones. De esta suma, 24,6 millones se corresponden con el resultado del año 2020, en el que, pese a la pandemia, los socios han obtenido un millón más de beneficios.
La primera gran operación de compraventa en el ferrocarril urbano tuvo lugar a finales de 2015, cuando Azvi, Cajamar y Sando vendieron su participación, que sumaba casi el 39%, al fondo australiano Macquarie y francés InfraVia. Ambos llegaron a aportar unos 108 millones de euros.
Tras este primer paso, en abril de 2016, Macquaire, también junto a InfraVia, compró el 10,01% de FCC por 27,4 millones. Culminada esta adquisición, el fondo australiano decidió vender toda su participación a Mirova (Natixis), ahora Vauban. El 27 de septiembre de 2016, la empresa malagueña Vera vendió su 1,03% a InfraVia.
El último ajuste accionarial tuvo lugar a mediados de 2018, cuando Globalvia vendió su 15,31%, a partes iguales, a lnfraVia y Mirova. Asimismo, Comsa Concesiones transmitió el total de sus acciones, un 10,56%, a la entidad Mircom, que pasaba a estar participada en un 20% por la propia Comsa Concesiones y un 80% por Mirova.