El Ayuntamiento de Málaga se pone manos a la obra para ordenar el último espacio urbano vacío en la frontera de la ciudad con el puerto de la capital, ubicado en la zona de El Bulto y atravesado por las vías del ferrocarril.
Una circunstancia que eleva la complejidad de esta operación urbanística, que ve la luz pocos meses después de conocerse la adjudicación a un grupo de inversión catarí del proyecto de la marina deportiva de San Andrés y su aspiración por convertir la zona en una nueva centralidad.
En este escenario, la Gerencia de Urbanismo ha licitado la contratación de la redacción del Plan de Reforma Interior del ámbito SUNC-R-LO.1 Ferrocarril del Puerto. La superficie afectada alcanza los 46.877 metros cuadrados, previéndose en los mismos la construcción de hasta 179 viviendas libres y 82 protegidas. A estos parámetros hay que agregar unos 4.000 metros de techo de uso terciario.
Los técnicos municipales ponen de relieve el hecho de que se trata del "último espacio urbano que queda por resolver" después de que en los últimos años se hayan impulsado distintas intervenciones en la zona de San Andrés.
Para la elaboración del trabajo, se apunta que el trazado del Paseo de Antonio Machado, la avenida Ingeniero José María Garnica, el parque de Huelin y la reurbanización de la plataforma de San Andrés, incluyendo el nuevo Auditorio, "constituyen elementos externos de referencia que deben ser considerados en la reforma urbana de estos terrenos".
"A pesar de su situación privilegiada, presenta graves carencias de integración urbana en la ciudad y espacios vulnerables e inseguros debido al paso a nivel del ferrocarril del puerto", se apostilla en el pliego de condiciones técnicas que rige este contrato.
En la ordenación final, el paso del tren en superficie es clave. Sobre ello, desde el Consistorio se recuerda que aunque durante décadas el Gobierno central ha expresado su apuesta por soterrar el ferrocarril, a día de hoy no sólo no hay proyecto ni financiación, sino que además no se trata de una actuación que sea considerada como prioritaria.
Pese a ello, a ojos del Consistorio, el soterramiento del ferrocarril ha de entenderse como "una excelente oportunidad para dotar a esta zona de una nueva ordenación interior más racional y consecuente con el entorno, y poder definir con ello una nueva fachada al puerto y al futuro Auditorio de Málaga ubicado frente a él".
La nueva ordenación tendrá en cuenta las nuevas condiciones de contorno que categorizan el lugar donde se ubica, que se presenta hoy como un lugar de relevante y de nueva centralidad en la estructura urbana, entre la estación principal de ferrocarril y la nueva entrada al Puerto, en el que se ha previsto la construcción del futuro Auditorio de la Música y un puerto deportivo de San Andrés.
A la espera de los movimientos que se puedan dar en los años venideros respecto al tren portuario, Urbanismo apunta la necesidad de que el documento incluya la ordenación sobre la rasante de los suelos ahora ocupados por esta infraestructura como sistemas locales viarios o espacios libres, con las condiciones y regulación que establezca la legislación ferroviaria, permitiendo, en todo caso, el trazado perpendicular al paseo marítimo de la denominada calle Ferrocarril del Puerto.
En el pliego, incluso, se recuerda que el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) vigente marca la posibilidad de realizar "una edificación de singular altura para usos administrativos, hoteleros y/o terciario".
Entre las obligaciones que tendrá que asumir el futuro adjudicatario está realizar una descripción de la ordenación propuesta, exponiéndose el proceso de proyecto y las decisiones adoptadas, y señalando las ventajas de cada una de ellas.
Y todo ello, estudiando las necesidades y criterios para la relocalización de las actividades existentes; los enlaces con el sistema general de comunicaciones previsto en el planeamiento general y organización de la red viaria interior; realizando un estudio de movilidad y tráfico y la previsión de aparcamientos.
Plazos y etapas
El presupuesto de licitación de este trabajo es de 85.000 euros, sin IVA, siendo el plazo máximo inicial de 24 meses. Los interesados en concurrir a este concurso tienen hasta el 4 de julio para presentar sus propuestas.
Aunque se habla de dos años, según se precisa en la documentación, los documentos han de ser entregados en no más de 7 meses. Este periodo se divide en tres fases. La primera, de tres meses desde la firma del contrato, para la redacción de los documentos de inicio del trámite ambiental.
A esta le sigue una segunda de dos meses, a contar desde la recepción del Informe Ambiental Estratégico, para la entrega del resto de los documentos necesarios para proceder a la aprobación inicial del Plan de Reforma Interior. Y la tercera, con otros dos meses, a contar desde la recepción de las alegaciones, de los informes sectoriales y del informe de la Consejería de Medio Ambiente, para la redacción de los documentos de aprobación definitiva.
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