"Profesionales del absentismo". De este modo tan gráfico aludió ayer la concejala de Limpieza, Teresa Porras, a determinados operarios de la empresa municipal de recogida de basura que han hecho de la ausencia al trabajo su modus operandi. Ante la necesidad de combatir esta práctica, el actual convenio laboral que obliga a los más de 1.700 trabajadores de Limasam condiciona una parte del salario al cumplimiento de una serie de obligaciones laborales, entre ellas la de no ausentarse del puesto.
Pese a que la puesta en funcionamiento de la sociedad municipal tuvo lugar a mediados de 2020, no ha sido hasta ahora cuando se ha podido calibrar el impacto económico que ha tenido el absentismo sobre el cobro de la denominada paga de enero, ascendente a 1.472 euros.
Los resultados, según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga, deja al menos 200 operarios que han visto parcialmente reducida esta remuneración por las ausencias acumuladas. Esto supone apenas el 11% de toda la plantilla, lo que confirma que la gran mayoría cumple con las obligaciones asumidas.
El ahorro que esto supone a las arcas municipales es reducido, ya que se traduce en unos 50.000 euros. Esto hace que la media sea de unos 200 euros. Sin embargo, hay al menos siete trabajadores a los que sí les va a doler en el bolsillo el haber faltado de manera injustificada más de la cuenta.
Todos ellos, según los datos conocidos, no verán un solo euro de la paga de enero. En estos casos puntuales, son al menos ocho las faltas por enfermedad común o no justificadas las acumuladas.
Una de las exigencias que puso sobre la mesa el alcalde, Francisco de la Torre, a la hora de negociar con el comité de empresa la municipalización del servicio, antes gestionada por una sociedad mixta, con mayoría de capital privada, era que una parte del salario de la plantilla quedase vinculado a dos parámetros: el absentismo y la productividad.
Convenio colectivo
En el caso de las faltas, el acuerdo laboral destaca que con el objetivo de "fomentar la asistencia al trabajo y reducir el absentismo" se fijan una serie de devengos por bajas por enfermedad común y/o faltas no justificadas.
En este sentido, a partir de la primera "causa" se deducirá un 10% del importe establecido; para cada causa siguiente se deducirá un 5%, por cada uno de ellos, adicional hasta un tope del 30% de deducción. Tras alcanzar este porcentaje, por cualquier otra causa "dejará de percibir el 100% del importe establecido". Se aclara que no son consideradas causas las dos primeras bajas por enfermedad común.
La aplicación de los mismos, pese a que la nueva Limasam empezó a operar a mediados de 2020, se vio retrasada, hasta el punto de que no ha sido hasta finales del año pasado cuando la dirección de la empresa y los sindicatos acordaron los criterios a tomar en consideración en lo relativo a la productividad.
Habrá que esperar a enero de 2023 para que entre en funcionamiento el sistema completo. De acuerdo con los parámetros acordados por las dos partes, de los 1.472 euros de la paga, un 70% seguirá condicionado al absentismo, mientras el 30% restante (menos de lo inicialmente previsto), lo estará al cumplimiento de una serie de objetivos.
La valoración a realizar del trabajo de cada operario tendrá 100 puntos. De ellos, 60 quedan repartidos a partes iguales a la calidad de trabajo realizado; a la cantidad del trabajo realizado, y a la capacidad, habilidad y conocimiento para realizar el trabajo.
Dentro de cada uno de estos valores, se incluyen referencias a la hora de establecer las puntuaciones finales. A modo de ejemplo, en la ficha se recogen alusiones como "extremadamente cuidadoso" en la calidad del trabajo o "volumen notable" cuando se habla de la cantidad.
A estos preceptos hay que sumar otros cuatro valorados con 10 puntos cada uno. Estos son: puntualidad y acatamientos de las normas; esfuerzo y responsabilidad demostrados en la realización del trabajo; colaboración con compañeros, mandos, clientes o usuarios, corrección en el trato y actitud de personalidad favorable al trabajo; y uniformidad.