Málaga

La decisión del Ministerio de Cultura de incoar la declaración de La Farola de Málaga como Bien de Interés Cultura (BIC) empieza a tener sus efectos. Y no sobre la proyectada torre del puerto. Si no sobre una de las iniciativas hosteleras más esperadas en los últimos años en la capital de la Costa del Sol: la reconversión de la Casa de Botes en un restaurante de lujo. 

La iniciativa promovida por Grupo Trocadero, que se hizo con la concesión demanial del inmueble hace ahora más de año y medio, se ve ahora comprometida por la salvaguarda activada por el Gobierno central.

Tanto es así que, según ha confirmado el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, la concesión de la licencia de obras necesaria para intervenir sobre el edificio se va a posponer a la espera de resolver las dudas abiertas en el nuevo escenario. El edil ha informado de que va a preguntar oficialmente a Cultura sobre la afectación que la declaración del BIC tiene o puede tener sobre el negocio de Casa de Botes. 

"Hemos decidido preguntar si tiene o no incidencia", ha precisado López, quién, además, ha admitido sus dudas sobre la administración a la que ha de dirigir el expediente en caso de necesidad: si al Gobierno, como promotor de la declaración, o a la Junta de Andalucía, organismo responsable en materia de protección del patrimonio.

La incertidumbre que ahora se abre tiene lugar justo cuando todo parecía indicar que el permiso de obras estaba listo para ser emitido. Y ello tras meses de modificaciones en la propuesta inicial presentada por el actor privado.

Unos ajustes reclamados por los técnicos municipales para un edificio especialmente sensible y cuyo estado de conservación no es el mejor. El edificio data de 1953, siendo obligado respetar buena parte de su esencia actual. La inversión prevista por Trocadero alcanzaba inicialmente los 4,8 millones de euros, de los que la mayor parte, 3,6 millones, se destinan a la obra. El resto, al mobiliario y adecuación interior.

Lo que es evidente es que el calendario diseñado por el promotor para este negocio ha saltado por los aires. Su idea era que Trocadero Casa de Botes pudiese abrir sus puertas en diciembre de 2021 o enero de 2022. La apuesta de la empresa pasa por mantener el modelo tradicional de sus restaurantes. El inmueble tiene una superficie construida de 1.078 metros cuadrados, distribuidos en planta baja (unos 735 metros) y primera planta (343 metros).

El planteamiento es destinar parte del inmueble a la carta ya conocida de la firma, con la apuesta por carnes, pescado y ensañadas, y, como novedad, introducir otra zona con carta ecológica. La parte de terraza, con unos 363 metros cuadrados, estará reservada a las copas. 

Una de las particularidades de esta operación es que va a permitir dar continuidad a la zona de paseo peatonal conectando, así, con el nuevo mirador colindante, integrando este espacio portuario en las áreas destinadas a uso ciudadano. Entre las exigencias que tiene que cumplir la empresa está la mejora de los accesos peatonales y conexiones y flujos peatonales exteriores cercanos, "al menos y en particular desde Muelle Uno".

 

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