El gran proyecto urbanístico de La Térmica, en el litoral oeste de Málaga, sigue sin desprenderse del todo de los reparos a los que se viene viendo sometido desde hace años. Tras iniciar su aún interminable camino administrativo en el año 2008, la que está llamada a ser una de las grandes operaciones residenciales y hoteleras de la capital de la Costa del Sol no sólo no está completada, sino que se sigue topando con las objeciones de la Dirección General de Costas.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga, los técnicos del organismo estatal se mantienen firmes en su posición respecto al "efecto pantalla" que, desde su punto de vista, generarán las edificaciones programadas en la parcela, localizada a apenas unas decenas de menos de la playa.
Así lo expresan en el último informe remitido por Costas al Ayuntamiento de Málaga en relación con el texto refundido del Plan Especial de Reforma Interior (Peri), instrumento clave para ordenar este importante desarrollo. La insistencia de Costas coloca al Consistorio en una difícil situación, puesto que el mencionado informe estatal no es vinculante.
Si bien es preceptivo pedir opinión a Costas sobre el proyecto, la Gerencia de Urbanismo no está obligada a respetar las conclusiones esgrimidas. La pregunta es si asumiendo esta realidad, el Ayuntamiento decidirá dar el paso para aprobar definitivamente este instrumento de planeamiento.
La respuesta de Costas se da, además, unos dos meses después de que Urbanismo respaldase un trabajo realizado por el fondo de inversión Ginkgo, uno de los promotores, en el que rebatían la tesis de las supuestas "pantallas arquitectónicas o acumulación de volúmenes".
A este elemento, el Ayuntamiento suma el factor competencial, al entender que cualquier apreciación sobre el apantallamiento forma parte de la valoración urbanística, materia que es objeto de decisión del Consistorio.
Hay que recordar que la propuesta arquitectónica de La Térmica, que lleva la firma del arquitecto francés, François Leclercq, ya tuvo que ser retocada por la incidencia de las nuevas servidumbres del aeropuerto de Málaga.
Conforme a los límites marcados, la cota máxima fue reducida a 57 metros, recortando la altura de varios edificios. En particular, del dibujado para acoger el uso hotelero, que en origen se pensó con 68,5 metros.
Detalles de la operación
De acuerdo con los parámetros recogidos en el actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), en el solar que albergó durante décadas la antigua central térmica de la ciudad se autorizan un techo edificable suficiente para construir un máximo de 870 viviendas (273 de ellas protegidas). No parece que la intención de los promotores sea alcanzar estos números.
A estos datos hay que sumar más de 16.826 metros cuadrados de techo para uso hotelero y otros 14.755 metros de techo para oficinas. Del sector, hay otros 59.524 metros que se destinarán a zonas verdes; 6.377 metros serán para equipamiento.
Muestra de la envergadura de la operación es que, según los estudios que llegaron a manejarse años atrás, la venta de todos los activos inmobiliarios programados en este sector estaban valorados en unos 311 millones de euros.