Así eran las ‘tecnocasas’ que ahora quiere rescatar la Junta para el Centro de Málaga
El arquitecto Salvador Moreno Peralta creó este modelo hace 16 años. Son pisos en alquiler destinados a jóvenes profesionales. El objetivo era que pudiesen tener residencia y trabajo en el mismo inmueble.
12 febrero, 2022 05:00Noticias relacionadas
Antes de que se empezase a hablar de coliving, de coworking, de build to rent, como nuevas formas de reinventar el tradicional mercado inmobiliario, en Málaga se hablaba de tecnocasas. Un término acuñado por el arquitecto Salvador Moreno Peralta y que viene acompañando, como una sombra, el avance del Centro histórico de la capital de la Costa del Sol en los últimos 17 años.
Esta modalidad residencial era protagonista del ambicioso plan con el que la Junta de Andalucía pretendía recuperar los arrabales del casco antiguo. Una iniciativa que, de la mano del Ayuntamiento, iba a suponer una inversión de unos 100 millones de euros, dotando al barrio de un número importante de viviendas sociales y de equipamientos culturales y sociales con los que regenerar un espacio ciertamente dejado.
La realidad, como esta semana se ha vuelto a poner de manifiesto, es que aquella apuesta fracasó. Y en su caída libre, acabó por enterrar el proyecto de las tecnocasas. Hasta ahora, cuando parece que se abre de nuevo la puerta al impulso de esta innovadora iniciativa.
Ese al menos es el propósito de los actuales responsables de la Consejería de Fomento, con su titular, Marifrán Carazo, al frente. De la mano de la iniciativa privada, la Junta quiere que en el barrio de Lagunillas, a pocos metros de la Plaza de la Merced, se levante una promoción de casi un centenar de tecnocasas, respetando la filosofía impuesta por Moreno Peralta.
Pero ¿qué son las tecnocasas? Grosso modo, atendiendo a los detalles que fueron aportados por el urbanista hace ahora 16 años, cuando dio forma a las primeras imágenes de la propuesta de intervención (las recogidas en esta información), eran pisos en régimen de alquiler pensados para jóvenes profesionales. El objetivo es que en un mismo inmueble pudiesen disponer del lugar de residencia y de trabajo.
A este primer elemento hay que sumar la decisión de que los inmuebles tuviesen una vinculación directa con el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). Hay que tomar en consideración que hace 16 años la tecnópolis ya era un referente empresarial de la capital de la Costa del Sol que empezaba a demandar soluciones residenciales para sus miles de trabajadores. Esa demanda evidente en aquellos tiempos ha empezado a tener ahora respuesta con un primer proyecto de coliving que va a permitir disponer de 105 alojamientos.
"Serán viviendas todas con gente joven, donde al entrar por la noche lo normal será ver las luces encendidas en la zona de trabajo y con buen rollo", decía Moreno Peralta en 2010, cuando ya se cumplían cinco años desde la fecha de la firma del plan de los arrabales.
El concepto sobre el que trabajaba era el de un habitáculo con un dormitorio de grandes dimensiones, donde pudiese entrar una cuna; un salón de gran tamaño, y el lugar de trabajo. El programa pretendía garantizar un alquiler máximo de siete años a los ocupantes, de manera que cuando transcurriese ese tiempo se diese entrada a nuevos inquilinos.
Una fórmula con la que atraer a residentes jóvenes al espacio central de la urbe, de manera que se alejase el miedo a la gentrificación y hacerlo mediante herramientas diferentes a los ya habituales apartamentos y viviendas turísticas. Las tecnocasas sobreviven a la muerte del plan de los arrabales.