La decisión del Ayuntamiento de Málaga de reabrir el debate sobre el futuro de la calle Victoria empieza a provocar las primeras posiciones enfrentadas. Frente al rechazo evidente mostrado por el área de Movilidad a una posible reducción de dos a un solo carril en la vía, dado el impacto que ello tendría para la EMT, los vecinos de la zona, que reclaman una apuesta por ampliar el espacio peatonal y por rebajar el espacio destinado al tráfico.
"Queremos una calle Victoria más amable y moderna, menos ruidosa, más respetuosa con el medio ambiente, con mejor huella de carbono… En definitiva, más humana", expresan varios colectivos representativos del barrio en un escrito al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga y elaborado tras mantener una reunión hace varias semanas con representantes municipales.
De manera precisa, los colectivos apuntan la necesidad de ampliar un metro la anchura de las dos aceras de la vía, lo que obliga a reducir a un solo carril la calzada de tráfico. Lo ahora plasmado por escrito fue objeto de debate en un reciente encuentro al que acudieron la Asociación de Vecinos Victoriana de Capuchinos de la Fuente, la de Comerciantes de Lagunillas, así como la de Comerciantes del Barrio de la Victoria y la Plataforma Reivindicativa Barrio de la Victoria.
Atendiendo a los argumentos de vecinos y comerciantes, durante la reunión, desde el Ayuntamiento se dio traslado de una posible intervención sobre la calle, consistente en ampliar las aceras y mantener dos carriles para la circulación rodada, eliminando la zona de calzada destinada a servicios municipales (carga y descarga, contenedores de residuos, reciclaje, paradas de líneas de autobuses y aparcamientos para personas con movilidad reducida).
Un planteamiento de partida que no encuentra el favor de estas asociaciones. En concreto, los firmantes no ven viable mantener los dos carriles de circulación, dada la alta densidad de tráfico rodado que pasa por una calzada de apenas 7,59 metros. "En la actualidad las farolas y los naranjos se han convertido en auténticas balizas de protección para los peatones, ya que los espejos retrovisores de autobuses y camiones invaden la acera", se quejan.
En cuanto a la posible eliminación de aparcamientos, los residentes consideran que se trata de una medida "inútil y totalmente improductiva", ya que hay que mantener en la misma línea de la vía los contenedores de vidrio, papel, plástico y orgánico, así como paradas de autobús.
Para el futuro, los colectivos demandan al Ayuntamiento una serie de medidas, entre las que se incluye la instalación de un semáforo en la confluencia con la calle Coto de Doñana, un paso de peatones en la confluencia con calle Agua y otro en la confluencia con la calle Pedro de Molina. A esto se suman la colocación de puntos de recarga para vehículos eléctricos, contenedores marrones (orgánicos) y naranjas (aceite), y aparcamiento para bicicletas.
"Somos conscientes de que hablamos de un proyecto de ciudad, que tiene lugar en nuestro barrio y al que no se le dedica la atención continuada que merece", añaden, al tiempo que anuncian su intención de mantener reuniones con el Distrito Centro, la Gerencia de Urbanismo, el área de Movilidad y la EMT "para encontrar la solución definitiva a una problemática que se dilata en el tiempo eternamente desde hace años".