Casi seis años después de se pusiera la primera piedra, Málaga recupera en su totalidad el antiguo convento de San Andrés. Una histórica construcción que data del siglo XVI y que fue levantada sobre una ermita. La intervención ejecutada por el Ayuntamiento de la capital, con la colaboración económica del Gobierno central, ha supuesto una inversión cercana a los 5,7 millones de euros.
Para dejar constancia de la conclusión de los trabajos de rehabilitación, desarrollados en dos fases, el alcalde, Francisco de la Torre, ha visitado el conjunto ya remozado, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
La operación ha abarcado desde la intervención en el Refectorium, "uno de los elementos más importantes, con pieza históricas como una pila lavatorio"; el edificio exento, donde se ha restaurado en empedrado original, y la plazoleta de la Libertad.
Todo ello en la primera etapa de la actuación. A la misma se ha sumado en la segunda fase una importante excavación arqueológica, parte de cuyos restos han sido integrados, así como la restauración de varios espacios históricos.
En su conjunto, las obras han afectado a una superficie de 3.117 metros cuadrados divididos en planta baja más dos alturas. El mismo acogerá la Biblioteca Jorge Guillén (709,92 metros), la Asociación Torrijos (269 metros), y la Cofradía de El Carmen (600 metros). El edificio también cuenta con una sala de usos múltiples y un salón de actos.
De la Torre ha puesto en valor el esfuerzo realizado a lo largo de estos casi seis años y ha destacado el cuidado con el que se ha desarrollado la actuación de rehabilitación, tratando en todo momento respetar al máximo el edificio original. "Cada uno de los espacios ha sido estudiado desde el punto de vista histórico, tratando de respetar las trazas", ha añadido, apuntando la recuperación de las pinturas murales del siglo XVIII.
El alcalde, que acumula ya 22 años al frente de la Alcaldía de Málaga, ha relatado cómo en su etapa previa como concejal de Urbanismo tuvo conocimiento de que estaba siendo derribado el Refectorium. Tras el aviso, se ordenó la paralización de los trabajos, siendo éste el punto de partida para la actuación de recuperación ahora completada.
Una de las particularidades del convento recuperado es que los visitantes tendrán la posibilidad de caminar sobre los antiguos aljibes del convento, que datan del siglo XVI. Ello tras la labor de excavación y recuperación de los mismos, que han sido cubiertos por un suelo de cristal a través del cual se pueden ver los restos.
Durante los trabajos también fueron desenterrados y estudiados restos del recinto murado del antiguo barrio árabe. En concreto, de una fábrica de tapial con diversas reparaciones de mampostería y ladrillo. Lo aparecido eran unos 11 metros de muralla de los siglos XI y XII.
Sin embargo, la cota a la que fueron encontrados ha hecho que haya sido "incompatible" su mantenimiento con el normal desarrollo de la segunda fase de la actuación. Otro hito significativo ha sido el hallazgo de pinturas murales que han sido restauradas. En muchos casos, revestimientos con dibujos del siglo XVIII, revoco de cal blanco con zócalo almagra, revestimientos con fingido de fábrica de ladrillo con algama, revestimientos con decoración de gotas y ménsulas y arcadas de yeso.