Un obrero, rotulador en mano, se dedica a enumerar uno a uno los peldaños de piedra de la Tribuna de los Pobres. Anota con cierta delicadeza, pese a la rudeza del material, unos símbolos que van a resultar clave en la transformación de la que ya es objeto este simbólico emplazamiento de la ciudad.
Lo que hace es enumerar e identificar, a modo de coordenadas, la pieza que minutos después va a ser retirada de su localización. "La señalo porque una vez retirada el trozo será restaurado y volverá a ser colocado en su lugar original", explica.
La escena pasa desapercibida para las decenas de personas que enfilan el estrecho pasillo formado por las vallas que enmarcan el recinto en el que desde hace ahora casi dos semanas vienen trabajando las máquinas y los obreros.
Es la primera de las cuatro etapas de la semipeatonalización de la calle Carretería. Las labores entre la Tribuna de los Pobres y Postigo de Arance se alargarán unos seis meses. El objetivo es que antes de la Semana Santa de 2022 pueda estar completada, incluida la renovación de la querida escalinata.
Su riqueza no se mide por los años que pesan sobre ella, al ser relativamente moderna, sino por la historia medida en vivencias de una colectividad que la ha conquistado, que la ha convertido en atalaya desde la que contemplar el paso de las cofradías. Y en respuesta a este sentimiento de cercanía, los responsables del proyecto acometen la intervención sobre la Tribuna de los Pobres con una delicadeza extrema.
Una de las particularidades, según confirman a EL ESPAÑOL de Málaga fuentes próximas al proyecto, es la apuesta por intentar "salvar" el mayor número de peldaños originales. "Creemos que puede ser el 80% de ellos”, admiten. Una vez levantados de su posición y localizados con las referencias anotadas, las piedras serán trasladadas a una empresa especializada para su tratamiento y limpieza. La firma, según indican, es Chapitel.
La misma que años atrás ejerció la delicada tarea de extraer los restos arqueológicos encontrados durante la fase de construcción del tramo del Metro en la Avenida de Andalucía, o la que limpió la escultura del Marqués de Larios para su posterior reubicación mirando a la calle que lleva su nombre.
"Se está tratando como si fuera, no porque lo sea, un elemento patrimonial tipo la Catedral, con obra y restauración; todas las piedras que podamos recuperar las pondremos de nuevo en la misma posición que tenían", han valorado las fuentes consultadas. Las mismas han reconocido "el valor de la memoria colectiva" de este emplazamiento. "Es verdad que ha habido mucha sensibilidad con este tema y es una manera de dar respuesta a la preocupación expresada por la ciudadanía", han recalcado.
El proyecto ya en ejecución aboga por una actuación "de conservación y restauración de los elementos que configuran su imagen", al tiempo que se recuperan los elementos "que existían originalmente, y que por su deterioro o actuaciones posteriores fueron desapareciendo paulatinamente".
En este sentido, se conserva el mismo trazado curvo que caracteriza a la escalinata, realizándose un desmontaje del peldañeado para la relabra de las piezas de piedra natural. El descansillo central será ampliado, de forma que sea adaptado a las normativas de accesibilidad.
Será recuperado el muro de mampostería de contención del pasillo de Santa Isabel, que será limpiado para devolver el tono original de la piedra. Las piezas de albardilla dañadas serán repuestas. Y serán recuperados los pasamanos laterales, así como la farola de cuatro brazos, que pasará a estar situada en el centro geométrico del trazado de la escalera, disfrutando de una situación estratégica y como punto de referencia para el entorno.
A partir de la documentación gráfica existente, se recupera el diseño de los maceteros originales, que serán dispuestos de cuatro en cuatro y con un tamaño menor; así como de los machones de piedra que sirven de apoyo a la barandilla sobre el muro.
Una de las novedades que parece que se mantiene respecto a versiones anteriores es la instalación de un ascensor. Mecanismo con el que se pretende mejorar la accesibilidad con el Puente de la Aurora. Hay que tener en cuenta que el desnivel existente obliga a realizar recorridos superiores a los 200 metros tanto si se realiza a través de calle Postigo de Arance como subiendo la rampa del Pasillo de Santa Isabel.