Málaga

"No queremos violadores en nuestro barrio". Así luce la entrada del kebab de Málaga Oeste donde uno de los camareros presuntamente abusó sexualmente de una menor la noche del pasado jueves. De acuerdo con la denuncia, la joven de 16 años entró al local de comida rápida pasadas las 23:00 para ir al baño cuando uno de los trabajadores la siguió hasta el servicio y la intentó violar. Ella consiguió huir metiéndole un codazo.

La Policía Nacional detuvo el viernes al hombre tras la denuncia de la menor por un presunto delito de abuso sexual y a su compañero, que estaba en el establecimiento, por omisión del deber de socorro. "Ayer tuve mi momento de tristeza. Ahora mismo estoy muy enfadada, con muchas ganas de que se haga justicia. Mi familia está en shock. No nos creemos lo que ha pasado", reconoce Vicky, la hermana de la joven. 

La menor y su familia viven muy cerca del lugar de los hechos. "Ella estaba con los amigos por aquí. Le pidió a un colega suyo que le acompañase a beber agua y a ir al baño. Llegó a este local, al kebab, y dijo que si podía entrar al baño. El amigo se quedó esperándola fuera del local mientras se fumaba un cigarro", relata la hermana mayor de la víctima en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga.

Grafitis sobre el establecimiento.

Cuando la joven entró al aseo del restaurante sintió que alguien la seguía. Era uno de los camareros. "Cerró la puerta, le empezó a dar besos por todo el cuerpo e intentó quitarle la ropa. Ella empezó a gritar y a llorar. Él sólo le decía: No te preocupes, guapísima. Cuando fue a bajarle los pantalones, ella consiguió huir metiéndole un codazo y salió corriendo", cuenta serena esta malagueña de 20 años.

Seguidamente empezó a llorar y le dio un ataque de ansiedad tras sufrir el intento de violación. "Mi madre la escuchó llorar desde la ventana. Cuando se asomó vio que el amigo la llevaba en volandas. Estaba muy nerviosa. Llamaron a la policía", recuerda Vicky. Acto seguido fueron al hospital. De hecho, tienen un parte de lesiones para la denuncia. 

"Intentó zafarse de él. Él es mucho más grande que ella. Ella tiene arañazos por el pecho que él le ha hecho intentando quitarle la sudadera. Tiene moratones en la espalda porque la empujó contra la pared. Ella reaccionó, le metió un codazo y consiguió salir corriendo. El otro trabajador la escuchó, pero no hizo nada", critica la hermana de la víctima, "aún conmocionada" tras la terrible experiencia.

Cuando la menor llegó a casa apenas pudo articular palabra. "Nos dijo: Me ha hecho muchos arañazos. Y rompió a llorar", lamenta la hermana. Le hicieron una tila y pudo dormirse finalmente. Su madre y ella no pudieron pegar ojo prácticamente en toda esa noche. "Mi otra hermana durmió con ella. Ella no quiere estar sola. Sus amigas se están portando genial con ella", explica. 

Ofertas a chicas "guapas"

Antes el establecimiento tenía otros dueños. "Eran un encanto. Íbamos muchísimo más. A las mujeres dejó de hacernos gracia cuando llegaron los nuevos propietarios. Pasábamos por enfrente y todo eran miradas de arriba abajo, comentarios. Entrábamos y te hacían ofertas sin venir a cuento porque éramos muy guapas. Había cierta incomodidad entre las mujeres al ir al kebab", reconoce Vicky. 

De hecho, admite que no le gustaba ir sola. "Ayer busqué el negocio en Google y tenía una reseña donde una chica decía que fue a comprar y que una de los trabajadores la persiguió hasta su casa diciéndole cosas. Cuando lo he subido a redes sociales, los vecinos han dicho que no les sorprende. Y algunas mujeres me han contado que les habían dicho varias cosas", declara.

La joven, natural de Málaga, va a ir por todas a nivel legal. Lo asegura su hermana. "Ella quiere seguir adelante con la denuncia. Toda mi familia está con ella. Esta vez ha sido mi hermana pero podría haber sido una mujer cualquiera", asevera Vicky mientras lamenta lo ocurrido, más aún que sucediera a las once de la noche, "una hora en la que la gente sale y va a cenar por el barrio". "Ya no importa el sitio, ni la hora. Mi hermana iba al baño de un sitio donde se come", reprocha.  

Vicky ha querido mandar un mensaje claro a todos tras lo sucedido. "Espero que la gente no mire para otro lado. Ya se sabía que ahí pasaba algo raro. Había habido miradas, comentarios. Pido que se hable, que se cuente. Aunque sea un guapa. Eso también es acoso. Que esto no quede como si nada", se despide.

El suceso coincide en la misma semana que han detenido a tres personas por una supuesta violación grupal en la playa de La Malagueta. Los hechos sucedieron del domingo al lunes cuando la sala del 091 de la Policía Nacional recibió la llamada de un testigo, quien avisó de que una mujer estaba siendo agredida sexualmente en la zona de la playa malagueña.

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