Hablar de "milagro" en la obra del Metro de Málaga resulta a todas luces inadecuado. Nada de milagroso tiene una infraestructura que, según las estimaciones iniciales, tendría que haber estado completada y en servicio en febrero de 2009 y que, más de trece años después, sigue sin alcanzar el Centro de la ciudad.
Pero sí puede emplearse este término para reconocer el espíritu de quienes han sido capaces de resistir los envites de una obra casi eterna, de quienes han padecido el amargo gusto que deja una calle levantada en canal, de quienes han sido espectadores privilegiados del retraso sin fin de la gran infraestructura de la capital.
Ahora, con la perspectiva del tiempo, sorteada la doble crisis dejada por la demora en el suburbano y la pandemia de la Covid, los mismos comerciantes de la Alameda que fueron capaces de sobrevivir, miran el horizonte próximo con la esperanza de recuperar todo lo que perdieron.
"Ha sido un milagro que hayamos salido", explica Pilar Cruzado, una de las comerciantes de la avenida y testigo directo de todo lo que ha sucedido desde que en marzo de 2015 se puso en marcha el contador de la obra en el tramo del Centro. Desde ese momento, la previsión es que los trabajos que más afectaban a la calle y al día a día se prolongase 28 meses. Sin embargo, la realidad es que el calendario superó con creces estas estimaciones.
Al poco de que el lateral norte de la Alameda quedase abierto, los empresarios empezaron a hablar de pérdidas de hasta el 90%, al tiempo que se denunciaron cierres de decenas de negocios del entorno. El quiosco de Pilar es uno de los que fue capaz de esquivar las balas de la crisis generada.
"Después de tanto sufrimiento lo considero algo mío; digo de broma que como recuerdo voy a recortar una parte de la valla"
"He sido la más próxima al sufrimiento", resalta, subrayando en su testimonio la palabra "milagro". Pero no sólo para relatar su experiencia, sino la de otros muchos que como ella han capeado el temporal. "Después de tanto sufrimiento lo considero algo mío, algo de la familia; digo de broma que como recuerdo voy a recortar una parte de la valla", añade.
El negocio de Pilar se encuentra situado junto a la taberna Antigua Casa del Guardia, lugar de referencia en la capital. "Es uno de los más antiguos de Málaga", apunta, precisando que está al frente del mismo desde hace 35 años. "La vida hay que mirarla de frente y tratar de encontrar la solución", valora, dando ejemplo del camino seguido en la odisea del Metro.
"Nunca pensé en cerrar, quien me conoce sabe que libro las batallas cuando creo que voy a conseguirlo", cuenta Pilar, reconocida por el resto de integrantes de la asociación Entorno Alameda como una de las pioneras en el movimiento empresarial de la zona. El aplauso que le dan en el interior de la estación Atarazanas sirve de muestra de reconocimiento a su papel en esta especie de batalla.
"Esperamos que todo mejore con el Metro"
José Ferrer es el actual presidente del colectivo empresarial. "Uno se da cuenta de que en estos años, por la pandemia, los barrios han tirado más que el Centro; a partir del mediodía se nota el bajón y esperamos que todo mejore con la llegada del Metro", expone.
Echando la mirada atrás, Ferrer recuerda "la ruina" que fue para muchos negocios que no podían pagar los alquileres en la Alameda porque no había público. "Era una gymkana ir al Centro con la obra que había en la Alameda; la gente en lugar de andar por la Alameda iba por el soho o por Atarazanas; hubo mucho sufrimiento", comenta.
Una vez completada la reurbanización de la Alameda, con la recuperación peatonal de los laterales norte y sur y la reapertura al tráfico del eje central, la situación es diferente. "Están llegando negocios nuevos; se nota que la cosa va para mejor y esperamos que vaya para mejor", apostilla.
"Estoy muy ilusionado con el momento en que empiece a funcionar el Metro porque dará un atractivo más al Centro"
Una esperanza compartida por Alfonso Godoy, responsable de La Canasta. "Estoy muy ilusionado con el momento en que empiece a funcionar el Metro porque dará un atractivo más al Centro, habrá más accesibilidad", explica. Aunque ha padecido las consecuencias de la obra, el impacto sobre su negocio fue menor, al encontrarse en una especie de segunda línea.
La anunciada llegada del Metro al Centro urbano, prevista para mediados de agosto, coincidiendo con el arranque de la Feria de Agosto, debe servir de una especie de homenaje a quienes durante años padecieron el retraso de una obra llamada a transformar la movilidad de la capital.
Cada año de más sumado en el calendario era una tonelada de ruina sobre los negocios asentados en uno de los grandes ejes de la ciudad, que aspiran ahora a saborear las mieles de tener un Metro a sus puertas.
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