El antiguo edificio de Correos se ha convertido, pese a su relativa juventud, en uno de los inmuebles referentes de Málaga capital. Este valor simbólico adquirido por su estratégica localización y el uso cotidiano que durante varias décadas tuvo como sede principal del organismo estatal hace que sea elevado el grado de duda que muchos malagueños sienten al pasar a diario junto a su fachada.
"¿Qué demonios pasa con Correos?", se preguntan muchos, al comprobar un proceso de decadencia y abandono que se viene alargando desde hace años, sin que haya certeza alguna sobre el día en que la edificación volverá a la vida, ya sea como hotel, como sede administrativa o como residencia de estudiantes.
Los interrogantes se multiplican, alimentados por las recientes imágenes de un asentamiento okupa en el recinto exterior y por el estancamiento en el que parece encontrarse la actual propiedad, un grupo de inversión israelí.
Muestra de esta parálisis en el desarrollo de un plan de futuro es que dos años y medio después de que Nista Spain le comprase el edificio a la Junta de Andalucía, tras desembolsar 23,5 millones de euros (estaba tasado en 16,8 millones), sigue sin activar la pretendida innovación urbanística necesaria para hacer posible la construcción de un hotel de 5 estrellas.
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Una de las limitaciones que pesa sobre este bien, que dispone de unos 17.000 metros cuadrados de techo y que se levanta en la Avenida de Andalucía, es que está calificado como equipamiento. Esta circunstancia impide cualquier destino que no sea el de, por ejemplo, una sede administrativa, residencia de estudiantes o de mayores o un hospital privado.
Limitaciones con el uso
Es decir, con la hoja de ruta actual no es posible destinar el inmueble a un hotel. Es por ello por lo que son numerosas las conversaciones que se han sucedido en los últimos años entre el representante de la propiedad y la Gerencia de Urbanismo con el fin de trazar la hoja de ruta a seguir para hacer posible el deseado cambio de uso.
Pese a la buena disposición municipal, que avala la propuesta, la realidad es que Nitsba Spain sigue sin activar la necesaria modificación del planeamiento. Un mecanismo complejo, por cuanto ha de incorporar la aportación por parte del promotor, a modo de compensación, de ciertos solares o edificaciones que, a su vez, han de estar calificados como equipamiento.
En los últimos meses, la propiedad ha informado a Urbanismo de la adquisición de dos parcelas en la zona Este y en el entorno de Carlos Haya que servirían de pago por el cambio de uso. Sin embargo, no ha sido entregado documento alguno que constate la propuesta del privado.
Esta es la fotografía actual de un edificio que lleva cerrado 12 años, los que transcurren desde que abandonaron su interior los últimos trabajadores de Correos. Fue en ese momento cuando la sede estatal fue utilizada por el Gobierno central como moneda en el pago de la deuda histórica con Andalucía. En aquel entonces, la torre estaba valorada en 30 millones de euros.
Lejos de ser una oportunidad para la Administración regional, se convirtió en una especie de peso muerto, sin posibilidad de recuperación como sede propia y con la complejidad de salir al mercado.
Sólo en 2019, antes de la llegada de la Covid, la Junta, ya con el PP al frente, pudo sacarle rendimiento económico mediante su subasta. El viejo Correos data del año 1980, consta de tres plantas en el cuerpo inferior y nueve plantas en la torre, con una superficie construida superior a los 17.000 metros cuadrados.