El Gobierno central ya pone fecha al inicio a uno de los proyectos más esperados en Málaga: la rehabilitación del antiguo convento de San Agustín y su recuperación como sede de la Biblioteca Provincial del Estado. La intención es que, una vez formalizado el contrato con las empresas que van a llevar a cabo las actuaciones, este hito tenga lugar a principios de 2022. Momento a partir del cual habrá que contar unos 45 meses.
Así lo ha deslevado este lunes el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, quien ha puesto en valor la importancia que esta iniciativa tiene para la capital. "Va a permitir recuperar un edificio histórico del siglo XVI y los restos arqueológicos que alberga", ha afirmado, confiando en que este equipamiento se convierta en un nuevo "referente" cultural para la capital de la Costa del Sol.
Este paso adelante se da después de que hace varias semanas se conociese la adjudicación de las obras a la unión temporal de empresas (UTE) integrada por Ecsa, Reca y Bañuls. En el plano económico, la oferta asciende a 12.386.051 euros (IVA excluido), lo que supone una rebaja de unos 3,6 millones de euros respecto al valor de licitación. A este detalle hay que sumar el hecho de que en el plano técnico fue la mejor considerada, al lograr 42 de un total de 50 puntos posibles.
En su análisis, la mesa de contratación destacó las aportaciones realizadas por estas firmas en los procesos constructivos y desarrollo de los trabajos. En concreto, se valoró la realización de una descripción muy detallada del edificio, "con gran claridad y precisión", constatando su "extenso" conocimiento.
Asimismo, en la ponderación de los capítulos técnicos se añadía: "Tras el espacio artesonado que une los dos patios se accede a través del claustro a la escalera histórica que se mantiene y se modifica en su segundo tramo; el proponente hace hincapié en esta parte del proyecto, una solución de suelo de cristal con un diseño minimalista que valora".
Y en la misma medida se otorgaba la mejor nota posible a la calidad de la cerámica prevista. "Perfecta adaptación de los colores de la cerámica de Triana a la celosía interior, una muestra de 10 que por supuesto no la ha realizado el taller cerámico que ha hecho la inmensa mayoría de las propuestas", exponían los técnicos.
La operación toma como punto de partida el proyecto del arquitecto Luis Arranz, quien modificó de manera sustancial el proyecto anterior, contratado en 2007 a la empresa Aepo, mucho más lesivo con los elementos originales de San Agustín.
La futura biblioteca tendrá dos accesos. Desde la calle de San Agustín se entrará a la parte que contiene los servicios internos de dirección, administración y trabajo bibliotecario, mientras que desde la calle de Pedro de Toledo se accederá a los servicios de la biblioteca abiertos a la mayoría de los usuarios.
Uno de los elementos protagonistas es la construcción de una bóveda acristalada sobre el patio principal, donde quedará localizada la sala de lectura y préstamo, especialmente pensada para el público.
A este elemento hay que sumar la apuesta por una fachada novedosa en Pedro de Toledo, "que sea malla, tamiz o celosía y que sin definir huecos consiga el efecto de decir que ese edificio es una biblioteca y además decirlo con la dignidad que proporciona una escultura".
La idea pasa por crear una doble piel: al interior con más cristal que macizo y por delante de ésta, una celosía de cerámica con los colores de los barros tradicionales de la región, con seis piezas del mismo tamaño y con las que se busca un efecto escultórico de estantería tradicional repleta de libros.